Mi asistente, mi misteriosa esposa -
Capítulo 550
Capítulo 550:
«¿Y si no puedes localizarme?». Bryan le tocó suavemente la nariz con la mano libre. «Si no puedes localizarme, no llores. Búscate a otra persona que te haga compañía».
Eileen le acarició suavemente la mano. «Si no puedo localizarte, seguiré llamando hasta que atiendas».
Bryan enterró la cara en su cuello. «Estás siendo testarudo. Me vas a enfadar».
En la quietud de la habitación, se susurraron tiernamente.
Eileen reflexionó sobre cómo, desde que se reunieron y tuvieron a Gabriela, nunca se habían separado. Tal vez por eso Bryan parecía tan reticente a marcharse ahora y por eso la estrechaba tanto.
No se había dado cuenta de que sus palabras podían ser otro tipo de despedida.
Bryan insistió en que Eileen no lo llevara al aeropuerto. Después de cenar, Raymond llegó a recogerlo.
Cogió la maleta de Eileen, con las venas prominentes en la mano y las yemas de los dedos volviéndose blancas por el agarre.
Después de cambiarse los zapatos, le devolvió la mirada. «Cuídate y cuida de Gabriela».
«De acuerdo». Eileen le sonrió. «Estaré esperando a que vuelvas».
Bryan se dio la vuelta y caminó, con su camisa negra fundiéndose con la oscuridad de la noche. Agitó la mano y dijo: «No me esperes. Si yo puedo volver, tú no tienes que esperar».
Su voz casi se perdía en el viento. De pie en el porche, Eileen no pudo entender lo que decía.
Mientras lo veía alejarse sin mirar atrás, se apoderó de ella una sensación de inquietud, como si estuviera perdiendo algo valioso.
En el aeropuerto, Josué y Jacobo ya estaban allí, esperando.
Josué llevaba una maleta.
Cuando apareció Bryan, Josué se acercó rápidamente y dijo: «Estoy preparado. Iré con vosotros».
«No», respondió Bryan con firmeza. «Tengo que hacer esto solo. Coen está en alerta máxima. Llevar a otra persona sólo complicaría las cosas».
«Pero si yo estuviera contigo, tendrías más posibilidades de derrotarlo». Josué insistió en acompañar a Bryan. «Esto es culpa mía. Si no hubiera caído en los trucos de la familia Cortez, ¡ahora no estarías en este lío!».
Su voz se alzó en el concurrido aeropuerto, atrayendo algunas miradas de los transeúntes.
Bryan frunció el ceño y dijo fríamente: «Haz lo que te he ordenado».
A pesar del tono autoritario de Bryan, Josue seguía sin querer echarse atrás.
Bryan palmeó a Josué en el hombro y le dijo: «Te reconozco como padrino de mi hija. No me falles».
Padrino…
La responsabilidad pesaba mucho sobre Josué.
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Nota de Tac-K: Pasen una muy agradable tarde lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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