Capítulo 449:

Pero Bryan respondió por ella: «Algo traman. Si vas, prepárate para todo».

«¿Ya lo sabes?» Preguntó Eileen, dejando el teléfono a un lado y tumbándose en la cama, con la cara apoyada en el pecho de Bryan. Apoyó la cabeza con la mano y lo miró. «Estoy lista, pero no iré sola».

Pensaba llevar a Raymond, y Julio también estaría allí.

Antes de que pudiera continuar, Bryan tiró de ella y la abrazó. Su cuerpo se apretó contra el de ella y su mirada se volvió intensa.

«¿A quién traes?» Bryan enarcó una ceja, claramente disgustado. «¿Soy una especie de vergüenza? ¿Crees que soy demasiado feo para que me vean conmigo? ¿Eh?»

¿Qué clase de tontería era esta? Eileen se quedó sin palabras, sus ojos se abrieron de par en par bajo la mirada penetrante de Bryan.

«¿Con quién estabas hablando en el coche?». La voz de Bryan era casi un gruñido, sus narices casi se tocaban.

Instintivamente, Eileen soltó: «Con nadie».

No estaba dispuesta a revelar que le había dado un millón de dólares a Roderick.

Para los extraños, el vínculo entre Eileen y Roderick podía parecer inexplicable, sobre todo después de años de separación y la implicación de Judie y Ruby.

Su negación no hacía sino alimentar la frustración de Bryan.

Los labios de Bryan cayeron para morder la barbilla de Eileen, haciéndola chillar.

El sonido fue rápidamente silenciado por un beso enérgico, mientras la posesividad de Bryan surgía, sin dejar lugar a explicaciones.

Su lado racional, sin embargo, recordó que su bebé dormía cerca. En lugar de llevarla al baño, llevó a Eileen al estudio.

Eileen pensó que Bryan se había cansado de aquel lugar en particular.

Apretada contra el frío y duro escritorio con los dedos entrelazados, Eileen se dio cuenta de que aquello no era más que el principio del verdadero castigo.

«¿Soy feo?» preguntó Bryan, con voz áspera.

Casi riendo, Eileen respondió: «Nunca he dicho que seas fea».

No quería que Bryan se fuera, pero le preocupaba que su anterior conducta autoritaria pudiera verse comprometida.

«¿Entonces tengo buen aspecto?» Bryan presionó, todavía no satisfecho.

«¡Estás fantástica, pase lo que pase!». La respuesta de Eileen hizo que el corazón de Bryan palpitara de alegría.

Aunque Bryan fuera calvo, seguía siendo guapo. Sus rasgos parecían perfectamente combinados, como si los hubieran creado los mismísimos dioses.

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