Madre correcta, padre equivocado -
Capítulo 76
Capítulo 76:
Xavier soltó una risa suave y puso su mano en el hombro de la joven.
“No te preocupes, Ángela. Dormirás en una de las habitaciones de huéspedes de esta casa, que es la casa de tus abuelos. Te aseguro que estarás cómoda y a salvo aquí”. Le dijo con una sonrisa tranquilizadora: “Por cierto, te presento a mis padres, Gálata y Matteo, él es mi hermano pequeño, Evans”.
La jovencita extendió la mano y los saludó.
“Tu hermano no es pequeño, es casi del mismo tamaño que tú”. Dijo la niña haciendo una mueca.
“Me refiero a que yo soy el mayor”. Aclaró Xavier.
“Entiendo, así como yo voy a ser la hermana mayor de los trillizos, seré mucho más grande que ellos y voy a cuidarlos”. Expresó la chiquilla emocionada.
“Bueno, te quedas aquí, mi mamá te va a mostrar la habitación, descansas y mañana vengo temprano a buscarte”. Explicó Xavier y la niña frunció el ceño.
“¿A buscarme? ¿Dónde dormirás tú?”. Interrogó con curiosidad.
“Yo me quedo en una suite que tengo en uno de los hoteles de la familia”.
“¿Y Tamara dónde se queda?”. Siguió preguntando con interés.
“Ella se queda en su apartamento”.
“¿Ustedes no se quedan en el mismo sitio? ¿Acaso no son novios?”. Preguntó, una expresión de intranquilidad se dibujó en el rostro de Xavier, pero antes de que él respondiera, lo hizo Tamara.
“Una chica no se queda junto a su novio, sino hasta casarse”. Explicó la mujer y Xavier alzó la ceja con incredulidad, conteniendo la risa.
“Mi madre se queda durmiendo con sus novios y hasta con sus amigos, las pocas veces que iba de vacaciones a su casa, desfilaban uno tras otro”. Dijo la jovencita. Las miradas de Xavier y de Tamara se cruzaron.
“Pero eso no es correcto”. Le dijo Tamara.
“No me quiero quedar aquí, no tengo nada en contra de tus padres, pero quiero ir con ustedes, con Xavier o contigo Tamara”. Declaró con seriedad.
“¿Conmigo? ¿Por qué conmigo?”: Inquirió un poco confundida.
“Porque después de todo eres la prometida y próxima esposa de Xavier, debemos llevarnos bien ¿O no?”. Preguntó la niña.
“Claro, pero lo primero debe ser la prueba de ADN”. Expresó Xavier, no gustándole mucho la idea de dejar a la niña con Tamara. Aunque ella se veía bien, le preocupaba la idea que Laurent la usara como excusa para acercarse a ellos.
“No tengo problemas en que se quede conmigo en mi apartamento, tengo un par de habitaciones disponibles, ella puede escoger la que quiera”. Manifestó Tamara con tranquilidad.
Xavier asintió, confiando en Tamara y sabiendo que estarían seguras en su apartamento.
“Está bien, Ángela. Puedes quedarte con Tamara. Mañana paso temprano a buscarlas. Pero recuerda que esto es temporal, necesitamos confirmar si realmente soy tu padre biológico. Después de eso, veremos cómo proceder”. Dijo Xavier, buscando ser cauteloso.
La joven asintió y se acercó a Tamara, tomando su mano con confianza.
“Gracias, Tamara. Me alegra poder estar contigo, al menos por ahora”. Dijo con una sonrisa.
Tamara le devolvió la sonrisa y acarició suavemente el cabello de la adolescente. Sin embargo, esta hizo un pequeño gesto para apartarse y eso le causó confusión a Tamara, pero no le dio importancia.
“Estaré encantada de tenerte como invitada Ángela. Vamos a hacer lo posible para que te sientas cómoda y segura. Y recuerda, que seas su hija no va a cambiar mi relación con Xavier. Él sigue siendo el hombre al que amo y con quien me voy a casar, pero tú eres su hija, así que también eres importante para nosotros”.
Xavier observaba la interacción entre ellas con una mezcla de emoción y temor. Aunque la situación era inesperada y complicada, no podía negar que sentía una conexión con la niña, junto a un sentimiento de responsabilidad hacia ella.
Sin embargo, también estaba consciente de que debía ser cauteloso y asegurarse de que todo se resolviera adecuadamente, de que Laurent no la fuera a utilizar en contra de ellos.
“Bueno, creo que es hora de irnos”. Dijo Xavier, se despidieron de todos, tomó a Tamara de la mano y caminaron al auto, le abrió la puerta.
Y enseguida la jovencita exigió atención.
“¿Y a mí no me abrirás la puerta?”. Preguntó la niña cruzándose de brazos.
