Capítulo 45:

El rostro de Tamara palideció, por un momento se sintió intimidada al estar en la presencia de ellas y creyó haber hablado entre dientes, solo audible para ella.

“Juro que lo voy a matar”. Pero lamentablemente para ella, las mujeres tenían muy buenos oídos y escucharon sus palabras.

“¡Ni se te ocurra! Mi niño a veces es un poco impulsivo y tiene uno que otro detallito que corregir, pero es un amor… es igualito a su abuelo, mi esposo”. Dijo Anabella defendiéndolo.

Las mujeres más jóvenes se vieron unas a otra, moviendo la cabeza de un lado a otro.

“Ay abuela, es que para ti Xavier es perfecto, como amas al abuelo y ellos se parecen mucho”.

“No, Xavier es una versión mejorada de mi esposo, porque él es más sensible… aunque cuando domas un Ferreri, ese hombre besará el piso por donde camines”. Dijo Bella, pero sus palabras fueron interrumpidas por Sofía.

“Te recuerdo que Xavier también es un Sebastini”.

“Pero tiene más de Sebas… es bueno que conozcas algo”. Continúo como si no la hubieran interrumpido: “Debido a una mala experiencia del pasado, mi niño se convirtió en un mujeriego rompecorazones. Aunque en ese sentido es como Camilo, mi segundo hijo, él no ilusiona a nadie. La que crea que puede ir más allá con él, está equivocada porque él no da falsas expectativas”.

Tamara suspiró, las mujeres eran muy amables, pero realmente ella se sentía demasiado mal para atender visitas de gente extraña.

“Discúlpenme de verdad, no quiero ser grosera con ustedes, tal vez en otras circunstancias las cosas serían distintas, pero ¿Me podrían decir el motivo de su visita? Les adelanto que, si es para interceder por Xavier, él y yo no tenemos nada… solo es una persona con la cual coincidí en una fiesta, en un avión y en una cena”. Enfatizó Tamara.

“Como que son muchas coincidencias”. Dijo Carlotta riéndose entre dientes.

Tamara la ignoró y continúo hablando.

“No estoy interesada en él como hombre ni como amigo… ya tengo demasiados conflictos en mi vida para agregar otro. Estoy pasando por una situación difícil y no tengo cabeza para nada más”.

Trató de ser fuerte, intentando diluir el nudo en su garganta, sentía que le faltaba oxígeno y se iba a ahogar. Su labio inferior empezó a temblar, por más que quiso no flaquear, no pudo contener la carga de emociones acumuladas y terminó explotando.

“Ya mi vida es una mi$rda por sí misma… un marido maltratador, que me vejó como mujer, me minimizó y me calificaba constantemente de frígida en la intimidad. Todo para que resultara g$y”. Pronunciaba mientras sus lágrimas rodaban por las mejillas: “No importa que hubiese pasado cinco años buscando lucir se%y para él”.

Esta vez dejo escapar un largo sollozo mientras las mujeres no dejaban de verla preocupada.

“Estuve muchos años esperando ser madre, añorando con toda mi alma tener un hijo, tanto que decidí usar la reproducción asistida ¿Y qué pasó? El condenado era estéril y me mandó a inseminar con el s%men de su amante. Díganme ¿Si ustedes fueran yo, tendría cabeza para lidiar con otro hombre que, aunque seductor es un mujeriego consumado?”.

El silencio fue total, ninguna se atrevió a decir nada.

“Lo siento, pero no estoy interesada en ningún hombre”. Dijo con firmeza llevándose las manos al rostro y explotando en un llanto: “Solo quiero estar sola, acostarme en mi cama y no despertar jamás”.

Alondra una de las tías de Xavier les hizo una seña a todas.

“Mujeres, creo que este no es el momento oportuno para hablar con Tamara de Xavier. Si seguimos presionándola, la próxima vez lo mínimo que le hará es amarrarlo de las… joyas de la familia, creo que es lo mínimo que se merece”.

“No creo que sea buena idea dejarla sola… se ve demasiado angustiada”. Dijo una de ellas.

“Yo me quedaré hasta que ella se sienta mejor”. Sentenció Alondra.

Todas se fueron preocupadas, porque habían visto el estado en que estaba Tamara.

“Creo que el Xavier me va a escuchar”. Dijo Gálata, la madre de Xavier: “Debe jurarme sobre la biblia que en verdad está enamorado de esa chica, que está dispuesto a amarla, cuidarla y ser un buen padre para su hijo. Porque ella no aguanta otra decepción”.

