Los Secretos de la Esposa Abandonada -
Capítulo 334
Capítulo 334:
Fuera de la sala, Colton permanecía en sombrío silencio, observando cómo Allison reía y charlaba con los demás, con un comportamiento animado y despreocupado.
«Colton, apenas te has recuperado, y después de lo que ha pasado hoy con Allison, ¿de verdad quieres volver ahí dentro?». La expresión de Melany era tensa, su incomodidad evidente.
Para ser sincera, lo único que deseaba era salir de allí lo antes posible. La conclusión de la subasta había sido suficientemente humillante, pero la imagen del cuchillo que Allison había arrojado casualmente aún la atormentaba y le producía un escalofrío.
«Volvamos. Además, estás herida. Necesitas ver a un médico de inmediato», continuó, cubriendo suavemente el corte en su mejilla, un nuevo recordatorio de lo cerca que había estado de un destino mucho peor.
Si el cuchillo se hubiera desviado un poco más, no habría sido una simple herida, sino que le habría dejado cicatrices de por vida.
Antes, Colton se habría apresurado a consolar a Melany, con palabras suaves y tranquilizadoras. ¿Pero ahora? Desde que se despertó, Colton se había vuelto distante, su silencio pesado, su expresión fría e ilegible.
«Adelántate», dijo, con una voz sombría y un estado de ánimo acorde. Tenía preguntas para Allison, cosas para las que necesitaba respuestas.
Por mucho que odiara admitirlo, ella le había amado una vez. Era innegable lo que había hecho, hasta dónde había llegado. Y sin embargo, algo en su pecho se sentía apretado, como un nudo que no podía desenredar. No podía dejarlo pasar, pero tampoco podía afrontarlo.
«Todavía tengo algunas cosas que preguntarle a Allison».
Colton necesitaba entender por qué Allison lo había estado engañando durante los últimos tres años, ya fuera por Telaraña o por la repentina revelación de sus habilidades para la cerámica y la perfumería, talentos que nunca había demostrado. Podría haber dejado de lado esas cosas, pero lo que más le sorprendió, lo que no podía olvidar, fue su cercanía a esos otros hombres. ¿Qué estaba pasando entre ellos?
No creía que Allison pudiera dejar de quererle. Cuando Melany escuchó sus pensamientos, ni siquiera lloró. En cambio, su voz salió lenta, deliberadamente, cada palabra como una puñalada.
«Colton, ¿quieres volver con tu ex mujer?».
El día ya la había agotado hasta el punto de ruptura. Haber sido humillada por Allison en la subasta ya era bastante malo, pero casi perder la vida a manos de aquella demente era peor. Cuando Allison había blandido la Tarjeta Platino Telaraña, Melany se había convertido en el hazmerreír y su reputación había quedado destrozada. Cada mirada burlona, cada insulto susurrado, la habían hecho desear desaparecer bajo tierra.
Podía soportarlo todo, pero no podía soportar la idea de que Colton, que la había adorado durante años como a una compañera leal, pudiera ahora dejarla de lado por Allison.
La frente de Colton se arrugó ante su pregunta.
«No empieces a actuar de forma irracional».
Al darse cuenta de que su tono había sido más agudo de lo que pretendía, Colton se suavizó, conteniendo su frustración. «Sólo necesito hablar con ella sobre Cobweb. El estado de mi madre no mejora, el proyecto hacker se ha retrasado indefinidamente y ahora la subasta no ha salido como estaba previsto. Cobweb es la única opción real que nos queda para darle la vuelta a esto».
Colton no entendía por qué Allison estaba siempre en su mente, incluso cuando la mujer que amaba estaba a su lado.
Sus palabras eran sólo una verdad a medias. Era cierto que necesitaba información sobre Telaraña, pero había algo más. Otra parte de él quería ver a Allison para averiguar cuándo había conocido a esos otros hombres y cómo había seguido adelante tan rápidamente. Aunque estaban divorciados, seguía sintiendo una extraña posesividad hacia ella.
La pérdida de control lo carcomía, royendo cada uno de sus pensamientos.
«Melany, confías en mí, ¿verdad? Colton exhaló profundamente, encontrándose con su mirada. «No podemos irnos sin hacer progresos».
«Entonces iré contigo».
«De acuerdo». Melany estuvo de acuerdo, pero por dentro, su corazón hervía con una furia tan intensa que era casi insoportable.
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