Madre correcta, padre equivocado
Capítulo 85

Capítulo 85:

Laurent respondió con una mezcla de triunfo y amenaza en su voz.

“Qué buena decisión, querida hija. Nos encontraremos en el parque cerca de la casa de tus abuelos en una hora, sé que estás allí. Asegúrate de no decirle a nadie ni que te sigan, ven sola. Si intentas hacer algo fuera de lo acordado, tu papito o quizás los trillizos que tanto quieres pagará las consecuencias”.

Ángela colgó el teléfono, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que estaba arriesgando su propia seguridad al ceder ante las demandas de Laurent, pero no podía soportar la idea de su padre sufriendo más por su culpa y menos que la amenazara con sus hermanos. Decidió que haría lo que fuera necesario para protegerlos.

Rápidamente buscó una hoja de papel, escribió una nota para Tamara, explicando brevemente la situación y pidiéndole que contactara a la policía tan pronto como fuera posible.

Dejó la nota sobre la cama, se colocó una bufanda, unos lentes y salió de manera silenciosa por la ventana de la habitación. Tamara y Freya, quienes estaban en la sala, no la escucharon.

Debía tratar de encontrar la manera de que las cámaras y los guardias de seguridad no la vieran.

Ángela corrió hacia la cerca, como era pequeña pudo deslizarse por la verja posterior utilizando unas tuberías y salientes para descender hasta el suelo sin llamar la atención. De allí corrió por las calles del conjunto residencial internándose en la ciudad. El corazón le latía rápidamente y tenía la mente llena de preocupación por su padre.

A medida que se acercaba al parque, su determinación se fortalecía y su miedo se transformaba en valentía.

Cuando llegó al parque, buscó un lugar apartado donde pudiera observar sin ser vista. Laurent ya estaba allí, de pie cerca de un banco, mirando a su alrededor con una sonrisa despiadada en el rostro.

Ángela la observó con detenimiento, tratando de encontrar alguna señal de debilidad o vulnerabilidad que pudiera aprovechar.

Mientras esperaba, pensó en la preocupación de su tía Kate, en sus mensajes, en su parecido con ella y de pronto una luz surgió en su mente.

¿Será que mi tía Kate es mi verdadera madre? Se preguntó. Entonces si era su madre, tenía una razón más para luchar en contra de Laurent y proteger a su padre.

Reunió fuerzas en su interior y se prometió a sí misma que haría todo lo posible para desenmascarar a su malvada ‘madre’ y poner fin a su reinado de manipulación y dolor.

De repente, Laurent se dio cuenta de la presencia de Ángela. Su sonrisa se ensanchó de oreja a oreja, se acercó a ella lentamente.

“Hija, me alegra que hayas decidido hacer lo correcto y venir con tu madre que te ama tanto”. Dijo con tono burlón: “Ahora podremos estar juntas como siempre debió ser”.

Ángela apretó los puños, conteniendo la rabia que sentía hacia Laurent.

“Esto no significa que te perdone por todo lo que has hecho. Solo estoy aquí para proteger a mi padre y asegurarme de que no le hagas daño”.

Laurent río con desprecio.

“Todavía tienes mucho que aprender, querida. Pronto te darás cuenta de que no tienes el control de la situación. Pero no te preocupes, pronto estarás en un lugar conmigo”.

La tomo del brazo y la llevó caminando con ella.

“¿A dónde me llevas?”. Interrogó ella.

“A un lugar donde seremos felices tú y yo, amada hija”.

Mientras Laurent hablaba, la niña no podía dejar de pensar en qué hacer para escapar del dominio de la malvada mujer.

Cuando Xavier se levantó para salir con destino a R%ma, vio que su teléfono se había descargado, como se quedó dormido durante la noche no cargó. Pero cómo estaba ansioso por llegar a R%ma, salió a buscar a Kate, ella ya estaba esperándolo en la puerta.

La vio con los ojos llorosos, desde que había hablado con ella la noche anterior, se dio cuenta de que algo le ocurría.

“¿Qué pasa Kate? Desde anoche sé que te pasa algo ¿Le avisaste a tu esposo que vas a R%ma?”.

Ella negó con la cabeza.

“¡Diablos! ¿Y cómo sales de tu casa, te vas a R%ma y no le avisas a tu marido?”. Le preguntó.

“Porque está en una misión especial, es militar y quiero molestarlo. Además, no necesito ponerle fin a la tortura de Laurent, siempre me ha arruinado la vida y ya no voy a permitirlo más”. Pronunció en un sollozo.

“Ya no te calles más y dime ¿Qué ocurrió?”.

