Capítulo 74:

En un puente cercano al restaurante Jazmín, las tensiones estaban a flor de piel.

«Melany, por favor, baja primero. Tenemos que hablar de esto», gritó Colton mientras se apresuraba a alcanzarla, solo para encontrarla precariamente encaramada al borde del puente.

Con su vestido blanco, Melany tenía los ojos hinchados y apenados, su frágil figura se balanceaba sobre la barandilla, el rugiente río a un latido de distancia bajo ella.

«Colton, desde aquel concurso de perfumes, siento que tu chispa por mí se ha apagado. Ya no confías en mí. Olvidaste mi dolor de estómago como si no importara».

La tez de Melany era fantasmal, tan delicada como una mariposa a punto de caer. «Nunca he confesado ser Serpiente Escarlata, y mi campeonato lo gané limpiamente. Sólo quería que te sintieras orgullosa. ¿Tienes idea de cuánto he deseado ser Serpiente Escarlata? Sólo quiero apoyarte, aunque sea un poco. Siempre estoy dispuesta a hacerlo».

Su voz temblaba, espesa de emoción, como si estuviera pronunciando sus últimas palabras. «Me consumieron tanto los perfumes de Scarlet Snake que me perdí en ensoñaciones. Lamento haberte hecho perder esa asociación con el Grupo Everett. Si hubiera sabido que Allison era Scarlet Snake, nunca habría cometido un error tan tonto».

Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras fingía desearle lo mejor a Colton. «En el restaurante Jasmine, lo que dije era cierto. Si realmente la amas, puedo hacerme a un lado. Eres la única persona a la que he amado y deseo sinceramente tu felicidad».

Con eso, Melany se inclinó aún más hacia delante.

«¡Por favor, baja primero!» exclamó Colton, con su ansiedad palpable. El viento parecía dispuesto a llevársela, y se dio cuenta de que ella siempre había actuado por amor a él. La culpa lo inundó como un maremoto. «Allison no me importa. La razón por la que quise asociarme con el Grupo Everett es que esperaba elevar nuestra empresa e impresionar a tus padres. Melany, todo lo que hago es por ti, ¡únicamente por ti!». Pero Melany parecía perdida, con el rostro pálido como un fantasma.

«Colton, yo también hago esto por ti. ¿Recuerdas hace cinco años? Habría dado mi vida por ti. Aprecio la belleza, incluso me hice una cicatriz en la espalda por ti. Así que, por favor, no dudes de mí», suplicó Melany, agarrándose a la barandilla mientras la desesperación se grababa en sus facciones. «Si no, prefiero morir».

Aunque Colton había pasado por alto su dolor de estómago en el restaurante para agarrar la mano de Allison, lo que más atormentaba a Melany era si alguna vez podría recuperar por completo su confianza.

«Hablemos de esto. Por favor, no hagas nada precipitado». Colton sentía el corazón como si se le alojara en la garganta. Con Melany aún tambaleándose al borde del puente, cada leve movimiento le crispaba los nervios.

Colton se sintió abrumado por la culpa cuando ella evocó el incidente que había entrelazado sus destinos. «Hace cinco años, estuve a punto de morir, inconsciente. Si no hubieras venido a rescatarme, ahora no estaría aquí».

Aquel momento también dejó una cicatriz en Melany, un doloroso recuerdo de su amor por la belleza. A Colton le carcomía, le llenaba de angustia y culpa.

Desde aquel día, había jurado proteger a Melany a toda costa. Colton ya no se atrevía a culparla ni a discutir sobre quién tenía razón y quién no. Después de todo, si ella no hubiera arriesgado su vida para salvarle, él estaría perdido desde hacía mucho tiempo.

«Puede que dudara de ti, pero dejarte nunca fue una opción. ¿Sabes que, durante los años que estuviste fuera, me aferré a tu recuerdo cada medianoche?». Los ojos de Colton brillaban mientras hablaba.

En aquella época oscura, su situación había sido desesperada, y apenas podía recordar la urgencia de todo aquello. La única imagen que le quedaba era la de la chica que lo había llevado a través de callejones sombríos mientras huían para salvar sus vidas.

Al borde de la muerte, la única persona en la que había confiado era aquella joven, un recuerdo que guardaba con mucho cariño.

Los ojos de Melany brillaron brevemente mientras elaboraba rápidamente una estrategia. El reciente concurso había estropeado su perfecta imagen en el corazón de Colton, pero si había un primer error, seguro que podía haber un segundo. Si quería recuperar su corazón… Las lágrimas cayeron en cascada por sus mejillas mientras contemplaba el caudaloso río y, con el corazón encogido, declaró: «Colton, te quiero y siento mucho todo esto. Si muero, Allison dejará de culparte y quizá haya una oportunidad de arreglarlo todo».

Con eso, se soltó de la barandilla y se zambulló en el agua. El chapoteo resonó como un trueno, dejando a Colton helado de miedo, totalmente desprevenido para su drástica acción. Sin dudarlo un instante, se despojó de su chaqueta y se zambulló tras ella, desapareciendo ambos en las gélidas profundidades.

En ese último instante antes de perder el conocimiento, Melany sintió que unos fuertes brazos la envolvían.

Había ganado la apuesta.

Colton no volvería a cuestionarla.

Melany pensó que, una vez que se convirtiera oficialmente en la señora Stevens, se aseguraría de que Allison no volviera a menospreciarla.

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