Mamá psicóloga
Capítulo 10

Capítulo 10:

POV: Lizbeth

El niño en mis brazos llama entonces mi atención con sus manitas acariciando mi rostro y muerdo mi mejilla interna mientras trato de sonreírle.

Él deja caer su cabecita una vez más sobre mi hombro.

Toma un mechón de mi cabello entre sus dedos y habla con voz feliz.

“Mamá tienes un cabello muy bonito”

Me quedo en silencio ante esas palabras.

“Se parece al dibujo que hizo Lucía”.

¡Cielos!

¿Qué debería hacer ahora?

Llegamos a una de las zonas más exclusivas de la ciudad en unos veinte minutos después.

Me bajo del auto aun sosteniendo al niño en brazos y tengo que contener una exclamación cuando observo el frondoso jardín que precede a la mansión donde estamos.

“Entremos”.

Dice el hombre pasando a mi lado, el niño en mis brazos me pide bajarlo al suelo, hago lo que me pide, pero antes de que pueda siquiera pensar en escapar, sus pequeñas manitas me arrastran dentro de casa.

“¡Ven mamá!”

Me dice sintiéndome aún más incapaz de irme.

“Te mostraré mis juguetes y los de Lucía”.

¡Cielos! ¿Que hago!

Grito para mí misma mientras entro a la inmensa mansión.

El niño me lleva de la mano directamente hacia las escaleras y cuando su padre aparece creo que es la primera vez que me siento agradecidas.

Lucas tiene una furtiva discusión con su padre, pero después de un momento sube las escaleras enfadado.

“Bueno, supongo que puedo irme”

Llevo las manos a mi espalda.

“Por favor deje de aparecer en mi vida”.

“No puedo dejarla ir”, dice él alzando la manga de su camisa.

“Al menos escuché lo que tengo que decir y el diagnóstico de mis hijos antes de negarse una vez más”.

“Mire, no creo que eso sea una buena idea”, respondo mirándolo.

“No voy a cambiar de opinión, además una mentira como la que pretende podría afectar aún más a…”

Mi voz se apaga cuando noto la magulladura enrojecida en su brazo.

Me siento un poco culpable porque probablemente lo hizo cuando me ayudó y me cruzo de brazos con resignación.

“Bien, lo escucharé mientras curo su herida”

Él mira su brazo cuando yo hago lo mismo.

“Pero no creo que nada de lo que digas me haga cambiar de opinión”

POV Jeremías

“No suelo hablar de estas cosas”, digo entrando en la oficina.

“Comprenda que el asunto del que hablaremos aquí es estrictamente privado porque pretendo mantener a todos lejos de mi vida privada”.

La chica frente a mí ni siquiera me presta atención.

Ella simplemente rebusca alguna cosa en el botiquín de primeros auxilios que una de las empleadas trajo a mi oficina.

Ella golpea el sitio junto a ella en el sofá de mi oficina y ni siquiera me he sentado del todo cuando toma mi brazo.

“Bien, puede comenzar a hablar”, dice observando mi rasguño.

“¿Por qué le prometió a un niño de siete años que le daría una madre?”, su voz es molesta.

“Comprar personas no es legal, ¿Lo sabe?”

“Lucas ha estado comportándose completamente diferente desde que usted apareció”, admito.

“¿Sabe? Es la primera vez que lo veo pedirle a alguien que lo lleve en brazos a excepción de mí».

Ella alza su mirada.

Luego la veo tomar un poco de antiséptico de la caja de primeros auxilios y hago una mueca de dolor cuando el producto arde en mi herida.

La chica frente a mí ríe ligeramente antes de tomar el ungüento de la casa.

“Es normal que un niño no quiera que otros lo lleven en brazos, eso no es…”

“Hace unos años tuvieron un accidente”, la interrumpo.

“Mi hijo tiene ataques de pánico y le dan crisis cuando escucha una discusión o ve algún tipo de violencia”, la miro directamente a los ojos.

“Mi hija no ha dicho una palabra en cuatro años, así que si aparece la oportunidad de que acepten su tratamiento voy a hacerlo”

Ella hace de sus labios una línea.

Luego termina de colocar el ungüento en la herida y la veo colocar un curita en dicho lugar antes de cerrar el botiquín para mirarme con demasiada resignación en sus ojos.

“Mire, realmente lo lamento por lo que sucedió y no quiero decir que quizás deba cambiar de doctor, pero los niños se resisten al tratamiento la mayor parte de las veces, los padres deben…”

“No puedo gritarle, no puedo dejarlo con una niñera porque le hace mil travesuras e incluso los doctores pierden la paciencia después de dos sesiones”, niego.

“El día que lo conoció en el parque escapó después de que el doctor dijera que no lo dejaría ir a casa hasta que hablara sobre su familia, ¿Sabe cómo me siento?”

“Lo entiendo, Señor Mark, pero yo tengo mis propios problemas ahora mismo, no puedo estar pensando en algo como esto”.

“¿Problemas?”, niego.

“Le dije que pagaré sus deudas”

Hice una pausa.

“Le daré un lugar para sus prácticas, ¿Por qué se niega?”

“Porque cometí el error de pensar que la familia de mi exnovio me ayuda de buena voluntad y todo esto pasó”, ella niega.

“Además, no quiero deberle nada a nadie”.

“Piense en su familia, en su carrera”

Bajo la mirada sin poder evitarlo a su brazo.

“No creo que pueda esperar más tiempo para…”

“¿Usted me investigó?”

Ella nota mi mirada, e intenta cubrir su muñeca.

“¿¡Cómo pudo hacer eso!?”

“Porque mi hijo necesita su tratamiento, pero permítame decirle que es usted una estudiante excelente”, soy sincero.

“Además, ¿Piensa tirar todo a la basura así? Sabe muy bien que no encontrará donde hacer las prácticas y sé que las necesita. Ahora por favor piense en mi propuesta, cásese conmigo hasta que mi hijo esté curado, se lo pagaré muy bien”.

“Eso es lo que no entiende, usted”, me dice ella mientras acomoda su bolso listo para salir de la oficina.

“El dinero, no lo quiero y a largo plazo no creo que sea prudente mentir sobre esto a un niño, ahora debo marcharme”.

La veo caminar hacia la puerta de mi oficina.

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