Mamá psicóloga -
Capítulo 63
Capítulo 63:
POV Lizbeth
Después de pasar por casa para ir por mi madre, al fin llegamos al hospital.
“Cariño”
La voz de mi padre es tan débil que mi corazón se rompe un poco más.
“Tu madre me dijo que lo conseguiste”
Su sonrisa es débil, pero brillante.
“Nunca lo dude, te dije que lo harías”
“¡Papá!”
mis ojos se humedecen cuando me acerco a la cama.
“No me hagas llora tan temprano en la mañana”.
“¿Llorar?”, niega.
“Mi hija no puede llorar, todos son éxitos”, me responde.
“Ya puedo morirme en paz, ya mi hija estará bien”.
“¡No digas esas cosas!”, suplico.
“No vas a morir aún, estamos cuidándote bien para… para…”
“Vamos a ser sinceros aquí, Lizbeth”
Mi madre suelta un quejido, pero mi padre simplemente extiende su mano hacia mi rostro.
“Voy a morir, puede que no hoy, pero esto no voy a durar mucho tiempo más”, sonríe.
“No me torturen de esa forma”.
“Papi, no puedes decirme esas cosas cuando vengo a mostrarte que conseguí eso que tanto me dijiste”, sorbo por la nariz.
“Yo no lo hubiese logrado sin tu apoyo”.
“Sabía que eras una chica fuerte”, me dice.
“También sé que salvaste a esas personas”, sonríe.
“Y quiero decirte lo orgulloso que estoy de todo”, repite.
“Incluso de dejar a ese hijo de… a ese molesto David”, suspira.
“Ahora tienes una familia, un hombre bastante amable y unos niños hermosos”, sonríe.
“No creí jamás que podría verte cuidar de unos niños, pero incluso ese placer me regalaste antes de morir, eres la mejor hija del mundo, Lizbeth”.
“Papá, no hables como si estuvieras despidiéndote, el médico dijo que estabas mejor, yo sé que conseguiremos que…”
“Por favor cariño, no tengas esa esperanza”, me pide.
“Solo ten presente que estoy feliz, que soy el padre más orgulloso y que cuando las cosas terminen yo voy a seguir cuidándote”
Mira a mi madre.
“A las dos”.
Mi madre rompe en lágrimas, se sienta junto a mi padre en la cama y lo abraza mientras él hace lo mismo.
Mi pecho se llena de tristeza.
Todos los sentimientos dentro de mí se mueven de un lado a otro golpeando cada nervio dentro de mis sentimientos.
Sé que él va a morir, pero no quiero que hable de ello de esa forma, no quiero que deje de luchar solo porque cree que sus objetivos están cumplidos.
Cielos, incluso si dijo que haría todo para verme levantarme otra vez después del accidente, ahora que he conseguido lo que le prometió.
No quiero verlo tan resignado.
“Iré a ver a Jeremías”, digo limpiando mis ojos.
“Tengo, tengo algo que contarle sobre los niños”.
“Claro cariño”, dice mi padre.
“Tu familia es lo más importante ahora”, mira a mi madre.
“¿Verdad?”
“Claro que sí, no puedo creer que mi niña tenga dos niños bajo su responsabilidad”, llora aún más.
“¡No puedo creer que realmente sea toda una mujer!”
Salgo de la habitación incómoda.
Los remordimientos diciendo que no debería engañar de esta forma a mis padres, pero la verdad es que sí me siento parte de algo por primera vez desde hace años.
Quizás es el hecho de que me di cuenta de que David nunca me hizo feliz.
También puede ser la forma dulce en que Jeremías me trata o simplemente estoy encantada con la forma en que cuida de sus hijos.
La forma en que sus hijos se han aferrado a mí, pero quiero seguir junto a ellos y me preocupa el día que todo esto llegue al final.
Busco el móvil alejando esos pensamientos, e intento llamar a mi esposo, pero corta la llamada.
Camino hacia el ascensor dispuesta a subir hacia su oficina por si está en medio de algo importante, pero el mensaje que envía me detiene.
[Estoy en una junta del grupo, te llamo apenas termine]
La decepción se mueve un poco por mí, pero supongo que estas cosas suceden, así que simplemente regreso con mis padres un rato más.
Después de recibir una llamada del doctor advirtiéndome que los niños ya han terminado su terapia.
Accedo a ir por ellos para dejarlos con mi madre por esta noche.
Mañana es la ceremonia de graduación y pensé que quizás esta noche podría tener un momento íntimo con mi esposo.
No estoy segura de que sea buena idea, pero quiero hacerlo así que simplemente me dejo llevar.
Después de dejar a mi madre y los niños en su casa, paso por el supermercado para comprar algunas cosas.
Conduzco a casa feliz de poder tener un rato a solas con mi esposo, pero antes de que pueda llegar un coche me corta el paso en medio de la carretera.
Salgo del mío molesta, el sujeto de unos cuarenta años que se baja del otro coche se acerca a mí demasiado de prisa y antes de que me dé cuenta estoy siendo sometida contra el lateral de mi auto.
“Escúchame bien maldita z%rra, tardamos, pero te encontramos”, su voz, congela mi sangre.
“Te dejamos vivir bien hasta ahora, pero será mejor que te largues lejos y no le digas nada a nadie de por qué”,
Su voz se hace más atemorizante.
“Porque, aunque el jefe es bueno, tiene sus límites así que lárgate o esos niños que estás cuidando van a terminar pagando que te metieras en medio hace unos años”.
Soy soltada con un fuerte golpe, caigo de rodillas en la carretera con el pánico impidiéndome moverme y mis ojos se quedan fijos en el hombre que camina rápidamente de regreso al auto sin matrícula.
Mi muñeca duele, mi cabeza se siente pesada y siento que los recuerdos de aquel maldito accidente se hacen más fuertes.
¿¡Por qué demonio aparece alguien ahora!?
¿¡Porque me amenazan si ni siquiera recuerdo bien a que sucedió esa noche!?
POV Jeremías
Paso una mano por mi cabeza, intento contenerme solo porque el hombre sentado frente a mí sigue siendo de mi familia, pero después de la llamada que residí.
Después de que ese extraño sembrara ideas en mi cabeza, lo último que quería era verlo.
“Te dije que te quedaras en casa, Antoni…”
Me mantengo al margen.
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