Capítulo 69:

Enseguida la habitación se iluminó con las luce, revelando a Tamara, su hermano menor y a sus padres, todos mirando atónitos la escena.

El gemelo mayor, Junior, se sentó en la cama con una expresión de confusión y sorpresa en su rostro.

“¡Oh Dios mío! ¡Lo siento mucho! ¡No tenía idea de que eras tú! Pensé que se trataba de Tamara”. Expuso Xavier, avergonzado y sintiendo una mezcla de alivio y risa nerviosa.

Tamara, aun en shock, se cubrió la boca para contener la risa mientras miraba a su hermano y a Xavier enredados en una situación incómoda.

“¿Pero qué está pasando aquí?”. Preguntó el padre de Tamara, visiblemente molesto por el alboroto repentino en la casa.

Junior miró a su padre con una sonrisa pícara en el rostro.

“Parece que tenemos una pequeña confusión familiar aquí, papá. Xavier entró a la habitación de Tamara y me estaba abrazando… bueno, aunque lo hizo pensando que era Tamara”. Se burló.

El padre de Tamara suspiró y lo miró con aparente molestia.

“Esto es increíble. Primero, les castigo para que no duerman juntos, dejando a Xavier en la sala, pero resulta que el hombre se escabulle y se cuela en la habitación que le prohibí ¿Qué sigue ahora? No respetan mi cara”. Dijo en modo teatral.

La madre de Tamara se unió a la escena, con una sonrisa burlona en el rostro.

“Creo que hoy hemos aprendido una valiosa lección. No se deben sacar conclusiones apresuradas y siempre es bueno asegurarse de a quien se tiene en la cama antes de abrazarla en la oscuridad”.

Todos en la habitación empezaron a reír.

“Lo siento Junior, no sabía que eras tú”. Dijo Xavier más relajado.

“No hay problema, Xavier. Estas cosas pueden pasar. Al menos, tendremos una historia divertida para contar en el futuro”.

Tamara se acercó a Xavier, tomándolo de la mano y mirándolo con cariño.

“Bueno, eres un tramposo porque sabías que no podíamos dormir juntos esta noche, pero al menos tenemos una anécdota graciosa para recordar”.

Xavier sonrió y le dio un beso suave en la frente.

“Pero ¿Por qué estabas en otra habitación y no en la tuya?”. Inquirió entrecerrando los ojos.

Tamara se sonrió misteriosamente.

“Es que tenía la sospecha de que ibas a escabullirte, como papá no te dejó dormir ni siquiera en la habitación de huésped, supuse que dormirías incómodo y que tarde o temprano vendrías a buscarme, porque eres un señor tramposo”.

“Es que sabes que no puedo mantenerme alejado de ti por mucho tiempo”. Expresó mientras Xavier besaba suavemente sus labios ante un gruñido de Lorenzo.

“Bueno Sebastini, vas a tener que practicar, porque debes volver a tu sofá y dejar de comer delante de quien está a dieta por tu culpa”. Expresó y todos soltaron la risa.

Al día siguiente, Tamara y Xavier regresaron a su ciudad. Él la acompañó hasta su apartamento donde se despidió con pocas ganas de irse, y a pesar de su decisión, ella sabía que también lo iba a extrañar.

“No te preocupes que no vas a librarte fácilmente de mí”.

Él regresó a su suite. Sin embargo, lo primero que hizo fue buscar un agente inmobiliario para que le buscara una casa, tenía pensado en enviársela a Tamy para que ella decidiera cuál le gustaba más.

Cuando Tamara recibió el mensaje con las imágenes, negó con la cabeza mientras Freya la miraba.

“¿Qué ocurre?”.

“Mira las imágenes de casa que me envió Xavier, dijimos que iríamos poco a poco y su respuesta es comprar una casa”. Dijo entre risas, aunque por dentro se sentía halagada de su acción.

“Es lógico que lo haga, van a tener no un hijo, sino tres, independientemente de si deciden tener una relación romántica, sus vidas siempre estarán unidas por esas tres hermosas criaturas que vienen en camino”. Declaró Freya y Tamara asintió.

“Si te soy sincera, ya no me imagino mi vida con Xavier fuera de ella, él vino a darle una inyección de energía, entusiasmo y optimismo. Aunque sé que ha habido situaciones que me hacen dudar, una parte de mí me dice que es sincero”. Suspiró con una expresión de ilusión.

“Y lo es… sabes que investigué algo de él y es bastante interesante, mira”.

Enseguida le mostró un reportaje que hicieron de su vida.

“Al parecer intentó quitarse la vida por una chica, su nombre es Laurent y la conocía desde que eran niños, se enamoró de ella cuando era y quería casarse. Supuestamente ella también lo amaba, pero gente dice que solo quería utilizarlo por dinero y para tener el estilo de vida de esa familia. Por eso, para protegerlo su padre dejó establecido que, en caso de su muerte, Xavier no tendría acceso a su dinero. Eso a él no le importó hasta que un día llegó sorpresivamente a casa de la chica y la escuchó hablando. No sé más del tema, esto es todo lo que encontré, al parecer borraron todas las publicaciones y anuncios relacionados con ese tema”.

“¿Y qué intentó hacer para quitarse la vida?”. Interrogó Tamara con interés.

“Al parecer se estrelló contra un auto, pasó un tiempo en coma y un año recuperándose, ni siquiera podía caminar”.

Después de un momento de silencio, Tamara suspiró y miró fijamente a Freya.

“Es una historia trágica. No puedo imaginar lo que pasó por su mente en ese momento, pero también muestra su determinación para sobrevivir y superar esa experiencia, me hace admirarlo aún más”.

Freya asintió con seriedad.

“Sí, es impresionante cómo ha logrado reconstruir su vida después de algo así, creo que eso demuestra su fuerza interior… estoy segura de que te ama sinceramente, Tamara. Puedes verlo en sus acciones y en cómo te trata”.

Tamara suspiró nuevamente y miró las imágenes de las casas que Xavier le envió.

“Tienes razón, Freya. Nuestras vidas estarán siempre conectadas por estos bebés. Aunque todavía tengo mis dudas y miedos, siento que estoy dispuesta a darle una oportunidad a nuestro amor y a construir un futuro juntos”.

Freya sonrió y le dio un abrazo reconfortante.

“Eres valiente, Tamara y mereces ser feliz. Si decides seguir adelante con Xavier, estaré aquí para apoyarte en cada paso del camino”.

Tamara asintió, agradecida por tener a su amiga a su lado.

“Gracias, Freya. Tu amistad significa mucho para mí… pero ahora quiero que me respondas algo ¿Qué pasó con el Doctor Santorino?”. Su amiga la vio como si no supiera de qué estaba hablando: “No me mires así, no te hagas la loca y cuéntame, sé que ese día de disculpas estuvieron juntos… teniendo intimidad”.

Freya la miró sorprendida.

“¿Y cómo lo sabes?”.

“Ay, amiga, se les veía de aquí a P$kín, incluso tu doctor tenía un chupetón en el cuello”. Dijo Tamara en un tono divertido.

A pesar de no ser tímida, Tamara vio a Freya sonrojarse mientras negaba al mismo tiempo.

“Ese fue debut y despedida”. Respondió con aparente indiferencia.

“¿Cómo así? Si dijo que hasta nos invitaría a comer”. Declaró Tamara sorprendida.

“Ay querida amiga, te falta mucho por aprender, a veces esas cosas se dicen para tener algo que decir, no porque lo sientan realmente… y no te preocupes, ese hombre me da igual, él es solo una muesca en la cabecera de mi cama”. Expresó, aunque en su voz había un ligero tono de amargura.

“Y creo que ni a eso llegó”. Pronunció Tamara tratando de animarla.

“Eso es correcto, ni siquiera llegó a ser una muesca en la cabecera de mi cama, porque me lo tiré en su consultorio”. Señaló y las dos terminaron riéndose a carcajadas.

Tamara vio el teléfono y su amiga adivinó sus pensamientos.

“Respóndele amiga, vamos”. La animó.

Así que Tamara decidió responder el mensaje de Xavier. Aunque todavía había incertidumbre en su corazón, sentía que debía tomar ese riesgo y abrir su corazón a una nueva etapa de su vida.

[Hola, Xavier. Las casas que me enviaste son hermosas. Primero pensé que era demasiado pronto, pero luego pensé que considerando que los trillizos ya vienen en camino, creo que más bien es tarde para encontrarla. Me gustan todas y podemos verlas cuando quieras. Aprecio tu gesto, aunque aún tenemos mucho que descubrir y construir como pareja. Te quiero].

Después de enviar el mensaje, Tamara se sintió aliviada y esperanzada. Sabía que había tomado la decisión correcta para ella y para su futuro. Ahora, solo el tiempo diría qué depararía para ellos.

Mientras tanto, Xavier recibió el mensaje de Tamara con una sonrisa. Aunque su impulso inicial era acelerar las cosas, sabía que debía ir al ritmo que Tamara marcara, por él estaba dispuesto a esperar y construir una relación sólida juntos.

[Sé que tienes razón, Tamara, pero la compra de la casa es para nuestros hijos, debo ser un padre responsable. En cuanto a nuestra relación, iré con más calma, a tu ritmo, te prometo que disfrutaremos de cada momento. No importa lo que decidas en el futuro, siempre estaré aquí para ti y para nuestros bebés. Te amo].

Con esa respuesta, los dos sonrieron como tontos sin dejar de observar su respectivo teléfono, estaban decididos a disfrutar ese viaje lleno de amor, descubrimiento y crecimiento.

Ambos estaban dispuestos a ser pacientes, enfrentar los desafíos y celebrar los momentos de alegría que la vida les presentara. A medida que se fuera acercando el nacimiento de sus tres hijos, Tamara y Xavier se preparaban para enfrentar juntos el futuro con esperanza y determinación. Aunque los dos estaban lejos de saber las difíciles pruebas que tendrían que afrontar.

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