Los trillizos multimillonarios toman Nueva York
Capítulo 22

Capítulo 22:

“Sí, lo es. Los chicos también son míos”.

Jake y Matthew se miraron sorprendidos.

Esta no era la respuesta que esperaban.

De repente, vigilar a los niños y protegerlos se volvió aún más vital.

“¿Por qué están ustedes dos aquí?” preguntó Thomas.

“Los niños tenían una excursión”, dijo Jake.

“Estaban camino al almuerzo cuando atrapamos al tipo”.

“¿Dónde?”, exigió Silas.

No podía esperar más.

Tenía que verlos a ellos también.

“Finalmente ustedes están de regreso”, susurró Theo mientras Alexis y Sean se deslizaban de regreso con el grupo.

El almuerzo estaba casi terminado, así que ellos devoraron apresuradamente sus sándwiches.

A pesar de su impaciencia, Theo los dejó comer sabiendo que debía ser difícil enfrentarse a su padre, incluso con los nervios de acero de su hermana.

Lograron terminar de comer justo antes de que los maestros los llamaran a reunirse.

Ya en fila con el resto de la clase, Alexis enganchó sus brazos con los de sus hermanos, permitiéndoles continuar su conversación en silencio.

“Entonces, ¿Cómo era él? ¿Tenso? ¿Un verdadero idiota, verdad?”

“En realidad, no. Era agradable… incómodo, pero agradable”.

“¿Cómo puedes decir eso después de lo que le hizo a mamá?”

“Lo sé, pero… no creo que lo haya hecho a propósito. Parece ser víctima tanto como ella”.

“Estoy de acuerdo”, secundó Sean.

“Dijo que sus amigos lo drogaron para que se relajara con una mujer. Pensó que habían pagado a una empleada para hacerlo. Deberías haber visto su cara. Parecía devastado de que resultara ser mamá”.

“¿Estás seguro de que no estaba fingiendo?”

“No. No era un acto, lo sé”.

Theo no discutió.

Si había algo en lo que siempre podía confiar, era en la intuición de su hermana.

“Entonces, ¿Qué hiciste con la billetera del fotógrafo?”, preguntó Alexis.

“La dejé en una de las mesas. Alguien la encontrará y la entregará”, Theo se encogió de hombros.

No le importaba realmente si el reportero la recibía o no.

El tener que reemplazar sus tarjetas de crédito era el castigo mínimo que merecía por entrometerse.

“Bueno, de todos modos…tendremos que idear un plan sobre nuestro abuelo. Es posible que tengamos que acelerar la cronología del plan”, anunció Alexis, captando la atención de sus dos hermanos.

Desde que conocieron la verdad sobre su familia materna, el trío había estado planeando su venganza contra todos los que lastimaron a su madre.

Silas Prescott también estaba en su lista, por eso Sean se había tomado la molestia de infiltrarse en su empresa.

Ahora parecía innecesario… al menos por ahora.

Había muchos otros que merecían su castigo, empezando por su tía.

Con ella ya habían comenzado. Sean programó bots para inundar las secciones de comentarios de cualquier medio de comunicación que informara sobre las actividades de la fiesta de ella con críticas desfavorables.

También creó bots para comentar en las publicaciones de reses de ella con la misma intención. Su reputación ya era abismal de por sí, pero su objetivo era arruinarla por completo.

No era un secreto que ella soñaba con la idea de ser actriz, pero la mala prensa que los trillizos continuamente provocaban rápidamente arruinó sus ofertas.

Pero eso solo era el comienzo.

El golpe final vendría más adelante.

Por otra parte, el castigo para su abuelo era diferente. Hace varios años, la familia Trent se cruzó con los DaLair y prácticamente fue borrada del mapa.

Fue una inspiración para los trillizos.

Su venganza solo estaría completa una vez que recrearan el evento con los Carlisle.

El tiempo estaba naturalmente de su parte.

Solo tenían diez años después de todo, y como nadie sabía que existían, podían trabajar desde las sombras sin interferencias de ninguna de las partes.

Pero ahora era diferente.

Su padre sabía de su existencia, al igual que su abuelo materno.

Necesitaban cambiar su estrategia si iban a seguir adelante con su plan. Por ahora, Alexis estaba dispuesta a esperar para ver qué haría su padre, pero en cuanto a su abuelo… no estaba tan segura.

“De acuerdo, niños, ahora estamos entrando en el viaje por el Océano, así que vamos a quedarnos juntos y divertirnos”.

…

Silas se quedó observando cómo los trillizos seguían a su clase.

Sean y Theo estaban a cada lado de su hermana, protegiéndola y guiándola por la exhibición. Se detuvieron de vez en cuando asombrados por los tiburones y los peces que nadaban a su alrededor.

Sean leía cada expositor que pasaban para ayudar a Alexis.

Theo comenzó a bailar en su lugar cantando

“Baby Shark”, lo que hizo reír a sus hermanos y a algunos de sus compañeros de clase.

El trío seguía tras su clase como si estuvieran en su propia pequeña burbuja.

Le parecía extraño a Silas que no hicieran un esfuerzo mayor por socializar con los otros niños.

Pero, por otro lado, el trío siempre había estado juntos, lo que les permitía formar vínculos profundos que los demás simplemente no podían igualar.

No era de extrañar que los hermanos protegieran tan de cerca a su hermana o que formaran un grupo unido tan impresionante.

Silas los observo con una mezcla de orgullo y preocupación. ¿Cómo convencería a los tres de que quería estar en sus vidas y que deseaba a su madre más que cualquier otra cosa?

Era intimidante verse tan superado en número y carecía de experiencia con niños.

No tenía la ventaja de la sorpresa.

Ellos ya sabían quién era él para ellos. Peor aún, sabían lo que sucedió hace diez años, aunque parecía haber cierta confusión.

Alexis. dijo que su madre también había sido drogada en un complot concebido por su tía.

Ciertamente no le sorprendió saber que Marilynn era tan astuta, pero pensar que haría algo tan reprobable a su propia hermana.

Y peor aún, sus hijos realmente creían que él había sido parte del plan.

Era suficiente para hacerle sentir enfermo.

Alexis parecía dispuesta a escuchar su versión al menos.

Silas esperaba que sus hijos fueran tan abiertos de mente como ella.

Pero, ¿Qué hay de Ava?

¿Creía Ava también que él había sido parte del plan de su hermana?

Al menos debía pensar que era desalmado por la forma en que la dejó y la abandonó a su suerte.

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