Capítulo 28:

“En realidad salí de R%ma después que hablamos, me mandó tu mamá, quería que averiguara quien era la tal Tamara Castelli. Estaba demasiado preocupada, temía que fuera una mujer como tu ex”.

“¿Y acaso le contaste lo que hablamos? ¿No puedes ocultarle nada a mi mamá?”. Inquirió molesto: “Además, deberías recordarle que crecí, no soy un niño sino un hombre, no es necesario que anden persiguiéndome”.

“Al parecer no fue mala idea, porque aquí estas detenido por golpear a unos reporteros. Y claro que sabemos que eres un hombre, pero también conocemos todo lo que sufriste cuando Laurent…”.

Xavier lo interrumpió y no lo dejó terminar.

“No la nombres, ella quedó en el pasado… y no soy un jovencito enamorado que se va a querer morir porque una mujer lo deje”. Respiró profundo, se apretó el puente de la nariz diciendo: “Mejor dejemos ese tema hasta allí y respóndeme, ya sé por qué estás en Fl%rencia, pero ¿Qué haces en la comisaría? ¿Cómo supiste que estaba aquí?”.

Su padre suspiró pesadamente antes de responder.

“El editor en jefe de un periódico importante me llamó y me dijo que estabas en problemas, que habías tenido un incidente con el marido de tu amante y que te habías peleado con unos periodistas por ella.

Luego, al ver las noticias, escuché sobre la situación y supe que tenías problemas. No podía dejarte enfrentar esto solo. Soy tu padre y siempre voy a estar a tu lado así tengas más de cien años, mientras viva estaré para ti”.

Declaró con sinceridad su padre, y el más joven no pudo evitar sentirse conmovido por sus palabras.

“Tamara no es mi amante”. Respondió con firmeza.

“¿Y estaban rezando en la habitación de la chica con la ropa desarreglada y los rostros ruborizados por las velas que les prendieron a todos los santos?”. Se burló Matteo.

Xavier emitió un gruñido al escucharlo.

“No intentes engañarme hijo, yo soy hombre y también fui joven… pero creo que deberías alejarte de esa mujer, aunque es de buena familia, es casada y su marido parece que aún la ama y no quiere perderla… sabes el prestigio que han tenido nuestras familias, sobre todo los Ferreri. Ellos son como una pequeña monarquía en este país y en todo el mundo, son ejemplo de solidaridad, constancia, empatía y de valores familiares… tú no estás ayudando mucho”-

“¡Ese maldito no la ama! Sabes que escapó de su lado porque la golpeó, la humilló, la anuló como persona…ese desgraciado la ha tratado mal durante los años que han estado juntos”.

“Pero tal vez quiera cambiar, ¿Acaso no recuerdas que el estar a punto de perder a tu madre me hizo reaccionar y darme cuenta de que la amaba? ¿Quién dice que en este momento él no está sintiendo lo mismo?”. Inquirió su padre en defensa de Joel.

“¡Por Dios papá! Jamás golpeaste a mi madre, tú no eres Joel. Él tampoco respeta a Tamara, puedes creer que ese el desgraciado cuando nos encontró bailando, la culpó a ella prácticamente de provocar la situación… no, yo aprendí a conocer a la gente como él, solo quiere dinero y por eso arma este escándalo, porque solo busca posicionar su empresa, agarrar fama a través de la victimización”.

“Entonces no le des argumentos a ese hombre, aléjate de ella…”. Comenzó a decir y Xavier lo interrumpió.

“No puedo”. Respondió en voz baja.

“¿Desde cuándo te ha costado alejarte y dejar a una mujer?”. Vio la cara de su hijo y allí supo que era verdad lo que habían conversado por teléfono: “¿Entonces es verdad que te enamoraste de una mujer casada?”.

“Aunque nunca he estado enamorado, por los síntomas que he escuchado, creo que sí, fui contagiado de esa enfermedad”. Respondió con una expresión de diversión mientras Matteo lo veía con preocupación.

“¡Oh por Dios! ¿Y si ella vuelve con su marido? ¿Cómo quedas tú?”.

“Ella no volverá con él, porque Joel Prato no la supo apreciar y Tamara no es una mujer tonta. Ella tiene su carácter que estaba allí adormitado, pero ahora que ha despertado no será una presa fácil para dejarse convencer por él”. Habló con seguridad.

Matteo estaba preocupado por Xavier y sabía que cuando su esposa supiera eso no se sentiría mejor.

