Me perteneces Omega
Capítulo 122

Capítulo 122:

Alpha Neil miró con el ceño fruncido a Ryan, que le ignoró e indicó con un gesto a sus oficiales que se sentaran cerca. Elora ocupó su lugar a su derecha, donde tradicionalmente se sentaba una Luna. Los demás se acomodaron en sus asientos. Allison trató de evitar mirar a Ryan, pero se encontró mirando de un lado a otro entre él y Teresa. Teresa la evitaba, dejando a Allison perpleja por este comportamiento inesperado de su ex mejor amiga. Ella miró alrededor de la habitación, notando las variadas expresiones en los rostros de todos. Su padre, Alpha Neil y Ethan compartían la misma expresión: estaban disgustados con Ryan, pero su autoridad les impedía hablar en su contra. Allison respiró hondo y se concentró en su plato. No se sentía bien; su mente estaba abrumada.

«Hay bastante silencio aquí, Teresa. Mencionaste que disfrutaría de esta manada, pero parece todo lo contrario», comentó Elora, comiendo con expresión decepcionada. Allison levantó la cabeza y miró a Teresa, frotando suavemente el brazo de Elora y sonriendo tranquilizadora.

«Me aseguraré de que te lo pases bien aquí. No te preocupes. Te llevaré a visitar la ‘Moonlight Crown University’. Nuestra escuela es realmente admirable. Además, esta manada tiene clubes, teatros, centros comerciales y mucho más», la tranquilizó Allison.

«¿En serio?»

«Sí», asintió Allison, mirando brevemente a Ryan. Teresa solía tratarla con el mismo cuidado que ahora mostraba a Elora. Apretó los puños, resistiendo el impulso de enfrentarse a Elora. Sacudió la cabeza y volvió a concentrarse.

«No es culpa suya», se recordó a sí misma, tratando de calmarse.

«¿Me acompañas, Ryan?» preguntó de repente Elora, llamando la atención de Allison. Ryan, que comía tranquilamente, hizo una pausa y miró a Elora. Tras un momento de silencio, respondió: «Lo haré». Su mirada recorrió entonces la habitación, deteniéndose al encontrarse con los ojos de Allison. Allison sintió un nudo en la garganta y empezó a toser inesperadamente. No había previsto que Ryan la mirara.

«Toma, bebe esto», dijo Ethan, tendiéndole un vaso de agua. Ella lo tomó y bebió rápidamente. Ethan le frotó suavemente la espalda.

«Siempre te digo que no comas tan rápido. Nunca me haces caso», dijo Ethan en voz baja, mirando a Ryan como si lo desafiara.

«Parece que Alpha Ethan quiere de verdad a su Luna», comentó Elora, con un tono más burlón que admirativo.

«Claro que la quiero. Es la única mujer de mi vida», afirmó Ethan con seguridad. Allison apartó ligeramente la mano de Ethan de su espalda para que nadie se diera cuenta.

«¿Y tú?» preguntó Elora con curiosidad, presionando aún más. Allison miró a Elora y sonrió.

«Yo también», respondió, mirando a Ryan. Su mirada continua la sorprendió, aunque sus ojos sólo reflejaban desdén.

«Después de todo, soy su futura Luna», añadió Allison, haciéndose eco del comentario anterior de Elora desde el salón. Elora escrutó a Allison con una mirada desdeñosa. Allison se preguntó si Ryan había dicho algo sobre ella. Antes de que Elora pudiera hacer otra pregunta, Ryan interrumpió bruscamente: «Come tranquilamente». Elora obedeció sin más conversación, como si fuera una orden que tuviera que cumplir.

Alpha Neil y el padre de Allison intercambiaron sonrisas, complacidos por la respuesta de Allison. Mientras tanto, Ethan sabía que Allison estaba fingiendo, pero se sentía aliviado de que ella hubiera reconocido públicamente que lo amaba, aunque fuera con falsos pretextos. El silencio volvió a apoderarse de la sala. Ethan lo rompió dirigiéndose a Max.

«Hemos preparado habitaciones para todos ustedes. Mi Delta los acompañará a sus alojamientos después de la cena, donde podrán relajarse. Mañana programaré una reunión de manada», informó Ethan a Max. Max asintió y preguntó: «¿Cuál es el propósito de la reunión?».

Sorprendido, Ethan respondió: «Sólo una orientación con los otros alfas».

Max se volvió hacia Ryan. «Alfa, ¿estás de acuerdo?» A Allison le sorprendió la profesionalidad de Max. Aún recordaba cuando habían sido mejores amigos.

«Ya que estás aquí de visita, los otros Alfas deberían tener la oportunidad de conocerte», respondió Ryan a Max. Este asintió en silencio, con el ánimo sombrío. ¿Estaba reflexionando sobre algo más? El silencio volvió a apoderarse de la sala. La cena transcurrió sin contratiempos. Después, el Delta de Ethan condujo a cada miembro de la manada Luna Negra a sus habitaciones. Dado lo avanzado de la hora, Allison y sus padres decidieron marcharse.

«Bajaré en un minuto», dijo Allison, mirando hacia arriba. Subió las escaleras y caminó por el pasillo, con la intención de hablar con Teresa. Quería saber por qué su antigua mejor amiga la trataba así. ¿Cómo podía una mejor amiga hacerle esto a otra? Una vez se habían llamado «hermanas de otra madre». Observó varias puertas a lo largo del pasillo, recordando que había oído que Max y Teresa estaban llegando. Se acercó a las dos últimas puertas, una enfrente de la otra, eligiendo la de la izquierda para la Beta de la manada. Llamó a la puerta y esperó fuera. Al no recibir respuesta, volvió a llamar varias veces, sin obtener respuesta. Abrió la puerta y entró.

«¿Teresa? ¿Estás aquí?» Al no ver a nadie dentro, ni siquiera a Max o Teresa, murmuró: «Tal vez me equivoqué de habitación». Su mirada se desvió hacia la puerta del baño. Al abrirse, Ryan salió con ropa informal y el pelo húmedo de una ducha reciente. Su ceño se frunció al verla.

«¿Qué haces aquí? Su voz era grave y teñida de amargura. Allison tragó saliva nerviosamente ante su pregunta, sus labios temblando bajo su fría mirada.

«Sólo estaba…», balbuceó, dando un paso atrás cuando él se acercó a ella. Intentó explicarse: «Vine a…».

Antes de que pudiera terminar, él la agarró del cuello y la empujó contra la pared. Sorprendida, sus ojos se abrieron de par en par cuando él la agarró con más fuerza y su intensa mirada la desestabilizó por completo. No era el Ryan que ella conocía; se había transformado en alguien totalmente distinto. Le advirtió con voz amenazadora, clavando sus ojos en los de ella.

«Aléjate de mí si quieres seguir con vida».

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