“Claro, espera a que Tamara entre e iré contigo”.
La jovencita no se movió hasta que el hombre no le abrió la puerta.
Condujo hasta el edificio de apartamentos, pero las acompañó hasta el apartamento, incluso quería esperar que se instalara.
“No te preocupes Xavier, todo estará bien”.
“Ángela, nos vemos temprano para hacer la prueba. Tamara, cuídala mucho y asegúrate de que se sienta bienvenida”.
Tamara asintió y se despidió de Xavier con un beso en la mejilla.
“Hasta mañana, Xavier. No te preocupes, estaré pendiente de Ángela y haremos todo lo posible para que se sienta en casa”.
Xavier se alejó dejando a Tamara y Ángela a solas.
“Ven conmigo, te mostraré donde podrás descansar”. Le dijo con suavidad Tamara.
La joven asintió siguiendo a Tamara hacia la habitación. Mientras caminaban, Ángela pudo sentir la preocupación, el cuidado en la voz y el toque de Tamara, lo que la hizo sentir más segura y cómoda.
Tamara llevó a la niña a la habitación de invitados y la ayudó a instalarse, apenas entró la adolescente se sentó en la cama y comenzó a brincar.
“La cama se siente cómoda, gracias Tamara”.
Mientras preparaban la habitación, Ángela rompió el silencio con una pregunta inesperada.
“Tamara, ¿Qué se siente estar embarazada de trillizos? Debe ser emocionante y aterrador al mismo tiempo”.
Tamara se quedó sorprendida por la pregunta de la adolescente, pero no pudo evitar sonreír.
“Es una mezcla de emociones, Ángela. Definitivamente es emocionante pensar en tener tres bebés al mismo tiempo, pero también es aterrador porque sé que será un desafío enorme cuidar de ellos. Sin embargo, tengo a Xavier a mi lado y juntos vamos a hacer todo lo posible para ser buenos padres”.
“Eso suena genial. Me encantaría tener hermanos, aunque sea solo uno. Debe ser divertido tener compañía todo el tiempo, yo siempre he estado sola, solo mi padre… el que me crio, me ha hecho compañía”. Comentó Ángela con una chispa de envidia en sus ojos.
Tamara se acercó a la niña y la abrazó suavemente.
“¿Y tu madre? ¿No has estado con ella?”. Interrogó y ella negó con la cabeza.
“Desde que tengo uso de razón era mi padre quien estaba conmigo, él me contó que ella intentó varias veces alejarme de su lado, pero él se lo impidió. Revisando las cosas de él, vi varios talonarios de cheques que él le daba a ella mensual. Prácticamente yo soy su moneda de cambio…
Por una parte, quiero que el resultado de la prueba de ADN sea positiva, porque me dará una familia, pero por otra tengo miedo de que ella amenace a Xavier… ella quiere separarlos… Laurent los vio en el restaurante donde comieron y los siguió, primero a la casa que van a comprar, luego a la casa de sus padres”.
Las palabras de la jovencita causaron un estremecimiento en Tamara.
“¿Cómo sabes todo eso?”. Preguntó mortificada.
“Porque yo estaba con ella cuando colisionó con tu auto”. La niña se agarró el puente de la nariz, un gesto que había visto hacer a Xavier varias veces.
Tamara quedó atónita al escuchar la revelación de Ángela. Los ojos de la niña mostraban una mezcla de culpa y temor.
“Ángela, ¿Estás diciendo que estabas con tu madre en el momento del accidente?”. Preguntó Tamara, intentando procesar la información.
La joven asintió con tristeza.
“Sí, íbamos en el auto cuando ocurrió el accidente. Yo estaba en el asiento trasero y cuando bajó me dijo que no saliera, ella llamó a alguien de la oficina de Xavier y le dijo el restaurante donde estaría, allí vio que ibas a mismo sitio. Cuando te vio, lanzó mil maldiciones”.
“¿Por qué no lo dijiste antes?”. Interrogó ella.
“No había tenido oportunidad hasta ahora”.
Tamara sintió una mezcla de emociones ante las palabras de Ángela. Por un lado, sentía un poco de alivio al saber que la jovencita no estaba envenenada por la madre, pero por otro estaba nerviosa ¿Qué no sería capaz de hacerle Laurent?
“Debemos hablar con Xavier sobre esto”. Dijo Tamara con una voz firme: “Es importante que él sepa todo lo que está sucediendo y pueda tomar medidas para protegernos a todos, creo que Laurent no está del todo bien”.
“Hay algo más”. Ángela titubeó, como si no quisiera hablar.
“No calles, cuéntame”.
“Ella dijo que te hará pagar el querer quitarle a Xavier”. Expresó Ángela mientras Tamara sentía una corriente fría recorrer su espalda.
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