Capítulo 239:

Rex se puso carmesí, las venas de su cuello se abultaron mientras escupía maldiciones, su voz resonando en la habitación. «¡Puta asquerosa! Engañándome a mis espaldas!», rugió, arremetiendo contra Lindy con la mano levantada. «Lo dejé pasar cuando enviabas dinero a tus padres, pero ¿ahora dejas que un amante se meta en mis bolsillos?

Antes de que su mano pudiera conectar, un bastón le golpeó con fuerza.

La voz de acero de Keanu cortó el aire como un látigo. «¡Basta ya! Deja de hacer el ridículo». Los ojos de Keanu ardían de furia. «¿Duermes como una perra en celo y te atreves a levantarle la mano delante de todos?». Rex se quedó helado cuando la mirada de Keanu se desvió hacia Lindy con un asco apenas disimulado. «¡Y tú!» siseó Keanu. «Vuelve a poner un pie en esta casa y me aseguraré de que tú y ese hijo tuyo no recibáis ni un céntimo, ¡ni aunque tenga que quemar hasta el último dólar!».

La sala se quedó en silencio. No era ningún secreto que familias como la suya escondían esqueletos en armarios dorados, pero que salieran a la luz de esta manera…

Keanu apenas podía soportar la vergüenza. Las venas de sus sienes palpitaban peligrosamente mientras su ira lo abrumaba.

«¡Keanu, por favor, cálmate!» Allison corrió a su lado, con el rostro tenso por la preocupación. Le dio una pastilla para el corazón y empezó a masajearle las sienes. «No vale la pena arriesgar tu salud por esto».

Mientras tanto, los ojos de Colton estaban pegados a la pantalla, su expresión vacía mientras reproducía el video. «No… no puede ser…» murmuró, sacudiendo la cabeza. Pero una mirada al rostro culpable y lívido de su madre le dijo todo lo que necesitaba saber: todo era cierto.

La desesperación lo aplastó, dejándole un dolor hueco en el pecho. Sabía de las infidelidades de su padre, pero siempre había hecho la vista gorda, creyendo que algún día demostraría que era digno del legado de los Stevens. Estaba decidido a no defraudar a su madre.

Pero ahora, con las aventuras de sus padres a la vista de todos, ¿en qué le convertía eso?

Keanu respiró hondo y su pulso se calmó, aunque la furia seguía latente bajo su severa apariencia. Se sacudió el contacto de Allison y su mirada se entrecerró al posarse en Rex y la secretaria, acurrucados a su lado.

«¡Y tú!», le espetó a Rex, con un tono cargado de desprecio. «Puteando y descuidando la educación de tu hijo, ¡has convertido a un chico brillante en un completo idiota!».

Colton se puso rígido ante las duras palabras.

Su abuelo, que antes había alabado su talento, ahora lo miraba con desenfrenada decepción…

Rex bajó la cabeza, con el rostro ceniciento. «Papá… Estaba equivocado», murmuró, sin atreverse a mirar a Keanu a los ojos.

Si el vídeo era real o no, no importaba. Colton había humillado a la familia montando una escena en el banquete de cumpleaños de su abuelo, un acto que jamás podría perdonarse.

Los nudillos de Keanu se apretaron alrededor de su bastón y, con un rápido movimiento, volvió a golpear a Rex. «¡Y esto por el absurdo de ceder el control de la empresa a Colton mientras aún estás vivo! Es demasiado inexperto y carece de aliados competentes. ¿Cómo esperas que maneje el peso de todo el Grupo Stevens?».

Colton se quedó boquiabierto, con la mente a mil por hora. Su padre había abandonado la empresa hacía años, dejándosela a él sin apenas resistencia. Pero las palabras de su abuelo dejaban entrever algo más siniestro: una lucha de poder en ciernes. Después de todo, Keanu seguía siendo el verdadero patriarca. Poseía el sesenta por ciento de las acciones de la empresa. Ni siquiera Rex se atrevería a ir contra él.

El ceño de Allison se frunció de preocupación al ver la postura inflexible de Keanu. A pesar de su rudeza habitual, Keanu siempre había adorado a sus nietos, especialmente a Colton. Había sido estricto, pero se había preocupado. Pero ahora, no quedaba ni una pizca de ese cariño.

«Vosotros dos», gruñó Keanu, con la mirada fija en Rex y Lindy, »no voy a rejuvenecer. Sólo quiero que mis nietos continúen el legado de los Stevens. Pero si ninguno de vosotros puede darme un heredero competente, entonces…». Dirigió su penetrante mirada a Colton. «Incluso un hijo ilegítimo con los talentos adecuados será reconocido como parte de la familia y considerado».

El silencio que siguió fue ensordecedor.

«Crash…» La cara de Melany se puso blanca al derribar un jarrón de porcelana, el agudo sonido sacudió a todos. Había estado disfrutando del espectáculo, pensando que la desgracia de Lindy consolidaría su control sobre los asuntos de la familia. Pero ahora, con Keanu sugiriendo que un extraño podría entrar en el redil, todo estaba en peligro. La posición de Colton podía ser desafiada por un bastardo cualquiera.

Lindy avanzó a trompicones, con el pánico reflejándose en su rostro. «Keanu, ¿cómo has podido decir eso? Colton es tu único…»

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