Madrastra de cinco grandes villanos -
Capítulo 87 - No dejen volar su imaginación
Capítulo 87: No dejen volar su imaginación
Shao Xi miró fijamente a Ji Buwang y frunció los labios mientras contemplaba su extraordinario rostro.
Aparte de todo lo demás, el Profesor Ji era realmente muy guapo. Muchas profesoras de la escuela de arte no dejaban de echarle miradas, incluidas las de las madres.
Y lo que era más importante, no dejaba de seguir a mamá y la miraba constantemente. Si esto continuaba, ¿Realmente le arrebatarían a su madre?
Era la primera vez que Shao Xi no prestaba atención en clase. Escribió una línea en su cuaderno y se la entregó a Shao Dong.
[¿Te agrada el Profesor Ji?]
Cuando Shao Dong vio esta pregunta, se quedó muy desconcertado, ya que no estaban muy familiarizados con Ji Buwang. [¿Por qué lo preguntas? Presta atención y escucha].
¿Cómo podía distraerse durante esta clase cuando habían pagado dinero para asistir a ella?
[¿Y si a mamá le gusta el Maestro Ji y quiere casarse y tener hijos con él?] Shao Xi volvió a preguntar.
Esta vez, Shao Dong también estaba un poco distraído. Sólo pudo consolar a Shao Xi primero. [No pienses demasiado}.
En otro lugar, Ji Buwang estornudó de repente.
«¿Estás bien?»
«Estoy bien. Gracias por preguntar».
«No hay necesidad de agradecerme. Regula tus emociones tú mismo. No te culpes por todo. Si estás triste, llora. No lo contengas solo porque crees que eres un hombre y no debes llorar, o te volverás loco de tanto contener».
Mu Jingzhe pensó en los cinco niños y decidió aconsejarle. Uno debe llorar cuando es necesario, o nunca podrá recuperarse de ello.
Ji Buwang sonrió. «Ya he llorado antes. En realidad, ahora estoy mucho mejor porque ya no estoy triste».
Mu Jingzhe suspiró. Había estado inconsciente durante cuatro años antes de despertar, y al despertar, había descubierto que su hermano mayor había desaparecido. Debió haber sido un gran golpe para él.
«Has venido a tomarte un respiro, ¿verdad? Si tienes parientes, deberías ir a visitarlos. Ya se te pasará. Deben estar muy contentos de que hayas despertado».
La sonrisa de Ji Buwang se desvaneció. «Me estoy tomando un respiro. Aún tengo familia, pero…»
Ji Buwang no continuó y sólo se encogió de hombros. «Mi corazón se torno un poco oscuro ahora, así que es mejor que no nos reunamos por el momento. Además, no veré sus rostros aunque los visite».
El único rostro que podía ver era el de Mu Jingzhe.
Durante los últimos días, no había habido noticias de Mu Jingzhe. Le había resultado difícil quedarse quieto, y sus pensamientos se habían descontrolado.
Hubo algunas veces en las que estuvo a punto de ir a buscar a Mu Jingzhe. Sólo consiguió detenerse al recordar su petición de que no lo hiciera. No pudo evitar recordar las palabras del Tío Li.
Si Mu Jingzhe se casaba en el futuro, ¿Tendría aún menos posibilidades de verla?
Al pensar en esto, Ji Buwang se sintió incómodo. No sólo porque no volvería a ver a Mu Jingzhe, sino también por la idea de que ella se casara con otro.
Sólo de pensarlo le resultaba difícil aceptarlo.
Después de soportar esto durante unos días, ¿Qué más no entendía Ji Buwang? No sólo le interesaba Mu Jingzhe. Parecía haberse enamorado de ella.
Se había enamorado de Mu Jingzhe, que estaba criando a cinco niños.
Los pensamientos de Ji Buwang eran un caos mientras miraba a Mu Jingzhe. Estaba a punto de decir algo cuando sonó su localizador*. <Nota(*): Dispositivo de telecomunicación inalámbrico que recibe y muestra mensajes alfanuméricos o de voz>.
«Puedes devolver la llamada», dijo Mu Jingzhe rápidamente.
Mu Jingzhe miró dos veces el localizador de Ji Buwang.
Comparado con los cómodos teléfonos modernos, esta cosa tenía poco valor e incluso era bastante caro. Mu Jingzhe nunca había pensado en comprar uno.
Sin embargo, probablemente tendría que comprarlo en el futuro para que le fuera más cómodo contactar con la gente y viceversa. Después de todo, era una mujer de negocios.
Cuando Mu Jingzhe recogió a los niños por la tarde, se dio cuenta de que no estaban de buen humor.
«¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo?» Mu Jingzhe se apresuró a preguntar.
«Nada». Shao Dong negó con la cabeza.
Aunque decían que todo estaba bien, todos estaban desganados e incluso le dirigían miradas fugaces, pareciendo que querían decir algo pero se detenían.
Tenía que pasarles algo. Mu Jingzhe se detuvo impotente. «Díganme, ¿Qué ha pasado exactamente? No me lo oculten».
