Madrastra de cinco grandes villanos
Capítulo 39

Capítulo 39: Atacada por la Espalda

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Todos se alegraron de que el Pequeño Wu pudiera finalmente hablar. La Pequeña Bei exclamó: «¡Así que el Pequeño Wu realmente no es mudo!».

Después de decir eso, empezó a enseñarle al Pequeño Wu a llamarla ‘Hermana’. Shao Xi se unió y le pidió al Pequeño Wu que le llamara ‘Hermano’. El dúo comenzó a discutir sobre si el Pequeño Wu debía decir ‘Hermano’ o ‘Hermana’ primero.

Al final, incluso Shao Dong, que rara vez hablaba, abrió la boca para enseñarle al Pequeño Wu a llamarle «Hermano».

Shao Dong se sintió un poco culpable de que el Pequeño Wu sólo estuviera aprendiendo a hablar ahora. En el pasado, había tenido miedo de que su tartamudez se transmitiera al Pequeño Wu, por lo que rara vez le había enseñado a hablar. Si hubiera pensado en una solución antes, el Pequeño Wu podría haber comenzado a hablar hace mucho tiempo.

Con este pensamiento en mente, Shao Dong simplemente le enseñó a Xiao Wu a llamarle «Hermano», pero al final, todavía tartamudeaba.

La expresión de Shao Dong se congeló. Sin embargo, un segundo después, el Pequeño Wu le llamó ‘Hermano’ en voz alta.

La Pequeña Bei dio un pisotón de descontento, pero el Pequeño Wu sonrió a Shao Dong y le saludó de nuevo. «Hermano Mayor».

El que más le agradaba era su Hermano Mayor.

Entonces el Pequeño Wu llamó obedientemente a la Pequeña Bei «Hermana», logrando convencerla.

Al final, Shao Qiyang no pudo evitar unirse y pedirle al Pequeño Wu que le llamara ‘Tío’.

En lugar de hacerlo, el Pequeño Wu se dirigió primero a Mu Jingzhe.

Consiguió pronunciar una sílaba: Tía.

Al principio, pensaron que era una interjección.

Shao Qiyang fue el último en ser saludado, pero de todos modos estaba muy satisfecho.

En medio de la noche, Shao Qiyang no pudo evitar acercarse a la lápida de su hermano mayor para charlar con él.

«Segundo Hermano, puedes irte con tranquilidad. Ahora que el Pequeño Wu puede hablar, ya no es mudo. Los días venideros serán cada vez mejores. Cuidaré bien de ellos».

No especificó quienes estaban incluidos.

Como el Pequeño Wu había hablado, Mu Jingzhe cumplió su palabra. Al día siguiente, llevó unos huevos a la casa del trompetista y le pidió que le enseñara al Pequeño Wu.

Al ver que ella era sincera y que el Pequeño Wu era simpático, el maestro aceptó de buen grado.

Dos días después, Mu Jingzhe volvía a recoger al Pequeño Wu. Aunque todavía era joven, ya podía reproducir las canciones del trompetista e incluso crear otras nuevas.

Al ver a Mu Jingzhe, los ojos de Xiao Wu se iluminaron. Inmediatamente le enseñó lo que había aprendido, tocando la trompeta mientras la miraba.

Mu Jingzhe: «…»

Parecía haber escuchado las palabras «fuera de aquí».

Miró al Pequeño Wu, que parecía saber tocar la trompeta, y de repente recordó que el Pequeño Wu era un músico que tocaba el piano, el violonchelo y el violín según el libro. Se le conocía como el Príncipe de la Música.

Ahora mismo… el Príncipe de la Música o lo que sea no existía todavía. Sólo era un alegre niño trompetista.

Tocó alegremente una canción fúnebre con la trompeta para ella.

¿La estaba despidiendo?

Mu Jingzhe estaba aturdida. De repente se preguntó cómo reaccionarían sus fans cuando supieran que el primer instrumento que el Príncipe de la Música había aprendido era la trompeta.

No es que las trompetas fueran malas, pero la mayoría de la gente tenía la impresión de que este instrumento musical tenía un uso muy especial.

Aunque estos pensamientos aleatorios pasaban por la mente de Mu Jingzhe, en la superficie, aplaudió y elogió al Pequeño Wu por aprender bien. Luego no pudo evitar acariciar la cabeza del Pequeño Wu.

Esto se había convertido en su actividad favorita últimamente. El cabello del Pequeño Wu era rizado y suave, por lo que se sentía muy bien al tacto y tenía un efecto terapéutico. Mu Jingzhe aprovechaba para acariciar su cabeza mientras tenía la oportunidad.

El Pequeño Wu tampoco lo odiaba. Dejó que le tocara la cabeza y dijo con rostro sonrojado: «Tía, yo también quiero aprender a tocar la flauta».

Gracias al estímulo de Mu Jingzhe, el Pequeño Wu se armó de valor para hablar.

La flauta de bambú era también uno de los instrumentos disponibles en el pueblo. La razón era que los aldeanos podían fabricarlas por sí mismos, y el coste era bajo.

También había un flautista de bambú en el pueblo.

Mu Jingzhe asintió sorprendida. «Muy bien, adelante, aprende».

El Pequeño Wu fue inmediatamente a aprender la flauta y luego dijo que quería aprender el erhu.

El erhu… también era un instrumento musical común entre la gente corriente. Sólo había un erhu en el pueblo.

Mu Jingzhe volvió a asentir.

