Mi asistente, mi misteriosa esposa -
Capítulo 375
Capítulo 375:
Bryan besó la mejilla de Eileen y luego se levantó para preparar la fórmula, regresando a sentarse al lado de Gabriela tal como lo había hecho la noche anterior. Eileen alimentó al bebé mientras Bryan apagaba la luz y se entretenía en su teléfono, investigando todo sobre los hitos de los bebés: cuándo les empiezan a salir los dientes, comienzan a hablar y, sobre todo, a caminar. Estaba profundamente fascinado por toda esta información.
Mientras tanto, los ojos de Bryan brillaban de curiosidad mientras seguía ojeando su teléfono.
Una media hora más tarde, Gabriela se había dormido. Eileen retiró con cuidado el biberón y trasladó a Gabriela a la cuna, procurando no despertarla.
Al darse la vuelta, se encontró de pronto envuelta en el intenso abrazo de Bryan. Casi jadeó de sorpresa, pero Bryan le apretó los labios con el dedo para callarla, sellando el gesto con un beso.
«Al baño», susurró Bryan, sin esperar la respuesta de Eileen. Se levantó de la cama y la cogió en brazos, llevándola de lado hacia el cuarto de baño.
El cuarto de baño era espacioso, con una bañera grande y una amplia repisa en la que Eileen podía sentarse. Bryan la colocó en la repisa, sus miradas se clavaron mientras la besaba con fervor. La cabeza de ella se apoyó en el espejo mientras él la besaba con una intensidad urgente.
El entorno desconocido, la intimidad añorada y el espacio aislado agudizaron los sentidos de Eileen, que respondió instintivamente a Bryan.
La luz de la luna caía en cascada sobre la piel de Eileen, iluminando las huellas de los besos de Bryan. A medida que entraban en calor, los mechones de pelo de Eileen se pegaban a su frente y mejillas húmedas, y su suave voz se apagaba.
Aunque sólo estaban en el cuarto de baño, no era más que una puerta lo que los separaba del resto de la casa. No se atrevía a hacer ruido, salvo en los momentos en que se volvía demasiado abrumadora para contenerla.
Bien entrada la noche, Bryan estaba sentado en el salón, rodeado por una nube de humo. Lydia, que había estado durmiendo, bajó las escaleras y aceleró el paso al ver a Bryan.
«Brandon, ¿por qué no estás durmiendo?».
«¿Cómo iba a dormir?». Brandon exhaló una nube de humo, cuyo aroma llenó el aire a su alrededor.
Lydia se detuvo y dijo: «La solución está justo delante de ti. Si no la abordas, ¿qué puedo hacer yo?».
De repente, Brandon se levantó y agarró la muñeca de Lydia. «Cuando te casaste conmigo, prometiste proteger la fortuna de la familia Dawson y vengarte por mí. Esa fue la única razón por la que te ayudé. Pero ahora, ¿qué tengo?»
«Aún no hemos llegado al final, ¿por qué tanta prisa?». A Lydia le dolía la muñeca de su agarre, y su expresión se ensombreció. Luchó por liberarse del agarre de Brandon, se alisó la ropa y añadió: «Además, la reciente financiación del Grupo Apex no implicaba añadir las acciones del padre de Travis. Una vez hecha la inversión, ¿no sigue perteneciéndole?».
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