Mi asistente, mi misteriosa esposa -
Capítulo 431
Capítulo 431:
Mientras tanto, en el coche, el ambiente estaba cargado de tensión. Milford sujetaba su mochila, mirando por la ventanilla en silencio.
La furia de Zola estaba lejos de amainar. Se había ganado su puesto al frente del Grupo Apex gracias a sus habilidades, ¡no por medios turbios! La desagradable reputación de haber promocionado su carrera a través de favores íntimos era una historia inventada por Kian, y ahora tenía que cargar con ella.
Mientras Zola se sumía en la frustración, sonó su teléfono a través del sistema Bluetooth del coche. Miró a Milford, dudó y decidió colgar.
Instantes después, apareció un mensaje de Kian con una dirección y el número de una habitación de hotel. Su mensaje era claro: le eran indiferentes los recientes escándalos y esperaba que ella siguiera adelante.
«¿Cuándo empieza el nuevo semestre?» Zola intentó desviar la conversación.
«Pasado mañana», respondió Milford secamente, evitando el contacto visual.
Su respuesta distante no hizo más que frustrar aún más a Zola, pero se recordó a sí misma que ya había vuelto y que tenían mucho tiempo por delante para reparar su relación. Tenía que moderar su irritación.
Aún esperaba que Milford acabara apoyándola para dirigir el Grupo Apex.
«Pasado mañana te llevaré a la universidad y me haré cargo de tus gastos de matrícula y manutención».
Sin embargo, Milford no parecía muy agradecido. «Sólo transfiere el dinero. Puedo ir a la escuela por mi cuenta».
Zola vivía a dos horas en coche de la universidad, y el autobús tardaría aún más. A pesar de haber sido recientemente objeto de trols en Internet, Zola mantuvo la calma, pero su actitud poco cooperativa estaba poniendo a prueba su paciencia.
«¿Cómo piensas llegar? ¿En autobús? ¿Con todo ese equipaje? Estoy intentando ayudarte, no seas tan desagradecido».
Milford hizo una mueca burlona mientras le devolvía la mirada.
«¿Intentas ayudarme o sólo avergonzarme aún más? En la Universidad de Willowbrook, las noticias de negocios son como el pan de cada día. Todo el mundo allí conoce los titulares de hoy al dedillo. ¿Por qué te molestas en venir a dejarme?».
Milford iba a estudiar administración de empresas, un campo en el que cada noticia empresarial era crucial. Los escándalos, como el de Zola, también serían escrutados y recordados.
«¿Soy una vergüenza para ti?» Los dedos de Zola se apretaron alrededor del volante. «Recuerda que, sin mi ayuda, seguirías atrapado en ese miserable lugar de Wistland, rodeado de alborotadores. Ya podrías estar muerto».
«¿Qué tiene que ver tu ayuda con mis logros?». La voz de Milford era firme. «¡Fue Eileen quien me sacó de aquel lío!». Agarró su mochila con fuerza, su resolución de distanciarse de Zola cada vez más fuerte.
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