Los Secretos de la Esposa Abandonada -
Capítulo 393
Capítulo 393:
Aquel subidón familiar hizo que a Kellan le hirviera la sangre de emoción.
En las gradas, unos cuantos espectadores nerviosos cerraron los ojos, susurrando: «¡Que Dios la ayude!».
En un santiamén, Allison aterrizó suavemente, encontrando el equilibrio en el último segundo posible.
Con un fuerte estruendo, los dos coches corrieron uno al lado del otro hacia la línea de meta.
Necesitaba más velocidad. Allison pisó el acelerador, ganando impulso mientras volaba por la pendiente.
Kellan frunció el ceño al ver que la distancia entre los coches se reducía peligrosamente.
Si hacía el más mínimo movimiento, ella podría salirse fácilmente de su trayectoria.
En las gradas, Mose se dio cuenta y dejó escapar un suspiro.
«Esta chica es demasiado precipitada», murmuró. «Llegar tan lejos ya es una hazaña increíble».
Estaba seguro de que iba a presenciar un accidente.
«Podría resultar herida. Espera… ¡¿Qué?! ¿Qué demonios?»
Mose se levantó de un salto, casi cayendo por encima de la barandilla.
Nadie le hizo caso, ya que todo el público se había puesto también en pie.
En el segundo crucial, Sweety dio un brusco tirón a su coche y pasó disparada por la línea de meta como un relámpago.
Fue una prueba de velocidad pura y dura.
En esa fracción de segundo de adelantamiento, el ganador estaba claro. El público observaba atónito, conteniendo la respiración. No querían perderse ni un solo momento.
Allison se quitó el casco, mostrando su verdadero rostro, que había permanecido oculto bajo un disfraz. Sus ojos púrpura claro brillaban con una mirada feroz e inflexible.
Miró fijamente a Turbo.
«Has perdido», declaró.
La gran pantalla lo confirmó: Sweety se había alzado con el primer puesto.
El estadio estalló en aplausos y vítores.
El público estaba impaciente por ver al misterioso piloto al volante.
«Quiero saber, ¿quién es Sweety, de verdad?».
«Es la campeona de este año de las carreras clandestinas. Cuando la gente sepa quién es, la bombardearán con ofertas».
«O tal vez es como Turbo, lo suficientemente rica como para mantener su identidad oculta porque no necesita el dinero».
Colton, sin embargo, no estaba centrado en el espectáculo en sí.
Le interesaban más los posibles beneficios que podría reportarle. Con el ceño ligeramente fruncido, murmuró: «Si podemos establecer una conexión con Sweety, podría hacer que la negociación con ese difícil cliente fuera mucho más fluida».
Mientras tanto, los pensamientos de Melany se habían alejado de la carrera. Estaba preocupada por los explosivos.
Se preguntaba en silencio si Kellan conseguiría recuperar la reliquia de su madre de manos de Sweety, la misteriosa campeona.
Mientras ambos reflexionaban sobre sus propias preocupaciones, Allison hizo un movimiento audaz. Se quitó el casco, dejando que su larga melena cayera libremente por su espalda mientras salía del coche, respirando el aire fresco. Todas las miradas se fijaron en ella de inmediato.
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