Mamá correcta, papá equivocado
Capítulo 77

Capítulo 77:

Tamara sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar las amenazas de Laurent. Sabía que debían actuar con precaución y tomar medidas para protegerse a sí mismos.

“No te preocupes, Ángela. Vamos a enfrentar esta situación juntos. Xavier y yo haremos todo lo posible para mantenernos a salvo y protegerte a ti también. No permitiremos que Laurent nos haga daño”. Le aseguró Tamara, tratando de transmitir confianza a la joven.

Ángela asintió, pero su mirada reflejó miedo e incertidumbre. A pesar de su corta edad, había sido testigo de una serie de eventos perturbadores y se encontraba en medio de una situación complicada. Tamara se acercó a ella y la abrazó, ofreciéndole consuelo.

“Vamos a superar esto juntos, Ángela. Y si resultas ser hija de Xavier, serás parte de nuestra familia, haremos todo lo posible para protegerte, además de brindarte el amor y el cuidado que mereces”. Le dijo Tamara con voz suave.

La joven se aferró al abrazo de Tamara, sintiendo un poco de paz en medio del caos. Sabía que aún había muchos desafíos por delante, pero al menos no estaba sola.

Al día siguiente llegó Xavier, no pudo dormir en toda la noche pendiente de lo que pudiera pasar, tenía la mente llena de pensamientos y preocupaciones. Por eso apenas levantarse, luego de ducharse y vestirse fue al apartamento de Tamara, como tenía llave abrió la puerta y vio a Tamara cocinando.

“¿Ya estás despierta? ¿Te caíste de la cama?”. Preguntó tomándola por la cintura y besándola al mismo tiempo que acariciaba con suavidad su vientre.

“Veo que también te caíste de la cama”.

“No pude dormir, estaba muy preocupado pensando que Laurent se podía presentar por aquí, tengo la sensación de que ella está planeando algo”.

“Creo que sí, anoche conversé con Ángela y me reveló varias cosas expresó”. Tamara y enseguida comenzó a contarle las cosas que le había dicho.

“Tamara, sé que habíamos quedado en que no querías guardaespaldas y que no deseabas mudarte a la casa que compramos hasta casarnos, pero no voy a estar tranquilo mientras estés aquí sola. Lo mejor será que lo tres nos vayamos a la casa y que contrate personal de seguridad… mi propuesta no admite discusión. Debemos ser cautelosos y tomar medidas para protegernos, mi prioridad es su seguridad”.

“He decidido hacer la prueba en varias clínicas, en la de mi familia y en otras dos más, porque si el resultado es negativo y la hicimos en la clínica donde mamá es socia, Laurent puede decir que se manipularon los resultados. Por eso lo mejor será hacerlo en dos sitios más… ahora si quieres yo puedo terminar de preparar el desayuno”.

Ella negó con la cabeza.

“Como yo empecé a cocinar, déjame que termine de hacer el desayuno, mejor ve a despertar a Ángela”.

Así lo hicieron, él despertó a la jovencita y mientras se arreglaba se fue a la cocina a ayudar a Tamara. Una hora después, luego de desayunar, estaban en una de las clínicas que escogió. Laurent lo llamó y le preguntó dónde estarían y él le indicó, sin decirle que irían a otras dos clínicas, por eso ella se apareció allí.

Mientras les tomaban las muestras de saliva a Xavier, ella no dejaba de tratar de intimidar a Tamara.

“¿Qué vas a hacer cuando en las reuniones y cumpleaños de mi hija deban ir sus padres? Me imagino que no podrás estar tranquila imaginándote que puedo lograr hacer con Xavier, como dice el dicho: donde hubo fuego, cenizas quedan”. Manifestó en tono divertido.

“Uno, confío plenamente en Xavier, y de lo de las cenizas depende… porque si el agua se las lleva ni rastro de ellas quedan”. Respondió Tamara en el mismo tono divertido que había usado.

“¿Y por qué debes venir a mis cumpleaños y reuniones de escuela, si nunca lo has hecho?”. Preguntó la jovencita y el rostro de Laurent enrojeció.

Se levantó como si hubiese sido impulsada por un resorte y le brincó encima a Ángela, la hubiese abofeteado si Tamara no se le hubiese sostenido la mano.

“¡Tú no vas a golpearla!”. Espetó Tamara mirándola de manera desafiante, mientras el rostro de la mujer se tornaba más rojo.

“¡Es mi hija!”. Exclamó indignada.

“Eso no te da derecho a arremeter en su contra”. Declaró furiosa.

Pero antes de que Laurent pudiera arremeter en contra de Tamara, apareció Xavier.

“¿Qué pasó?”. Interrogó Xavier viendo la mano de Tamara sostener la de Laurent.

“Intentó golpear a Ángela. Te aconsejo que, si resulta ser tu hija, busques la manera de que esta mujer no se acerque a ella, porque ya tengo claro cuál es su forma de intimidarla. No le da cariño, pero si quiere darle golpes, ella tiene de instinto maternal, lo que yo tengo de mecánica de aviones”.

“Ángela, pasa que te están esperando para tomarte la muestra”. La niña asintió y caminó con miedo al interior del laboratorio, pero antes de que se alejara, Laurent se le acercó.

“No te pongas en mí contra Ángela, porque soy tu madre y puedo enviarte a donde quiera, desde un internado hasta irte a vivir conmigo”. Susurró para que su voz solo fuera audible para la niña”. Así que más te vale que seas mi aliada”.

“¿Qué le estás diciendo?”. Inquirió Xavier.

“Nada, solo me estoy disculpando con mi niña ¿Hay algún problema con eso?”. Pronunció de manera divertida: “Para que se relajen, lo mejor será que me retire”.

Dicho eso, se alejó dejando confundida a la pareja.

“Algo le dijo a Ángela, debes buscar la forma de alejarla de ella, esa mujer me provoca demasiada angustia”.

“No tienes que mortificarte, deja que yo me encargue. Voy a conversar con nuestros abogados para explorar las opciones legales que tenemos para garantizar la protección de Ángela. No permitiré que Laurent la utilice como una herramienta en su intento de hacernos daño. Pero primero habría que ver si soy su padre y si tengo ese derecho”.

“Xavier y si no es tu hija ¿Tú pudieras adoptarla? Me da lástima esa niña, pero no creo que yo pueda adoptar porque apenas cumpliré veintitrés, puedes hablar eso también con el abogado”. Propuso Tamara y él asintió.

Minutos después, Ángela venía de vuelta.

“¿En cuánto tiempo tendremos los resultados?”. Interrogó Ángela.

“En cinco días”. Respondió Xavier: “Pero antes quiero que repitamos esta prueba en dos lugares más, para estar seguro de que los resultados sean los correctos”.

Así lo hicieron para garantizar la exactitud de los resultados, Xavier decidió llevar a cabo la prueba de ADN en otros dos lugares. Incluso una de ellas se trataba de una clínica conocida como la mejor para la obtención de muestras del material genético para su posterior análisis. Un experto equipo médico se presentó en el apartamento de Tamara y recopiló las muestras necesarias.

Por su parte, Laurent estaba decidida a utilizar cualquier medio necesario para lograr su objetivo que era separar a Xavier de Tamara. Por eso decidió aprovecharse de la presencia de su hija en la vida de Xavier para usarla.

La niña tenía un celular que le había dado y le mandó un mensaje de texto amenazador.

El mensaje decía: [Ángela, necesito que me hagas un favor. Quiero que seas mis ojos y oídos allí. Debes hacer todo lo posible para que Xavier y Tamara se peleen, si no lo haces, no te permitiré ver a Xavier, aunque las pruebas de ADN digan que es tu padre. Haz lo que te digo si quieres tener una oportunidad de ser parte de su vida].

Ángela se sintió intimidada al leer el mensaje. La amenaza de Laurent la perturbó profundamente. Sabía que tenía que proteger a Xavier y a Tamara de su madre, debía tener en cuenta el bienestar de los bebés que Tamara llevaba en su vientre. No podía hacer nada que pudiera poner en peligro a los pequeños.

Decidida a enfrentar la situación, Ángela respondió al mensaje de Laurent:

[No puedo hacer lo que me pides. Tamara está embarazada de trillizos y cualquier alteración en su estado emocional podría afectar a los bebés. No voy a hacer nada que ponga en riesgo su salud ni la de los bebés que lleva en su vientre].

Laurent no se dio por vencido tan fácilmente. Decidió apelar a los deseos de Ángela.

[¿No te gustaría ser la única hija de Xavier? Si haces lo que te pido, tendrás la oportunidad de tenerlo solo para ti].

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