“Xavier, estoy preocupado por esta situación… quiero hacer un trato contigo”. Le pidió Matteo.

“¿Qué clase de trato?”. Interrogo entrecerrando los ojos con sospecha.

“Estos escándalos no le hacen bien a la familia, seguro que los periódicos de mañana te terminaran de crucificar y eso no nos conviene… no vuelvas a ver a esa muchacha…”. Antes de que pudiera continuar, él lo interrumpió.

“¿Te estás escuchando? Eso es un absurdo, no soy alguien a quien puedan manipular y tampoco, me voy a dejar que me impongan algo. Si esto es por los negocios familiares, son de ustedes, te los entrego, no necesito de nada de eso”.

“No te estoy manipulando y tampoco pretendo hacerlo, ni pienso quitarte el manejo de las empresas. Pero por favor escucha mi propuesta, tienes la posibilidad de negarte o aceptar sin presiones, pero por lo menos analiza lo que te diré”. Expresó y Xavier accedió a escucharlo.

“Te escucho”.

“No te estoy pidiendo que dejes de ver a Tamara para siempre, es solo por dos meses. Si en ese tiempo no vuelve con su exmarido, entonces puedes seguir viéndola y te daremos todo el apoyo para que estés con ella, ve esto como una especie de tregua”.

“¿Qué ganas con eso?”.

“Primero apaciguar a la prensa. Segundo, no propiciar un escándalo que afecte a las familias. Tercero, ver realmente lo que busca el tal Joel… y por último, estar seguros de que las intenciones de esa chica no es volver con su ex, no quiero que sufras ¿Qué dices?”.

Xavier tomó un momento para considerar la propuesta de su padre. No le gustaba la idea de renunciar a ver a Tamara, pero entendía su punto de vista en cuanto a los negocios familiares y la necesidad de evitar escándalos. Además, dos meses no eran tanto tiempo, y si las intenciones de Tamara eran verdaderas, entonces no habría motivos para preocuparse, así ella podría dedicarse a pensar en lo que quería para su vida.

Finalmente, miró a su padre y asintió con la cabeza.

“Está bien, acepto tus condiciones. Pero quiero que sepas que no voy a dejar que me impongan nada en mi vida personal, las decisiones las tomo yo. Si voy a aceptar ese plazo, es porque creo que ella también lo necesita para poner en orden sus ideas.

“Lo entiendo, hijo”. Respondió su padre con una sonrisa: “Confío en que tomarás la decisión correcta al final de esos dos meses”.

Xavier se levantó de la mesa y tomo su chaqueta que se había quitado al subí de la patrulla.

“Ya quiero salir de aquí”.

“Espera diez minutos, los abogados están arreglando todo… mira, me están enviando mensajes”.

Tomó el teléfono y se lo mostró.

“Y les está saliendo caro indemnizar a los reporteros que agrediste para que no presenten cargos en tu contra, creo que me vas a tener que dar la empresa esa que tienes por allí y de la cual te sientes muy orgullo”. Bromeó su padre.

Cuando Xavier vio los montos silbó con sorpresa.

“Deberían agradecerme por haberlos golpeado, y lo que se escaparon de mis golpes deben estarse arrepintiendo por no haberse dejado golpear”. Se burló.

Diez minutos después, llegó un oficial de la policía con uno de los abogados.

“Ya está todo listo, eres libre Xavier. Solo hay algo que tienes que hacer para que este escándalo no afecte a las empresas y acciones de la familia”. Dijo el hombre.

“¿Qué será? No tengo problema en hacer lo que corresponda”. Cuando las palabras escaparon de su boca, y vio el cruce de mirada entre su padre y el abogado, supo que había caído en una trampa.

“¡No!”. Exclamó.

“Demasiado tarde”. Respondió el abogado: “Tienes dos opciones, una rueda de prensa o un comunicado donde expliques que no tienes ninguna relación con Tamara Castelli y que no estas interesado en ella”.

Xavier negó enérgicamente.

“No diré eso porque sencillamente ella si me interesa”.

“Xavier, si no fuera necesario no haríamos esto…”. Antes de que el abogado siguiera hablando, lo hizo él.

“Enviaré el comunicado, pero no lo que ustedes quieran, sino uno escrito bajo mis términos”. Expresó y los otros dos se miraron sin pronunciar ninguna objeción, de todas maneras, ya habían logrado más de lo que habían esperado.

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