Mamá psicóloga -
Capítulo 102
Capítulo 102:
POV Beatriz
Llevo una mano a mi v!entre y pienso en los dos bebés que están creciendo dentro de mí y sé que necesito conseguir un trabajo, que necesito hacer las cosas por mi cuenta, ya que después de todo no voy a quedarme con Lucas.
Mi pecho se mueve desanimado ante esa realidad, me digo que no debería sentirme de esta manera, incluso si accidentalmente deje que un extraño impulso nos llevara a besarnos.
Él gatos mi lado maúlla, lo tomo en la mano con una sonrisa en mis labios que intentan ocultar la verdadera tormenta dentro de mis sentimientos.
Salgo de la habitación con el animal que ni siquiera me pertenece en brazos, llego hasta la cocina y me detengo cuando veo al hombre que trato de evitar aún en la cocina preparando alguna cosa.
“¿Tienes hambre?”, dice él como si nada estuviera fuera de lugar aquí.
“Casi termino de preparar los sándwiches”
No sé qué decir.
Me encojo de hombros antes de pasar a su lado en la estrecha cocina para ir por la comida del gato.
Pero está demasiado alto para mí, así que aunque intento estirarme todo lo que puedo, no logro alcanzarla.
“Déjame ayudarte”.
Dice él, antes de que pueda reclamar, mis ojos se encuentran con sus dedos masculinos sujetando la bolsa para ponerla a mi alcance y cuando me doy la vuelta para agradecerle mis ojos son capturados una vez más por los suyos.
“Gracias Rick tenía hambre y yo…”
“No estés nerviosa”, dice él.
“No hubo nada de malo en lo que sucedió, fue bueno, fue…”
“Fue incorrecto, usted no es realmente nadie en mi vida de forma íntima y yo estoy esperando el hijo de alguien más”, niego.
“No creo que sea bueno, que algo como eso sucediera, lo siento realmente, lo siento mucho”.
“No hay por qué sentirlo”, responde.
“Fue un beso, nada más que un beso y tu vida no acaba porque estés embarazada”
Él me mira.
“No deberías sentir culpa tampoco, si fuéramos a calcular quién sería el más responsable el hombre que te abandonó lo sería”
Me agrada escuchar lo que él dice.
Incluso si no quiero hacerlo, sonrío ligeramente agradecida y me gustaría tanto haber conocido a alguien tan bueno como él en lugar de al maldito que me traiciono, que me mintió y solo me tiró a un lado cuando como una tonta le di lo que quería.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos, el hombre frente a mí maldice antes de limpiar mis mejillas para un minuto después hacerme ocultar la cabeza en su pecho.
Lo abrazo con fuerza, susurro una y otra vez para mí misma que debería alejarme, pero él se siente tan cálido que no soy capaz de hablar.
Lloro una y otra vez, el dolor de sentirme sola disminuye lentamente y después de unos minutos simplemente me quedo en silencio.
El hombre que me abraza me aleja de su pecho ligeramente, peina mi cabello antes de mirarme a los ojos con una consoladora sonrisa en sus labios.
“No deberías llorar”, me dice.
“Estás embarazada, tu bebé se pone triste como tú”
Lleva su mano a mi v!entre junto a la mía.
“¿Esos bebés merecen ser felices?”
Usa uno de sus dedos para alzar mi barbilla.
“Tú mereces ser feliz y voy a ayudarte así que no te sientas mal por todo esto”.
No puedo hablar.
Quiero llorar una vez más.
Pero el beso que este hombre encantador deposita en mis labios me lo impide.
No es un beso sensual o violento…
Él simplemente deja a sus labios rozar los míos para después acariciar mi cabello con cuidado.
“Comamos un poco”, él sonríe.
“No pude contarte sobre el trabajo que conseguí para ti”
POV Lucas
Observo en silencio a la chica demasiado dedicada en su tarea a pocos metros de mí, le dije que no tenía que levantarse temprano, ocuparse de mí o el gato.
Pero ella simplemente lo hace y siento que una vez más he vuelto a estar cuidado por alguien.
Sé que este sentimiento de cariño que desprende en mí no tiene nada que ver con la lástima o su triste historia.
Ella realmente es el tipo de mujer que me gustaría tener si fuera capaz de aferrarme o sentir algo por alguien, sí que esta angustia vuelva.
No soy buena compañía tampoco.
Mis crisis no son frecuentes, pero sí demasiado fuertes y en ocasiones puedo parecer completamente loco.
No es normal que alguien se despierte gritando a tu lado o que pase la noche completamente angustiado sin ningún motivo, así que prefiero evitar que todos vean ese tipo de cosas.
No puedo contarle a mi madre porque soy un hombre adulto, con una vida que tuvo suficiente cuidado de ella.
No puedo dejar que siga pendiente de mí hasta el día en que muera, sé que mi problema no tiene cura.
Solo puedo mejorarlo y esperar que las crisis lleguen rápido y así de rápido se marchen, pero mi madre no lo entendería, así que prefiero ocultarlo.
“¿Está bueno?”
La chica se acerca con una taza de café para mí.
“Hace tiempo no hacía pan casero, pero me encantó prepararlo”.
“Es el mejor pan que he probado”, respondo con sinceridad.
“¿Que tienes pensado hacer hoy?”
“Realmente no mucho, quería limpiar un poco y tal vez ir a hacer la compra”, suspira.
“Me siento un poco mal por no tener como ayudarte con los gastos”.
“No necesitas hacerlo”, respondo tomando una de las tostadas y untando mantequilla en ella antes de entregársela.
“¿Te gustaría ir conmigo a ver ese trabajo que te conté?”
“¿De verdad?”.
Sonrío complacido cuando su rostro se emociona.
“No necesito verlo, cualquier cosa está bien”.
“Me gustaría que lo vieras, además, si no es bueno para tu estado, no pienso dejar que lo hagas”.
“Necesito ahorrar dinero”, responde ella.
“Da igual cómo lo haga yo… necesito tener algo que ofrecerle a mis hijos”.
“Dije que te iba a ayudar, no te preocupes por eso”.
“De verdad le agradezco, doctor”, me mira.
“Pero usted no estará ahí para siempre y necesito saber valerme por mí misma porque dudo que alguien alguna vez quiera…”, niega.
“Es mi familia, estos bebés me necesitan y estoy más que dispuesta a hacer todo para protegerlos”.
La miro tocar su v!entre.
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