Mi asistente, mi misteriosa esposa
Capítulo 509

Capítulo 509:

Al darse cuenta de que había dicho más de lo que pretendía, Josué suspiró, se recostó en su asiento, cruzó los brazos y apoyó las piernas, quedándose en silencio.

Bryan jugueteaba suavemente con la manita regordeta de Gabriela. Entonces, un pensamiento le asaltó, haciendo que su expresión se ensombreciera. «¿Por qué están aquí?».

«Como dije, quieren traerme de nuevo como yerno conviviente», respondió Josué con irritación.

Bryan se enderezó, reflexionando un momento antes de afirmar con decisión: «Eso no es posible. El hermano de tu ex mujer tiene un estatus único y no puede moverse libremente entre países. No vendría aquí sólo por tu ex mujer».

Un pensamiento empezó a tomar forma en la mente de Bryan.

Josué lo captó rápidamente. «¿Crees que están aquí por el padre biológico de Travis? Pero él no está…»

Josue dejó «aquí» sin decir al recordar de repente que no estaba seguro de dónde estaba ahora el padre biológico de Travis.

«Lo averiguaré por ti. Esto no es algo para tomárselo a la ligera». Josué volvió a llamar a su ex mujer. «¿Qué estáis haciendo aquí realmente? No me mientas. Tu hermano no puede viajar libremente… ¡Maldita sea, no voy a quedar contigo!».

Su ex mujer colgó antes de que pudiera terminar de hablar.

Josué tiró el teléfono sobre la mesa, se pasó las manos por el pelo corto y dijo: «Quiere conocerme antes de explicarme por qué están aquí».

Bryan puso las llaves de su coche sobre la mesa y las empujó hacia Josué. «Coge mi coche».

Josue acababa de llegar al aeropuerto y había tomado un taxi directo al café.

Tras un breve momento de conmoción, Josue dijo: «Si me lleva de vuelta a la fuerza, ¿no la estás ayudando? Muestra un poco de compasión».

«Sólo estoy ayudando a un amigo a conseguir lo que quiere», replicó Bryan. «Termina tu café y ponte en marcha».

Josué pensó un momento. Creía que nada era más importante que la seguridad de su amigo, así que cogió las llaves y se marchó.

La ex mujer de Josué, Edna Cortez, era de ascendencia mixta, con unos ojos impresionantes y una figura notable.

Mientras dirigía su empresa de capital riesgo en el extranjero, Josué había conocido a Edna durante cenas de negocios.

Una cosa llevó a la otra, y el resultado fue una aventura de una noche y un rápido matrimonio en tres días.

Fue la decisión más impulsiva que Josué había tomado nunca.

En tres meses, Edna se quedó embarazada.

Entonces puso condiciones: quería que su hijo heredara la fortuna de su familia y, si Josué quería seguir con ella, tendría que convertirse en su yerno.

Josué se enfureció con las condiciones de Edna y se divorció.

No tuvieron contacto durante años, hasta que Josué se puso en contacto con el hermano de Edna para pedirle información sobre Bryan.

Cuando Josué llegó al hotel y encontró la habitación de Edna, llamó dos veces. La puerta se abrió de golpe y una esbelta figura salió corriendo a abrazarle.

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