Mamá psicóloga
Capítulo 68

Capítulo 68:

POV Lizbeth

“¿Por qué no me dices mamá nena?”

La niña se aparta de mí, me pide mediante señas que ella me quiere, pero que no dirá una sola palabra y cuando mi niña sale corriendo de la habitación me doy cuenta de que no puedo hacer mucho más que tener paciencia.

El teléfono de la casa suena, frunzo el ceño caminando hacia donde está y contesto la llamada rápidamente.

Salgo de la habitación con prisas, escucho la voz del otro lado de la línea.

“Te dije que te largaras”

Esa amenaza me congela.

“Que te fueras donde no representaras un problema, pero sigues ahí, ¿Quieres que mate a esos niños?”

Me amenaza.

“Unos niños que ni siquiera son tuyos”.

“¿¡Quién eres!?, ¿¡Por qué está haciendo esto!?”

“Porque estabas en el momento equivocado y te metiste en medio de algo que no debías tonta, lárgate o vas a ver como esos niños mueren frente a tus ojos”.

La llamada se corta.

Camino rápidamente de regreso a la sala de estar y mi corazón se detiene cuando algo golpea la puerta principal.

Le pido a los niños correr a la planta de arriba, marco rápidamente el número de mi madre y supongo que mi tiempo se acabó.

“¿Sucede algo Liz?”

“Voy a marcharme mamá”, digo.

“No sé cómo voy a hacer esto, pero no quería que te preocuparas, pero puede que me marche por un tiempo”.

POV Jeremías

Llevo dos días reuniendo pruebas, dos días en los que me he dado cuenta de que no importa cuánto lo intente no hay nada que incrimine realmente a mi tío porque la nota no dice un nombre específico o una fecha y al ser un recibo de un casino simplemente puede interpretarse como una broma o amenaza circunstancial.

La cabeza está a punto de estallarme, así que decido ir a casa e intentar encontrar un poco de tranquilidad, pero el ambiente en ella no es precisamente relajado.

Por el contrario, siento que algo está terriblemente mal.

“¿Lizbeth?”

Entro a la habitación de los niños, pero no están y tampoco mi esposa o el perro que mi madre le regaló, intento llamarla, pero su móvil me da fuera de servicio.

Me asomo a una de las ventanas tratando de pensar en dónde podría estar y entonces los veo, sentados en el jardín, sobre una manta.

Frunzo el ceño cuando veo a mi esposa hablar con alguien y luego de colgar tratar de mantener la calma, bajo las escaleras preguntándome qué está mal, pero ni siquiera he tenido tiempo de llegar a donde están cuando mis hijos corren para saludarme.

“¡Papá!, ¡Te extrañamos!, ¿Verdad Lulu?”

Mi hija asiente.

Beso a mi hija en la mejilla antes de caminar con ellos de regreso a donde Lizbeth sigue sentada y no me trago la sonrisa forzada en su rostro.

El perro corre también hasta mí, así que cuando los niños comienzan a correr lejos para que lo persigan aprovecho la oportunidad para sentarme junto a Lizbeth.

“¿Cómo estás?”

Trato de besarla, pero ella se aparta.

“¿Estás enfadada porque no llamé?, las cosas están resultando más complicadas de lo que pensaba, por eso yo…”

“Mi profesor dijo que Lucas estaba casi curado”, su voz se siente extraña.

“También me dijo que Lucía hablará en algún momento y yo…”

Se queda en silencio unos minutos.

“Yo creo que voy a conseguir un trabajo lejos de aquí”.

“¿Lejos?”, ella me mira raro.

“Porque te irías lejos si puedo darte un trabajo en mí…”

“No creo que sea buena idea, creo que debo irme y como ya Lucas está mejor, me gustaría que hicieras los papeles para finalizar nuestro contrato”.

“¿Qué quieres decir Lizbeth?”

Ella respira hondo.

Luego mira hacia los niños con esa tristeza que cae sobre su mirada y mis ojos notan la tensión en todo su rostro cuando habla con una voz que definitivamente nunca le escuche usar antes.

“Quiero decir que el trato está terminado, que me iré y que lo único que necesito es el dinero que acordamos”

“Lizbeth, este no es el momento para bromas, las cosas están…”

“Ese no es mi problema Jeremías, Lucas está casi curado, no me necesitas más aquí y puedes dejarlos con tu madre”

Niego sin creer que está diciendo eso realmente.

“Sé que estás ocupado, pero por favor resolvamos esto pronto, quiero irme lo antes posible”.

“No Lizbeth, tú no puedes estar diciendo eso”

Trato de tomar su mano, pero ella se aparta.

“Sé que no lo dije directamente, pero yo no creo que pueda vivir sin ti cerca de mis niños, pensé que podría ofrecerte hacer este matrimonio más real, que quizás nosotros podríamos…”

“Esto fue un negocio, sabíamos que terminaría y fuiste tú, incluso, el que dijo que no deberíamos involucrarnos en algo más que se%o o compañía”

Sus palabras suenan vacías.

“Me iré mañana, hablaré con los niños hoy en la noche y los llevaré a casa de su abuela”.

“¿Qué está pasando Lizbeth?”, digo tratando de sujetarla, pero ella se pone en pie con prisas, así que hago lo mismo.

“Cómo pretendes que me crea todo lo que estás diciendo de la nada, no suenas como tú, tú no eres así”.

“Tú no me conoces jeremías y solo soporté a tu familia o los problemas, porque los niños me necesitaban, porque me estabas pagando una buena cantidad y sobre todo porque estabas cuidando bien de mi padre, pero yo… yo necesito irme de aquí lo antes posible…”

No la dejo terminar.

La tomo en mis brazos, ella trata de alejarse, pero esta vez no se lo permito, la beso en los labios.

Ella jadea, pero me devuelve el beso demostrándome que todo lo que está diciendo es una mentira.

Algo más está pasando aquí y no quiero forzarla a decirme, pero tampoco quiero que haga algo tan absurdo como marcharse.

Sea lo que sea que esté pasando, la quiero aquí porque después de todo es verdad que no puedo vivir sin ella.

No tenía planeada casarme o realmente tener una esposa después de que la última vez que tuve una relación todo termino siendo un desastre.

Me prometí cuidar de los niños y es justamente eso lo que estoy haciendo.

“Dime que está pasando Lizbeth”, le pido.

“Sé que puedo ayudarte, porque quieres irte de repente porque…”

“Es suficiente”

Ella se aparta.

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