Me perteneces Omega
Capítulo 128

Capítulo 128:

Ryan apartó la cabeza de Allison y le hizo una señal al conductor: «Arranca el coche».

«Sí, Alfa», cumplió el conductor con prontitud, dirigiéndolos hacia su destino. Elora se sentó junto a Ryan en el asiento trasero, estudiando su rostro con atención. Parecía indiferente.

«A veces me pregunto cómo estuviste con ella todos esos meses, teniendo en cuenta lo indiferente que pareces ahora», preguntó Elora, recorriendo con los ojos sus apuestos rasgos. Sin inmutarse, Ryan sacó el teléfono, escribió un mensaje y se lo guardó en el bolsillo de la americana.

«Ryan», dijo ella en voz baja, tratando de tocarle el corazón.

Él la agarró de la muñeca antes de que pudiera apoyarse en él. Ella tragó saliva, nerviosa, y se encontró con su fría mirada con una sonrisa. Sus ojos oscuros se clavaron en los de ella.

«Se me olvidaba: no tienes corazón, Alpha -bromeó, riendo suavemente. Su sonrisa era seductora, capaz de cautivar a cualquier hombre, pero Ryan era diferente. Elora llevaba mucho tiempo obsesionada con él, cegada por el amor desde el día en que se conocieron. Su madre, una bruja de alto rango entre poderosos aquelarres, le había advertido en repetidas ocasiones que se mantuviera alejada de aquel hombre peligroso, pero el amor había anulado su cautela.

La primera vez que Elora vio a Ryan fue cuando éste vino a estudiar a su pueblo. Aunque ella lo admiraba a diario, él prestaba poca atención a las chicas, manteniendo una reputación de alborotador que mantenía a los demás a distancia. Nunca reveló su verdadera identidad como hijo de un alfa, alegando que su padre le había abandonado y viviendo en consecuencia. Incluso el director conocía su verdadera condición, llamando a menudo a su padre debido a su mal comportamiento. A pesar de su popularidad, Ryan nunca tuvo citas, desinteresado por los vínculos románticos a pesar de los innumerables intentos de chicas enamoradas.

En aquella época, Elora era una bruja corriente, encaprichada de Ryan pero no del tipo que mira desde lejos. Fue audaz y se acercó a él a pesar de sus temores. Ryan la ignoró al principio, lo que encendió su atracción más profunda. Cuando ella se volvió más firme, amenazando incluso a otras mujeres que se le acercaban, Ryan se enteró de la noticia. Curioso, se enfrentó a ella, cuestionando su persistencia.

Elora le confesó su amor aquel día, pero Ryan la rechazó, alegando que no tenía corazón que ofrecerle. Sin inmutarse, ella le persiguió sin descanso, incluso después de que su madre se enterara de su obsesión y del peligro que entrañaba. El poderoso estatus y el aura de Ryan intimidaban a todo el mundo, y se mantuvo distante hasta que salvó a Elora del peligro, revelando un lado compasivo. Ella se dio cuenta de su importancia, pero nunca se aseguró un lugar en su corazón, a pesar de convertirse en su futura Luna y sufrir la transformación en híbrida.

«Una traidora como ella nunca volverá a encontrar un lugar en mi corazón», murmuró Ryan, mirando por la ventana. Elora se inspeccionó las uñas despreocupadamente y murmuró: «Pues a mí me parece muy bien».

Sus ojos anaranjados se volvieron hacia ella. Elora soltó una leve carcajada y sacudió la cabeza cuando se le pasó una idea por la cabeza.

«Te temen por tus manadas y guerras. Me pregunto qué harán cuando descubran quién eres en realidad».

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