El Pequeño Wu estaba muy entusiasmado, e incluso una hoja se convirtió en su instrumento.

Era sólo una pequeña hoja, pero podía producir una hermosa melodía usándola. No era una melodía que todos hubieran escuchado antes, sino algo que él había tocado casualmente.

A todos los habitantes del pueblo les gustaba escucharla, pues les hacía sentir felices y cómodos.

Así, el Pequeño Wu aprendió todos los instrumentos musicales disponibles en el pueblo.

A Mu Jingzhe le parecía que esta evolución era un poco extraña. Sin embargo, se convenció de que la música estaba interrelacionada. ¿Quién dijo que el piano, el chelo y la guitarra eran los instrumentos más elegantes? La trompeta y el erhu también eran invencibles. No había nada malo en aprender estos instrumentos musicales tradicionales que se habían transmitido durante generaciones.

Siempre podía dejar que el Pequeño Wu aprendiera a tocar el piano, el violín y el chelo en el futuro.

No había nada de malo en estar armado con más habilidades.

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Antes del primer día de junio, Mu Jingzhe se reunió con el nuevo profesor de la Pequeña Bei, que le pidió su opinión sobre permitir que la Pequeña Bei participara en una competición.

Fue entonces cuando Mu Jingzhe se enteró de que la ciudad había informado a todas las escuelas de que podían solicitar la participación en el espectáculo del 1 de junio. Los participantes competirían primero en sus pueblos, y luego el ganador del primer puesto sería elegido para participar en la presentación cultural del condado.

La escuela había querido organizar un gran coro, pero ninguno se había enterado con antelación, así que había resultado un lío. Además, no tenían uniformes, y la mayoría de las familias tampoco tenían dinero para comprar ropa nueva. Por lo tanto, habían renunciado a la idea.

Más tarde, como eso no había funcionado, decidieron que la Pequeña Bei representara a la escuela y recitara un poema. Lo importante era participar, así que le pidieron que lo hablara con sus padres.

Sin embargo, la Pequeña Bei nunca se lo había contado a Mu Jingzhe.

La razón por la que la Pequeña Bei no había dicho nada era porque pensaba que no podía ganar el concurso recitando un poema. Si quería competir, tendría que comprar ropa y zapatos nuevos. Pensando que sería caro, no quería ir.

Mu Jingzhe se sintió muy impotente. ¿Cómo debía decirlo? No estaba bien que los niños no tuvieran un concepto del dinero, pero si tenían un concepto demasiado fuerte del dinero a una edad tan temprana y estaban constantemente pensando en ahorrar dinero, haría que el corazón de un adulto doliera por ellos.

«¿No es sólo un vestido nuevo? Es muy sencillo. Sabes que sé cómo hacer uno. No es nada caro, así que adelante, participa. No importa si no ganas. Lo importante es participar».

Participar en concursos puede aumentar el valor de uno mismo y sus conocimientos. ¿Por qué no?

La Pequeña Bei realmente deseaba ir, así que sus ojos se iluminaron cuando escuchó eso. «Entonces… ¿Participaré?»

«Por supuesto que sí».

«Pero creo que recitar simplemente poesía es algo aburrido».

«¿Entonces qué quieres hacer?»

«Quiero hacer algo interesante».

Al final, la Pequeño Bei se apuntó. Sin embargo, no recitó un poema. En su lugar, creó su propia actuación haciendo imitaciones.

Shao Nan escribió una bonita historia para su hermana menor. el Pequeño Wu, el único que no tenía que ir a la escuela, actuó junto a su hermana mayor. Mu Jingzhe también le proporcionó el mayor apoyo.

Antes del Día del Niño, la Pequeña Bei representó a la escuela en el concurso. Al final, consiguió el primer puesto con su innovador trabajo, lo que le permitió representar a la ciudad en el concurso del condado.

Cuando llegaron al condado, se dieron cuenta de que la representación cultural esta vez era bastante importante. Incluso vino gente de la ciudad. Se enteraron de que los estudiantes que demostraran su potencial podrían tener la oportunidad de estudiar en una escuela de arte especializada.

La escuela de arte estaba bajo la emisora de radio. Había clases de música, caligrafía, arte y baile para niños, etc. Incluso había clases de interpretación y de presentación. Se especializaban en la formación de niños actores, jóvenes presentadores y pequeños bailarines.

La escuela colaboraba con la emisora de radio. Cuando necesitaban jóvenes talentos para programas, galas e incluso otros festivales, la emisora se ponía en contacto con la escuela de arte.

Los altos cargos planeaban abrir una escuela en el condado para preparar a los posibles talentos. Los que tuvieran un buen rendimiento en la actuación conjunta podrían inscribirse en la escuela.

Cuando Mu Jingzhe se enteró de esto, se sorprendió mucho. No era la época moderna, en la que había todo tipo de escuelas de arte para elegir. En esta época, era difícil estudiar artes, así que ésta era una oportunidad perfecta para la Pequeña Bei.

La actuación comenzaba por la noche, y durante el día se realizaba un ensayo para que los participantes pudieran familiarizarse con la rutina. Mu Jingzhe había estado observando sin descansar, y sólo tuvo tiempo de ir al baño después de llevar a la Pequeña Bei y el Pequeño Wu a la sala de descanso.

En un principio había planeado comprar comida. Sin embargo, fue atacada en el momento en que salió del baño.

Mu Jingzhe nunca había pensado que alguien la atacaría en público. Cuando finalmente reaccionó, sintió un fuerte dolor en la nuca antes de perder el conocimiento.

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