“Mamá, creo que ella debería estar sola y sanar, cuando el tiempo pase quizás su corazón esté listo para confiar: Mientras tanto, si mi hermano no quiere alejarse de ella, va a tener que conformarse con ser su amigo leal, demostrarle que se convirtió en un santo, que ella le interesa y practicar la castidad”. Declaró con vehemencia.

“Creo que tienes razón”. Dijo Anabella pensativa.

Cuando Tamara las vio irse, sintió un silencio absoluto en la sala y un suspiro de alivio salió de sus labios. La tía de Xavier le sonrió.

“Si, a veces podemos ser bulliciosas e intimidantes, pero somos muy unidas. Cada una de nosotras tuvimos nuestras experiencias de vida para lograr la felicidad… sabes, creo que yo fui una de las que más sufrió… porque pasé por cosas que, a pesar de que mis heridas han sanado, son marcas profundas”.

“¿Qué puede ser peor a mi historia?”. Preguntó Tamara.

Y Alondra se sonrió.

“Te sorprendería, perdona el abuso, pero ¿Puedo hacer un jugo mientras hablamos? Tú solo debes sentarte a escuchar”.

Tamara accedió y le indicó donde estaba todo. Así Alondra le empezó a contar su vida.

“Yo fui La chica más arrogante que te puedas imaginar, creía que todo me lo merecía e hice cosas malas a personas buenas. A la esposa del tío de Xavier, antes de que estuvieran juntos, la mandé a dr%gar con una gente y a simular que se había acostado con su cuñado… no me importó que podía ponerla en riesgo… pero como la vida es una p$rra y el Karma existe, me enamoré de su hermano, que en ese momento quería vengarse de mí porque le hice daño a su amigo.

Para no acerté el cuento largo, me sentí tan mal porque creí que Felipe no me amaba, que solo había sido una burla para él, porque eso fue lo que él me hizo creer. Yo creía que un mafioso, pero realmente trabajaba de agente encubierto y un día huyendo de él, uno de sus enemigos me atrapó y abusó de mí… fue el momento más horrible de mi vida, me quería morir, sentía que no valía nada, incluso llegué a creerme culpable por haber siclo víctima de eso… pisé fondo Tamara, pero renací, aprendí que las equivocaciones se pagan.

Surgió otra Alondra, una mujer fuerte, decidida, empática, y sané… lo hice con la ayuda de mi familia… a veces el apoyo de ellos es suficiente para superar todas las adversidades. Aunque creamos que nos cuestionarán o señalarán, no siempre es así, en mi caso su amor fue lo que me hizo salir adelante. Después de meses de luchar contra la depresión y el trauma de lo que había sucedido, me sentí fuerte para volver a salir al mundo y me di cuenta de que Felipe siempre estuvo cerca, cuidándome y ayudándome a avanzar”.

“Es admirable como salió adelante, eso demuestra el temple con el cual está hecha… yo no sé qué hacer, tenía tanta ilusión de tener un bebé, pero ha habido tantas complicaciones que a veces me pregunto si no estaré luchando contra la corriente”. Dijo en tono de tristeza.

“Tamara, una pregunta ¿Tú vas a querer menos a tu hijo porque no es hijo de Joel, si no de su amante? ¿Por qué lo querrías?”. Preguntó la mujer y ella frunció el ceño, un poco desconcertada.

“Porque es mi hijo”. Expresó con firmeza.

“Entonces allí tienes la respuesta… independientemente de quien sea el padre de ese bebé, de lo que no hay duda es de que tú eres su madre y por esa razón lo amaras”.

En ese momento repicó el teléfono de Tamara y ella le hizo un gesto con la mano para interrumpir la conversación y tomar la llamada.

“Aló, si ¿Con quién tengo el gusto?”.

«Señora Caslelli, le habla el Doctor Marco Santorino, le hablo de la clínica de fertilidad en donde se realizó la inseminación. Necesitamos que venga urgentemente el día lunes a primera hora, se ha presentado un problema”. Declaró el doctor y el miedo en Tamara no se hizo esperar.

“¿Qué clase de problemas?”. Preguntó sintiendo su corazón acelerado.

«Lo mejor será que venga a la clínica, el tema es delicado y no puede ser tratado por teléfono”. Sentenció el hombre.

Cuando cortó la llamada, Alondra vio su palidez y se acercó a ella preocupada.

“¿Qué pasa? ¿Qué te dijeron para que te pusieras así?”. Interrogó.

“Que surgió un problema y debo presentarme el lunes en la mañana en la clínica ¿Sabe lo que significa eso? Qué probablemente pase algo relacionado con mi bebé… le juro que ya no soportare otra mala noticia”.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar