Capítulo 469:

«¡Así es! No quiero hacer eso por ti!». Milford replicó con fiereza. «No te mereces mi amabilidad. ¡Eres un egoísta y un arrogante! Eileen es mejor que tú en todos los sentidos».

En ese momento, la ira de Zola estalló y golpeó a Milford con una furiosa bofetada.

La mejilla de Milford quedó marcada por una vívida huella roja, hinchada.

«Estáis todos engañados, pensando que ella es mejor que yo. Os mostraré el coste de vuestra traición». Zola, con los ojos inyectados en sangre y la furia intacta, empezó a lanzar objetos por la habitación.

Milford se retiró a su habitación y cogió su mochila, con la clara intención de marcharse.

Zola gritó: «Iré a ver a Eileen si no llegas a casa a tiempo. Si eres desobediente, la haré responsable de cómo te ha educado».

Milford apretó los puños, su mirada ardió en Zola antes de burlarse y salir furioso.

Zola estaba segura de que Milford volvería.

Milford sabía que meter a Eileen en esto sólo complicaría las cosas, y a pesar de sus enfrentamientos con Zola, volvería, soportando la situación por ahora.

Después de todo, la libertad se vislumbraba en el horizonte. Una vez que se graduara y ganara dinero por su cuenta, podría escapar de las garras de Zola.

La luz de la luna entraba en la habitación, arrojando un suave resplandor sobre el rostro de Bryan, con las cejas fruncidas y la respiración entrecortada.

Atrapado en un sueño inquietante, Bryan vio cómo Eileen lo abandonaba, su frenética búsqueda de ella inútil y desesperada.

El sueño parecía desconcertantemente real.

Gabriela lloraba en sus brazos, llamando a Eileen, sus lágrimas lo dejaban impotente, un profundo dolor se hinchaba en su pecho.

De repente, Bryan agarró la muñeca de Eileen y la despertó de un tirón. Sus ojos, claros y tranquilos, se encontraron con los de él, que aún conservaban los restos de su pesadilla.

El silencio se prolongó durante unos segundos. Antes de que Eileen pudiera expresar sus preocupaciones, Bryan la abrazó con fuerza.

Su agarre era inesperadamente fuerte, delatando un miedo como si soltarla fuera a hacerla desaparecer.

Eileen respondió rodeándole la cintura con los brazos, apretando la oreja contra su pecho para oír los rápidos latidos de su corazón.

Cuando el miedo de Bryan disminuyó, inhaló profundamente y relajó un poco su abrazo.

«¿Has tenido una pesadilla?» inquirió Eileen, con voz suave. Parecía la única explicación para la angustia de Bryan. «¿Qué fue? ¿Soñaste que Gabriela se casaba?».

La voz de Bryan era un susurro. «Soñé que te habías ido».

A Eileen le dio un vuelco el corazón. ¿Un simple sueño lo había sobresaltado hasta ese punto?

«¿Adónde iba a ir?». Eileen tranquilizó a Bryan con una suave palmada en la espalda, bromeando: «Ya tuve a Gabriela; ¿a dónde podría escapar?».

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar