Me perteneces Omega
Capítulo 51

Capítulo 51:

Los ojos de Ryan pasaban por encima de Allison y Ethan. Sus manos se aflojaron en el pomo de la puerta. Sus ojos se volvieron oscuros. Allison lo miró fijamente como si se hubiera quedado muda ante la situación.

«¿Dónde están tus modales? Deberías haber llamado a la puerta». soltó Ethan.

Sus brazos seguían rodeando la cintura de Allison.

«Tienes razón. Debería haber llamado». murmuró Ryan.

Sus ojos estaban fijos en Allison. Allison negó con la cabeza.

«Ryan-» Él la cortó en seco.

«Vine a ver cómo estabas desde que me enteré por las criadas que te habías puesto enferma. Pero parece que ahora estás más que bien». Ethan asintió con la cabeza.

«Ella está bien. Nadie tiene que preocuparse por ella».

«Tienes razón. Ya que ella tiene nuestra cabeza Alfa, ¿quién necesita preocuparse? Continúa, no te preocupes por mí». Ryan dijo y salió de la habitación; no se olvidó de cerrar la puerta detrás de él.

Allison estaba estupefacta. ¿Qué acababa de pasar? «Allison» Oyó a Ethan y se dio cuenta de que aún la sujetaba. Ella rompió su agarre y se volvió hacia él.

«Deja de hacer esto. Hace un momento, Ryan nos malinterpretó».

«No, él entendió bien. Siento algo por ti y sé que aún me quieres».

«No, no te quiero. No te quiero».

«Eres libre de mentirme, pero no puedes engañarte a ti misma». Allison salió de la habitación de Ethan, y sus ojos se posaron en la habitación de Ryan. Ella lanzó un suspiro y luego. se alejó de la casa de la manada. Al día siguiente, llegó a la escuela más temprano que de costumbre.

«¿Dónde te has perdido?» Teresa le preguntó a Allison. Estaban sentadas en la cafetería ya que era su único lugar para charlar durante mucho tiempo sin ser interrumpidas.

«¿Allison?» La llamó por su nombre y le dio unas palmaditas en el brazo.

«¿Eh?» La mente de Allison se agitó por las palabras de Ethan. No sabía por qué su destino jugaba así con ella.

«¿Está todo bien?» Le preguntó Teresa. Anoche no pudo llamar ni contarle nada a Teresa porque se fue a casa y se encerró en su habitación. Lloró sola en su habitación.

«Le perdoné».

«¿Le perdonaste? Pero dijiste…»

«Sí, recuperé a mi lobo».

«Allison, ¿por qué no me diste esta buena noticia antes?».

«Hay otra cosa, Teresa.»

«¿Qué?» Teresa frunció el ceño mientras esperaba la respuesta.

«Se confesó conmigo». Allison dejó escapar un susurro. Teresa jadeó al oírla.

«¿Él qué?» Allison bajó la cabeza y la apoyó en la mesa.

«Dijo que se había enamorado de mí».

«¿Cómo se atreve? ¿Te rechazó y ahora habla así? Debería haberte aceptado, si le importabas».

«Dijo que se enamoró de mí después del rechazo.»

«¿Eh? ¡Ese bastardo! Por su culpa tuviste que soportar tanto dolor, no deberías ceder ante él tan rápido». Allison la escuchó y cerró los ojos.

Estaba confundida. Antes del rechazo, estaba locamente enamorada de Ethan. Su sola mirada bastaba para hacerla sonreír. Pero ahora, ¿cómo la situación se volvió así? No estaba contenta, sino enfadada con él. Su confesión echó sal en sus heridas. Intentó olvidarlo todo, pero ahora sus palabras se habían quedado grabadas en su mente.

«¿Quieres aceptarle?» Teresa formuló una pregunta. Ella levantó la cabeza y la sacudió.

«No, no lo quiero otra vez en mi vida. Ya he tenido bastante. Yo sólo….» Hizo una pausa mientras pensaba en aquellos días en los que corría detrás de él como una loca.

Desde su infancia, él era la niña de sus ojos. Quería que estuviera con ella para siempre. Ella le dio el lugar que nunca sería capaz de dar a nadie más en toda su vida. A pesar de que él le destrozó el corazón y de que ella le perdonó por ello, el agujero que dejó no estaba completamente lleno. Teresa le acarició el pelo.

«No pienses en ello. Déjalo todo en manos del destino, como me dijiste antes. Espera y verás lo que ha decidido para ti». Ella asintió y habló en voz alta: «Anoche me abrazó para impedir que me fuera. En ese momento, Ryan abrió la puerta y nos vio juntos».

«¿Hizo alguna escena allí?»

«No. Pero creo que nos malinterpretó». Teresa miró a Allison detenidamente.

«Si vas por ahí con Ryan, sería polémico porque todos sabemos que es un playboy. Así que puedes pensártelo. Pero aunque Ryan os malinterpretara a Ethan y a ti, ¿y qué? Antes no estabas acomplejada. ¿Qué te ha pasado?». Allison se sentó erguida y se volvió hacia Teresa.

«Tienes razón. ¿Por qué debería importarme?».

En ese momento, Ryan entró en el café con Max y Owen. Los ojos de todos se posaron en él. Todas las chicas lo miraban fijamente. Allison oyó a esas chicas y torció la cabeza hacia su lado. Caminó hasta una mesa en la esquina y se sentó allí. Parecía que acababa de llegar a la escuela.

Ella no lo había visto venir al café normalmente. Hoy también parecía diferente. Tenía la cara fría y los ojos oscuros. Su camisa blanca y sus vaqueros negros se ajustaban muy bien a su cuerpo. Sus músculos eran visibles para los demás con ese atuendo.

Allison comenzó a pensar en el tatuaje que había notado en su pecho cuando se conocieron en el club. Aquel día también llevaba una camisa blanca. Hoy su tatuaje estaba oculto bajo la camisa.

Vio que sus amigos se levantaban y le preguntó algo, luego se dirigió a pedir por ellos. Su mirada estaba fija en él.

De repente, sus ojos captaron su mirada, como si supiera que ella le estaba mirando. Ella sintió que el corazón le daba un vuelco y apartó la mirada de él.

«¿Qué? ¿Quieres aclarar el malentendido?». preguntó Teresa.

«¿Debería?»

«Lo que tú quieras».

«De acuerdo». Allison presionó las manos sobre la mesa y se levantó.

Se dirigió lentamente a la mesa donde estaba sentado Ryan. Los demas la miraban mientras iba hacia alli. Ya habían visto esas fotos de ella y Ryan, así que empezaron a inventar historias sobre ellos en sus mentes.

Allison se detuvo frente a Ryan y le dijo mirándolo: «¿Tienes tiempo? Necesito hablar contigo».

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