Madre correcta, padre equivocado -
Capítulo 27
Capítulo 27:
El rostro de Xavier se convirtió en una máscara de absoluta frialdad, mientras apretaba los puños a un lado de su cuerpo, salió del balcón y corrió fuera de la habitación. Bajo las escaleras de dos en dos mientras Tamara corría tras él tratando de alcanzarlo.
“¡Detente Xavier! No lo enfrentes”. Dijo Tamara con preocupación: “Yo lo conozco lo suficiente, solo está buscando llamar tu atención para hacerse la víctima y atraer publicidad a su empresa, no caigas en su trampa”.
“¿Y qué quieres? ¿Lo dejó arrastrar tu nombre por el fango? A mi poco me importa lo que diga de mí, pero de ti no voy a permitírselo, ese hombre es el peor descarado del mundo ¿Cómo se atreve a hacer todo ese show cuando fue él quién te golpeó?”. Espetó molesto a punto de explotar, estaba tratando de controlar su temperamento: “Salgamos afuera y mostremos lo que ese desgraciado te hizo”.
Expreso molesto tomándole la mano.
Al momento de llegar a la sala, se encontraron también a Lorenzo tan furioso como Xavier.
Tamara se negó.
“No, lo siento, no me voy a prestar para caer en su juego y hacerme blanco de la gente para victimizarlo”. Dijo la chica con seriedad.
«Es precisamente lo que le estoy diciendo a tu padre, que se quede tranquilo. Ese hombre solo está buscando protagonismo, vamos a ignorarlo y ya se cansará”. Declaró Isabella.
“Debemos enseñarlo a respetar”. Afirmó Lorenzo.
“Lo siento, señora, pero no voy a seguir su recomendación. No tiene idea de cómo quiero emparejarle el otro ojo con un nuevo morado”. Declaró con firmeza Xavier.
“No es necesario, porque ya Lorenzo se encargó de eso, estoy segura de que hasta le aflojo unos dientes”. Expresó la mujer sin ocultar un tono de diversión en su voz.
Por su parte, Tamara estaba aterrada por toda esa situación, no quería problemas ni con Joel ni con nadie.
“Dime Xavier, ¿En qué te afecta a ti, lo que Joel hable de mí? ¿Lo que invente en mi contra?”. Inquirió molesta Tamara.
“Porque eres importante para mí, porque quiero empezar una relación contigo y…”. Antes de que continuara hablando, Tamara lo interrumpió al mismo tiempo que hablaba y negaba con la cabeza.
“Creo que es hora de que hablemos claro, si yo me estoy librando de una vida con Joel, no significa que quiero empezar y volverme a atar con otro hombre. Estás equivocado si piensas así, quiero mi libertad Xavier, reencontrarme conmigo misma, ser la mujer que solía ser.
Por nada del mundo tengo interés en empezar una relación contigo ni con nadie, así resultes ser el mejor partido del mundo … lamento mucho, si nuestro reciente encuentro te ha dado una idea equivocada, solo me dejé llevar por las hormonas. Así que nada haces saliendo allí afuera a defender mi honor porque eso no te corresponde”.
Dicho eso se giró y volvió a subir las escaleras molesta, sin dar siquiera una mirada hacia atrás.
Xavier se quedó parado en la sala, con una expresión de incredulidad en su rostro y por completo en silencio. No hubiera podido pronunciar palabra ni, aunque hubiese querido. No salía del impacto que le produjo escuchar las palabras de Tamara.
Después de lo que pasó entre ellos, le parecía increíble creer lo que acababa de oír. Se había ilusionado mucho con Tamara, no podía evitar sentirse atraído por ella, sus ojos azules y su cabello castaño lo habían cautivado desde el primer momento cuando la vio saliendo de la clínica. Pero ahora se daba cuenta de que ella no estaba interesada en él. Se sintió como un tonto por haber pensado que podría haber algo entre ellos.
Como si Isabel hubiera leído sus pensamientos, le habló.
“Xavier, debes entender a mi hija, no es fácil estar en sus zapatos. Todo este tiempo ese hombre intentó anular su personalidad, y cuando ahora siente que hay una salida para ella, no va a buscar iniciar una relación cuando no está segura de lo que le espera. Si en verdad te interesa debes tenerle paciencia”. Dijo la mujer con seriedad…
Por un momento Xavier no dijo nada, porque en verdad no esperaba que ella resistiera su propuesta de esa manera. Estaba acostumbrado a no ser rechazado y ahora se conseguía a una mujer que le decía en su cara que no estaba interesada en él.
