Capítulo 280:

Comparado con los besos dominantes y confrontativos de antes, éste parecía un torbellino salvaje e indomable.

Allison se encontró momentáneamente aturdida, sorprendida por el inesperado giro de los acontecimientos. Siempre había sido ella la que tenía el control, la que llevaba la corona de mando, pero aquí estaba, recibiendo un beso que ejercía su poder como una espada de doble filo.

Tenía la espalda pegada a la pared y se sentía atrapada, como si el mundo exterior hubiera desaparecido. A pesar del frío de la pared contra su piel, un calor comenzó a filtrarse a través de ella, encendiendo un fuego en su interior.

La mano de Kellan le acunaba la nuca, mientras la otra sostenía su cintura, que empezaba a deslizarse lentamente hacia abajo, como si la propia gravedad conspirara contra ella. Sus alientos calientes se mezclaban en el aire, creando una atmósfera embriagadora de deseo compartido.

Allison sentía la presión de las piernas de él contra las rodillas de ella, un inesperado punto de apoyo que creaba un precario equilibrio entre sumisión y desafío. Pero ella no era ajena al juego de la dominación; se negaba a ser sometida.

Aunque el beso era innegablemente embriagador, Allison no pudo evitar morderle el labio con feroz determinación. El sabor metálico de la sangre inundó sus bocas, un crudo recordatorio de la cruda intensidad del momento.

«Kellan, ¿has perdido la cabeza?», exclamó ella, desconcertada por la repentina oleada de pasión que se había apoderado de él.

Sin embargo, al oír sus palabras, Kellan dejó escapar una risa baja y despectiva que resonó en la quietud. «Más que ser un loco, me aterra que me apartes de ti».

Era el director general de la empresa Charisma, el heredero del grupo Lloyd, un hombre cuya reputación era enorme tanto en el mundo legal como en el clandestino. Sin embargo, en ese momento, estaba a merced del juicio de Allison.

Allison se quedó sin palabras. Estaba claro que Kellan había sobrepasado sus límites, pero ella se sentía como una mujer insensible por considerar siquiera abandonarlo en su vulnerabilidad.

Este beso marcó un punto de inflexión en su relación. Lo que antes había sido un juguetón enfrentamiento se había transformado en algo más profundo, una inquietante complejidad que los dejaba a ambos inseguros.

Allison levantó la mirada y respondió con voz gélida: «No entiendo lo que quiere decir, señor Lloyd».

Si Kellan realmente pretendía algo más, ella tenía un arsenal de tácticas para hacer que se arrepintiera de haberla traicionado.

«Lo siento…» La voz de Kellan salió ronca, goteando autoburla. Lentamente, la soltó, el tono ardiente de sus ojos se atenuó, sustituido por un aura de contención y control.

«Señorita Clarke, piense por un momento que puedo estar loco».

Sus labios aún mostraban los restos de su apasionado encuentro, manchados de sangre, y las venas de su mano resaltaban, dando a su comportamiento un toque intimidatorio.

Un destello de miedo recorrió a Allison. Ni siquiera el propio Kellan entendía por qué, a pesar de no creer en el amor verdadero, perdía el control a menudo cuando estaba con ella.

En última instancia, la idea de distanciarse de ella le resultaba insoportable, hasta el punto de que apenas podían seguir considerándose amigos.

«Sólo quiero saber si de verdad te parezco inaccesible». Kellan se limpió la sangre de los labios con la punta del dedo, y su expresión cambió a una de anhelo. Cuando la miró a los ojos, su moderación habitual se desvaneció, haciéndolo parecer increíblemente seductor.

Sus palabras tenían peso, revelando sus intenciones.

Allison frunció ligeramente el ceño ante su pregunta. ¿Inaccesible?

El recuerdo de su beso pasó por su mente, vívido y difícil de olvidar. Incluso un beso manchado de sangre permanecía en sus pensamientos.

A decir verdad, en la cama, Kellan era más que rico. Su impresionante resistencia lo convertía en un compañero bastante satisfactorio.

Sin embargo, desde el principio, Allison había visto a Kellan como un medio para conseguir un fin: alguien con quien acercarse a Lorna y Kinslee, para extraer la información que buscaba.

Lógicamente, debería haberse sentido satisfecha por esta revelación; significaba que Kellan había mordido el anzuelo. Pero en lugar de eso, un tumulto de emociones se arremolinó en su interior.

«No es inabordable», contestó finalmente, su voz resonando con honestidad, “pero eso no significa que puedas hacer esto sin más…”.

Incluso cuando descubrió el secreto de Kellan en aquella habitación prohibida, nunca había sentido asco. Al contrario, encontró el contraste dentro de él aún más tentador.

Allison continuó, ofreciéndole una salida: «Hagamos como si lo de hoy nunca hubiera ocurrido. Seguiremos siendo compañeros, y una vez que Kinslee termine su tratamiento contra el Alzheimer…»

Kellan ya podía predecir sus siguientes palabras.

No sería más que una despedida.

Irónicamente, una vez había jurado no enamorarse de ninguna mujer, pero aquí estaba Allison, la excepción a la regla. Tal vez fue el momento en que se conocieron lo que despertó en Kellan una familiaridad enterrada desde hacía mucho tiempo, sugiriendo que estaba destinado a enamorarse de ella.

«Allison», por fin pronunció su nombre, y por primera vez sintió que era algo más que una simple dirección.

La gravedad parecía atraerla hacia él. Su alta figura, casi oculta por las sombras, estaba enmarcada por el suave alboroto de su pelo corto, agitado por una suave brisa.

En aquel espacio silencioso, sus respiraciones y latidos se entrelazaron, creando una conexión que parecía casi tangible.

«Quiero saber cómo perseguirte».

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Nota de Tac-K: Nuevos capítulos el día miércoles lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥

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