Shao Dong y Shao Xi se miraron y dudaron. El Pequeño Wu los miró y pensó por un momento antes de tomar la mano de Mu Jingzhe y decir suavemente: «Mami, les preocupa que te guste el Profesor Ji. ¿Te gusta el Profesor Ji?»
La mente de Mu Jingzhe se llenó de interrogantes. «¿Por qué de repente hacen esta pregunta? ¿Por qué están preocupados?»
«Mami, contéstame primero. ¿Te gusta él o no? ¿Te casarás con él?»
Mu Jingzhe negó con la cabeza. «Creo que el Profesor Ji es muy bueno y nos ha ayudado mucho, pero si te refieres al tipo de gusto que lleva al matrimonio, entonces no».
Shao Xi dejo escapar visiblemente un suspiro de alivio. Parecía una falsa alarma. Por el momento, no estaba en peligro de tener un hermano o hermana menor.
Su reacción era demasiado llamativa, lo que hacía difícil que Mu Jingzhe la ignorara. «Shao Xi, ¿Era eso en lo que estaban pensando? ¿Por qué de repente se les ocurre preguntar por este problema?»
«Por nada. Sólo he visto que siempre están juntos».
Justo cuando iba a cambiar de tema, Shao Nan dijo de repente: «Mami, no te gusta el Profesor Ji, pero parece que al Profesor Ji le gustas tú, ¿verdad?».
Mu Jingzhe se exasperó. «¿Qué les pasa hoy? ¿Han oído a alguien decir algo? ¿Qué es toda esta charla sobre que me guste o que yo le guste?» Esto no era bueno.
Shao Nan tosió. «Siento que le gustas mami. Tenemos miedo de que venga a nuestra puerta a proponernos matrimonio».
«No, no hagan conjeturas alocadas. Si no, sería muy embarazoso si nos equivocamos. Sólo actúa así porque sólo puede ver mi rostro. Eso es todo». Mu Jingzhe sacudió la cabeza. «No digan más tonterías, ¿vale?»
Shao Nan asintió, pero aún estaba un poco desconcertado. «Mami, ¿Por qué estás tan segura? ¿Por qué crees que definitivamente no le gustas?»
«Eso es porque… no podemos pensar demasiado sobre las acciones de los demás».
En realidad, se debía principalmente a que Mu Jingzhe se había avergonzado a sí mismo algunas veces cuando era joven. Había pensado demasiado de sí misma y asumio erróneamente que le había gustado a un chico. Eso le paso un total de tres veces. Al final, habían sido ideas suyas.
La primera vez fue cuando se despertó su interés por el género opuesto. Un chico que solía venir al orfanato con sus padres para hacer trabajos voluntarios había estado cuidando bien de ella. Además, todo el mundo había dicho que el chico la trataba muy bien, así que ella había pensado que le gustaba.
En ese momento, había sentido todo tipo de dulzura en su corazón. Incluso se había imaginado que se casarían y tendrían hijos en el futuro. Al final, resultó que el chico sólo había pensado que ella era lamentable y por eso se ocupaba de ella. No tenía ningún interés en ella. Todas eran ilusiones de su parte.
Así, el primer amor de Mu Jingzhe llegó a su fin.
Más tarde, cuando estaba en la universidad, un aldeano había venido a buscarla a menudo. Cada vez que venía, invitaba a comer a la gente de su dormitorio e incluso les daba fruta. También le hablaba de sus problemas. Ella había pensado que esta vez no era una idea suya, pero… resultó que la historia se había repetido.
Aquel chico de su ciudad natal estaba enamorado de su compañera de piso, y ella no era más que un puente entre ambos. La fruta que había traído también era la que le gustaba a su compañera de piso.
Sin embargo, ella no se había dado cuenta en ese momento. Sólo después de que se hicieran novios se quedó atónita.
La tercera vez había ocurrido después de la graduación. La habían contratado en la misma empresa y en el mismo departamento que dos colegas masculinos, por lo que solían estar juntos.
Había un colega masculino que siempre había sido muy bueno con ella y solía cuidarla. Sin embargo, Mu Jingzhe se dio cuenta más tarde de que sólo la habían cuidado por ser parte del grupo de tres. Ese colega había sido tan bueno con ella por culpa del otro colega.
Mu Jingzhe, que más tarde descubrió la verdad, rompió a llorar. ¿Quién lo hubiera pensado? Era la única chica que había en ese grupo de tres. Había pensado que no volvería a cometer un error, pero ¿Quién iba a pensar que aún existiría la opción de que le gustara un chico?
Estas tres amargas lecciones habían enseñado a Mu Jingzhe que no debía pensar demasiado ni dejarse llevar sólo porque alguien le dirigiera unas cuantas miradas extras y la tratara un poco mejor.
Para cambiar su mala costumbre de caer en las ilusiones, Mu Jingzhe había aprendido a no dejar volar su imaginación.
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Este capítulo se tradujo lo más antes posible gracias a RafaVentu95!
Quien uso sus beneficios para traducir los capítulos lo más antes posible!
El capítulo 87
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