Pero ahora, después de escuchar las palabras de la madre de Tamara, se dio cuenta de que estaba siendo egoísta al tratar de empezar algo con ella tan pronto después de haber terminado con Joel. Tal vez Tamara necesitaba tiempo para definir lo que quería y sanar las heridas del pasado.
Xavier decidió respetar su decisión y darle espacio para que pudiera hacerlo. Sabía que no sería fácil, pero era lo correcto.
“Creo que lo mejor es que me vaya… no quiero incomodarlos más. Además, independiente de lo que usted diga, no puedo quedarme quieto sin darle por ahora una lección a ese desgraciado, no me importa ser el chisme de la prensa”.
La madre de Tamara asintió, entendiendo la frustración y enojo que Xavier estaba sintiendo. Pero también sabía que por muchas ganas que tuviera de enfrentar a Joel, esa no era la respuesta adecuada al problema.
“Entiendo tu enojo, pero no puedes dejarte llevar por él. Eso solo te hará más daño a ti mismo y a Tamara”. Le aconsejó con serenidad: “Lo mejor es que te alejes de todo esto, a veces evitar no es cobardía. En cuanto a Tamara, al final ella va a decidir lo que quiere hacer”.
Xavier respiró profundo y asintió sabiendo que tenía razón. No podía dejar que su ira nublara su juicio y arruinara cualquier oportunidad que pudiera tener con Tamara.
“Tiene razón, señora”. Dijo con calma: “Me retito, gracias por sus palabras”.
Caminó hasta la salida y ellos le indicaron una puerta trasera en la propiedad por donde podía salir para no enfrentarse a los periodistas. Sin embargo, mientras caminaba hacia allí, al parecer Joel se había acordado de esa salida y les había avisado a los reporteros para que se apostaran en la puerta. Por eso cuando Xavier salió, lo estaban esperando una gran cantidad de reporteros sedientos de noticias escandalosas…
“Señor Xavier Sebastini ¿Es verdad que es el amante de la Señora Tamara Prato?”.
“¿Desde cuándo tienen una relación clandestina?”.
“¿Por qué le gustan las mujeres casadas?”.
“¿Por qué golpeó al Señor Joel Prato cuando le reclamos su relación con su esposa?”.
Los reporteros preguntaban una y otra vez. Mientras Xavier seguía el consejo de la madre de Tamara se mantuvo apacible… hasta que escucho la afirmación de un reportero que lo hizo enojar.
“Será de una familia con dinero, pero al parecer le gusta revolcarse con z%rras… especialmente si también pertenezca a gente de dinero”.
Perdiendo los estribos ante esa afirmación, Xavier levantó la mano y le propinó un fuerte puñetazo en la boca a quien se atrevió a emitir esa ofensa. De allí en adelante, todo fue un caos, golpeó a otros reporteros sin ninguna compasión que intentaron atacarlo. Solo lamentaba que Joel no estuviera allí para darle de nuevo lo suyo.
Los demás reporteros sé alejaron rápidamente, temiendo que Xavier los atacara también. Estaban sorprendidos ante la furia repentina de Xavier, que golpeaba a todo aquel que se le pusiera en frente. Con cada puñetazo, su cólera aumentaba y su mente se nublaba con el deseo de venganza.
Después de un momento, se quedó allí con el puño aún cerrado, sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo. Se había dejado llevar por la ira y la frustración, pero había perdido el control.
Finalmente llegó un grupo de policías que, ante la presión de los reporteros, debieron detener a Xavier acusándolos de agresión y al final se lo llevaron a la comisaría más cercana. A medida que iba avanzando por la calle, la multitud de periodistas lo seguía, tomando fotos y gritándole preguntas.
Cuando llegó a la comisaría que lo bajaron para interrogarlo y le dieron acceso a un teléfono para que hiciera una llamada. Le marcó a su padre y escuchó detrás de él un teléfono repicando. Cuando se giró se llevó una sorpresa al ver que se trataba de su padre.
“¿Qué pasó Xavier? ¿Cómo es eso que arremetiste en contra de los reporteros? ¿Acaso enloqueciste?”. Inquirió consternado.
“Aquí la pregunta no es por qué arremetí en contra de los reporteros, sino más bien ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste que estaba sucediendo esto? ¿Cuándo llegaste?”. Interrogó entrecerrando los ojos mientras esperaba su respuesta.
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