Capítulo 475:

«¿Qué pasa?» Preguntó Benjamin riendo. «¿El señor Dawson impone normas estrictas en casa? No te permite ir?».

«¿Estás de broma?» respondió rápidamente Eileen. «No es eso. Simplemente no me gustan esos sitios. Pero no importa; iré esta noche».

«De acuerdo, iremos juntos», accedio Benjamin, evitando con tacto cuestionar sus razones.

Mas tarde esa noche, Eileen mintio acerca de la necesidad de trabajar hasta tarde y luego se dirigio al KTV con Benjamin.

«Ve y mira dentro. Yo esperaré aquí fuera», le dijo Eileen a Benjamin. Dado el tamaño del KTV, decidieron separarse para cubrir más terreno.

Benjamin salió del coche y entró en el KTV, mientras Eileen se quedaba atrás. Tras permanecer sentada en el coche unos diez minutos, empezó a sentirse sofocada. Salió y miró entre dos coches aparcados.

«Aún no ha llegado», anunció Benjamin al salir del KTV. «Aún es pronto; Lydia no ha llegado. Pero incluso si lo hace, ¿cuál es tu plan? ¿Hacer algunas fotos y amenazarla para intercambiar pruebas?».

No era una idea imposible, pero era poco probable que tuviera éxito.

«¿Y si Lydia se encuentra con alguien específico aquí?» Eileen se preguntó en voz alta, volviéndose hacia Benjamin. «Si realmente es ella, podríamos hacer que alguien se ganara su confianza, la siguiera a casa y luego consiguiera las pruebas».

Benjamin enarcó una ceja. «¿En qué estás pensando? ¿Lydia trayendo a un hombre a casa? ¿Tiene ganas de morir?»

El plan parecia inviable, pero Eileen y Benjamin sabian que tenian que intentar algo.

De repente, un olor familiar a colonia se acercó a Eileen. Antes de que pudiera localizarlo, Christos apareció frente a ella.

«Eileen, ¿estás aquí para divertirte?» preguntó Christos.

Benjamin miró a Eileen, perplejo, preguntándose cuándo había conocido a un joven tan apuesto.

Eileen se dio cuenta de que Christos llevaba lentillas de colores, que alteraban el color de sus ojos. Sin embargo, sus rasgos mestizos eran inconfundibles para cualquiera que lo mirara de cerca.

«Bueno… En realidad estoy aquí buscando a alguien», respondió Eileen con una sonrisa.

«¿Este chico es tu novio?» preguntó Christos, mirando a Benjamin con curiosidad.

Benjamin permaneció en silencio.

Al ver la compleja expresión en el rostro de Benjamin, Eileen no pudo evitar sentirse un poco divertida. Desde luego, Christos destacaba aquí. A Eileen le preocupaba que si Lydia llegaba y lo veía, podría levantar algunas sospechas.

Para evitar posibles problemas, Eileen sugirió que se dirigieran a una cafetería cercana, llevando a Christos con ellos.

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