Los trillizos multimillonarios toman Nueva York -
Capítulo 48
Capítulo 48:
Emerson apretó los dientes, listo para exigir que diera la vuelta, cuando se dio cuenta de los niños.
Volteándose; vio al trío, o al menos a los chicos, mirándolo con la misma frialdad que su padre, y se preguntó como habían aprendido eso tan rápido, o quizás era hereditario.
“Esta es tu última advertencia, viejo”, dijo Alexis.
“No molestes más a nuestra madre o te arrepentirás”.
“¿Me estás amenazando?”
“No es una amenaza, Es una promesa”.
“¿Cómo pudieron tomar partido por esa persona en contra de su propia familia?”
“No eres nuestra familia. Nuestra familia no habría expulsado a nuestra madre de su propia casa y la habría abandonado”, dijo Alexis.
“Me pregunté cómo alguien podría ponerse del lado de esa mujer sin corazón a la que tenemos que llamar tía, pero ahora veo que eres igual que ella. Solo un monstruo enviaría a nuestra perfecta madre lejos y mantendría a ese despreciable demonio a su lado”.
“No deberías hablar de tu familia así”.
“La verdad duele, ¿No? Bueno, no importa. Cuando terminemos contigo, los Carlisle serán solo un recuerdo porque te vamos a borrar de la historia y no hay nada que puedas hacer al respecto”.
“Lexi, chicos”
Silas hizo una pausa en la puerta.
“Nos vemos, viejo”.
“Después, abuelo”.
“¡Y deja de mirar a nuestra hermana, cochino!”
Los chicos se despidieron mientras tomaban sus posiciones habituales, con Alexis en el medio, escoltándola hacia donde esperaban sus padres.
“¿Está todo bien?” preguntó Ava cuando llegaron a su lado.
“¡Claro!”
Alexis se separó de sus hermanos y rodeó a su madre con los brazos.
Ava la abrazó, manteniéndola cerca.
Las lágrimas borrosas le nublaban la vista.
Casi los pierde hoy.
Nunca imaginó que su padre sería tan despiadado como para difamarla e incluso incriminarla.
¿Realmente significaba tan poco para él?
“Ava”
El brazo de Silas la rodeó mientras le besaba la sien.
“Vamos a casa”.
Ava asintió, confiando en él.
Casa… sonaba bien.
…
“Entonces, ¿Dime cómo diablos supiste acerca de la redada?”, preguntó Thomas mientras bajaban las escaleras hacia la calle donde esperaba un auto.
Duncan, actuando como chófer, estaba junto a él listo para ayudarles a entrar.
“No suelo ocuparme de batallas de custodia”, respondió Tracy encogiéndose de hombros.
“Me especializo en casos criminales, así que tengo muchos amigos en el sistema de justicia penal. Les pedí que estuvieran atentos a cualquier llamada en o alrededor del edificio de apartamentos de Ava. Me avisaron… pero en realidad fue idea de Lexi”.
Tracy bajó la voz para que la familia tranquila detrás de ellos no escuchara.
“¿Lexi?”, Thomas miró a la chica.
“¿De verdad?”
“Ella es lista y astuta. Sabíamos que Emerson intentaría demostrar que Ava no era una madre adecuada, por eso me aseguré de tener los expedientes médicos y escolares de los niños a mano. Lexi fue quien planteó la posibilidad de que su madre fuera incriminada. Asi que por eso pedí algunos favores extras para que Emily analizara su cabello. Solo era una precaución, pero a ella le pareció muy divertido”.
Thomas rio, sacudiendo la cabeza.
No sabía si estaba más impresionado por Alexis o por Tracy por anticipar y prepararse para ese tipo de cosas.
Era evidente que ambas eran inteligentes y perspicaces, y no sabía quién aprendía de quién.
“Asombroso”.
“Así es. Por fin te diste cuenta”, le guiñó el ojo Tracy.
Thomas sintió que su rostro se calentaba al darse cuenta de que había hablado en voz alta.
Su reacción sorprendida hizo que ella se riera, pero no tenía intención de dejarlo salir fácilmente.
“Asegúrate de que tus chicos de seguridad estén a la altura. Emerson no se dará por vencido y si algo le sucede a Ava o los niños, iré tras de ti primero”.
Thomas parpadeó.
“Suena… muy en serio”.
“Oh, lo es. Y no lo olvides”
Tracy se volteó y caminó por la acera, despidiéndose con un gesto.
“Tengo una reunión a la que debo ir. Ava, a los niños les llamo más tarde”.
“¡Adiós Tía Tracy!”, le gritaron los tres mientras dirigían su atención a Thomas.
“No tienes sentimientos por nuestra tía, ¿Verdad?”, preguntó Alexis.
“¿Qué? No. Por… supuesto que no”.
“Que lástima. Porque es increíble”, encogió los hombros Alexis mientras sus hermanos la escoltaban hacia el auto esperando.
“A casa Jeeves”, dijo Theo mientras subían.
“Por supuesto”, asintió Duncan, controlando una sonrisa.
La actitud casual de los niños comenzaba a agradarle.
Thomas siguió con la mirada la figura de Tracy que se alejaba un momento más antes de seguir a los niños hacia el interior de la casa.
Al sentir que alguien la observaba, Ava miró por encima del hombro y vio a su padre fulminándola con la mirada.
Se estremeció.
“Ava”
Silas sintió su estremecimiento y luego siguió su mirada.
Al ver a Emerson, frunció el ceño.
Pasó su brazo alrededor de su cintura y la atrajo hacia sí, besando su sien.
“No le hagas caso, Ava. Yo estoy aquí”.
Se relajó apoyándose en él.
Aún no estaba segura si debía permitirse depender de él, pero tampoco podía enfrentarse a su padre sola.
Seguramente esta vez estaría bien.
“Vamos”
Silas la guio suavemente hacia el auto que esperaba y lanzó una última mirada desafiante a Emerson antes de seguir.
Los niños charlaban despreocupadamente mientras el auto se alejaba de la acera.
Sean buscaba agua en la nevera mientras
Theo jugaba con las ventanas automáticas y Alexis empujaba a Thomas esperando que admitiera su atracción por Tracy.
Normalmente, Ava los habría reprendido por estar tan escandalosos, pero ahora permanecía en silencio, retorciendo el anillo en su dedo mientras trataba de convencerse de que todo estaría bien.
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