Los Secretos de la Esposa Abandonada -
Capítulo 472
Capítulo 472:
Sin embargo, otros parecían intrigados por la visión. «Pero un producto emblemático así podría cambiar las reglas del juego».
Las voces se superponían, algunas instando a la cautela, otras atrapadas por la ambición de todo aquello.
Al final, todas las miradas se dirigieron a Kellan, esperando su decisión.
Dejó que el silencio se prolongara, con una actitud tan distante e inescrutable como siempre. Su presencia era demasiado refinada, demasiado distante, dejando a muchos con la sensación de no poder llegar a él. Finalmente, con voz tranquila pero decidida, dijo: «Procedan».
La voz de Kellan transmitía una indiferencia despreocupada. «Desde su creación, nuestra empresa nunca ha seguido el camino conservador. Siempre hemos sido pioneros».
Estaba claro que su declaración no iba dirigida sólo a la sala, sino que era una muestra de apoyo a Allison.
Después de todo, Charisma Company nunca había rehuido los movimientos audaces, siempre liderando el camino de la innovación. Para Kellan, el talento de Allison era un hecho, no estaba en discusión. Sabía que cualquier empresa lucharía por tenerla. No era sólo una estratega brillante; era la Serpiente Escarlata, una estrella emergente en el mundo de la perfumería.
Kellan captó las miradas de sorpresa de los comensales y dio las órdenes sin perder un segundo. «Sherman, tú te encargarás del seguimiento».
«¡Sí, jefe!» respondió Sherman, intentando disimular sus nervios. Por fin comprendió por qué Kellan estaba aquí: todo se debía a Allison.
Sin embargo, había algo inusual en el aire. Incluso un extraño como Sherman podía sentir un escalofrío entre ellos. Últimamente, Kellan y Allison parecían más distantes, como si algo no dicho se interpusiera entre ellos. ¿Podría ser Carole la razón? Sherman no pudo evitar preguntárselo.
La reunión terminó y la gente se fue retirando poco a poco. Allison se levantó y se volvió hacia Kellan. «Mi propuesta de antes era arriesgada», admitió. «Sin tu apoyo, habría sido difícil convencer a la junta».
Kellan bajó la mirada y apretó los dedos contra el borde de la mesa. Su voz se mantuvo firme, casi mecánica. «No es por mí. Eres lo bastante fuerte».
Pero bajo su serena apariencia, Kellan era cualquier cosa menos tranquilo. Sus pensamientos se arremolinaban, una maraña de anhelo y contención. Si alguien pudiera echar un vistazo a su mente, vería a un hombre luchando contra un impulso casi primario.
Un impulso de acercarla, de respirarla, de besarla.
La distancia entre ellos no había apagado sus sentimientos. En todo caso, sólo lo había hecho más vulnerable a su presencia, como una polilla que se acerca peligrosamente a una llama.
«Gracias por confiar en mí», respondió Allison. Ella no tenía ni idea de la agitación que se agitaba dentro de él. Para ella, sus palabras eran un raro gesto de fe, algo que no había encontrado a menudo en los demás, especialmente en la familia Stevens, donde el apoyo de Colton había estado ausente, sustituido por comentarios mordaces y una presión implacable.
Años de dudas habían hecho mella en ella, llevándola a cuestionarse su valía de vez en cuando. Pero las palabras de Kellan siempre encontraban la forma de llegar a ella.
«Creo en ti».
«Tú lo vales».
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