“Me llamó anoche después que saliste de la casa, me dijo que más me valía no hablar contigo porque mi hija sufriría las consecuencias, dijo que me necesitaba en R%ma”.

“¿Para qué?”. Preguntó, aunque tenía la leve sospecha de las razones de Laurent.

“Quiere acusarte de vi%lación, y decir que yo fui una víctima, tuya. Desea que declare en tu contra, si no lo hago le hará daño a Ángela y divulgará un video de nosotros teniendo intimidad… después de dr%garnos”. Respondió casi sin aliento y luego un largo sollozo salió de sus labios”. Nos grabó mientras estábamos juntos, ¿Quién le hace eso a su hermanita?”.

“Solo un ser despreciable como Laurent. Ángela está bien, está con mis padres y con mi prometida Tamara ¿Pero tú vas a aceptar poner en riesgo la vida que tienes con tu esposo?”. Interrogó él.

“Yo no he podido decirle nada porque temo su odio, y su madre no es que me quiera mucho que digamos. Temo a sus reacciones, a que él me eche o no me deje ver a mis hijos… pero sé que ya no puedo seguir conteniendo la verdad, llegara un momento que esta se exhiba más fuerte que la luz del sol y no podré hacer nada para ocultarla… tampoco voy a dejar que ella te acuse injustamente, por lo menos te debo eso”. Dijo suspirando.

“¿Le dijiste que irías?”.

“No, le dije que no lo haría”. Respondió con firmeza y Xavier asintió. Sin embargo, algo le dijo que algo no estaba bien, tenía un mal palpito que no podía controlar.

Cuando subieron en el jet, el piloto le informó a Xavier lo que pasaba.

“¿Vio las noticias?”.

“No, se me descargó el celular”.

“Vea lo que hay allí”. Le mostró el suyo.

Xavier negó con la cabeza y le pasó el celular a Kate.

“Así que ella ya accionó.”.

“Llama a los abogados, diles que hagan lo que se tenga que hacer”. Dijo Xavier.

“Lo comunico”. Respondió el piloto.

Mientras tanto, ella subió al Jet y comenzó a grabar un vídeo contando la verdad. Conto todo, desde su enamoramiento con Xavier, los planes de su hermana, lo que les hizo a los dos, su secuestro a Estados Unidos, sus tratos y el que le quitara a su hija.

Cuando Xavier subió, la escuchó y no pudo evitar sentirse conmovido con todos los horrores que Laurent le había hecho a su hermana. Y ahora con esto, le había arruinado la vida con su nueva familia.

Después que terminó el video, se lo pasó a Xavier.

“Envíaselos a tus abogados, que hagan lo que tengan que hacer con eso”.

“Sabes que esto te hundirá ante tu esposo ¿No?”. Preguntó preocupado.

“Ya no tengo más opción”. Pronunció ella en tono de derrota, aunque con una firme determinación en su expresión.

“Michelle, préstame el celular para llamar a mi mujer ¿Tienes su número grabado?”. Interrogó Xavier.

“Sí, lo tengo”.

Le marcó a Tamara, y esta le atendió rápidamente.

“Aló, Tamy, soy Xavier”.

“¡Oh por Dios! Al fin escucho tu voz, esto es un caos”.

“Lo sé, me lo dijo el piloto apenas subí. Ya los abogados se están encargando de todo. Las cosas no ocurrieron como ella dice, Kate es la verdadera madre de Ángela y vine conmigo a R%ma. Ya grabó un vídeo contando la verdad, Laurent nos dr%gó a los dos para lograr sus planes, ya se los voy a mandar a los abogados. Voy saliendo a R%ma”.

“Lo supuse, esa mujer es malvada, pero eso no es todo. Siento darte esta noticia, no sé cómo ocurrió, pero Ángela escapó esta mañana, solo dejó una nota donde decía que se encontraría con Laurent. Llamé a la policía, llegaron al sitio y no la han encontrado”.

“¡Maldición! Esa p$rra la quiere para hacernos daño… pero te juro que van a tener que quitármela porque la voy a matar con mis propias manos… no tendré misericordia con ella”.

Kate, que estaba cerca de Xavier y lo escuchó, no dudó en preguntarle.

“Laurent se la llevó”.

“Entonces no puedes mandar ese vídeo Xavier. Laurent tiene que pensar que aún tiene el control, porque si ve que no lo tiene, no dudará en hacerle daño a Ángela para vengarse de nosotros… por favor, no lo mandes”. Dijo la mujer con voz entrecortada y en tono suplicante.

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