Los pequeños del CEO
Capítulo 9

Capítulo 9:

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En cuanto a Michelle Robinson, le agarró aún más fuerte del brazo, como para demostrarle su autoridad. Sonrió a Hayden y le dijo: «Mírate, Hayden. ¿Por qué no nos informaste a Kingsley y a mí cuando volviste?».

«No creo que sea necesario».

«He oído que has perdido el contacto con la Familia Downey cuando decidiste mudarte al extranjero». Michelle parecía mostrar cariño hacia Hayden, pero había otras intenciones en sus palabras: «¿Por qué no vuelves al Grupo Downey para echarles un vistazo?».

Habiendo parecido notar la mirada preocupada de Hayden, Kingsley habló con suavidad: «Vamos, Michelle».

«¿Por qué tanta prisa? Hace mucho que no veo a Hayden y quiero charlar con ella». Dicho esto, arrastró a Hayden hacia el ascensor sin darle la oportunidad de rechazarla.

Los labios de Hayden se secaron un poco y bajó los ojos. Cuando la puerta del ascensor se abrió, Michelle la arrastró dentro. Hayden miró hacia abajo y se movió ligeramente hacia un lado cuando vio que también entraban algunos huéspedes.

Un invitado que pasó junto a ella le había tocado accidentalmente la punta de la nariz con su americana. El escalofrío que sintió la hizo estremecerse y tuvo una sensación de familiaridad sin saber por qué.

Entonces levantó la vista queriendo echar un vistazo, pero Michelle se había bloqueado delante de ella y sus zapatos de tacón entraban en su campo visual. «Hayden, ¿Podrás venir?».

«¿Perdón?». Hayden no sabía lo que acababa de decir y preguntó, recuperando su mirada al mismo tiempo también.

«El banquete de compromiso mío y de Kingsley». Michelle levantó la mano y había un brillante anillo de diamantes en su dedo anular. Sus ojos estaban llenos de complacencia y la comisura de sus labios rojos se curvó: «Sera el dieciocho del mes que viene, espero que puedas venir».

Aquel anillo familiar pero caro era tan deslumbrante que hizo que a Hayden le dolieran los ojos. Recordaba que cuando fue a la joyería con Kingsley en aquel entonces, se habían fijado en ese anillo en concreto, diciendo que debían usarlo cuando se casaran en el futuro.

Sin embargo, resultó que ese anillo lo llevaba Michelle ahora.

«Tengo trabajo que hacer, así que puede que no tenga tiempo». Giró la cabeza hacia un lado para evitar sentirse más incómoda.

«¡Oh, vamos, Hayden!». Michelle le tomo la mano cariñosamente y sonrió. «Siempre he deseado que fueras mi dama de honor algún día».

Hayden se burló interiormente. ¿Eso significaba que siempre había querido robarle el novio?

Al ver que no decía ni una palabra, los ojos de Michelle parpadearon y sonrió. «Sé que tienes miedo de no tener una pareja que llevar al banquete. No te preocupes, conozco a muchos amigos y puedo presentarte a uno».

«Tengo novio; es sólo que me resulta imposible ir». Hayden apartó las manos sin cambiar de expresión y continuó: «Además, tengo miedo de que no me deje ir al banquete de compromiso de mi ex novio y también de mi mejor amiga.»

La expresión del rostro de Kingsley cambió. El rostro de Michelle también se congeló, pero volvió a tomarle la mano con entusiasmo. «Hayden, ¿Por qué no haces una llamada a tu novio y lo invitas? Tengo que darle las gracias por cuidar tan bien de ti».

«No hay necesidad de molestarse. Es una persona ocupada».

Durante el impasse, Hayden tropezó de repente con algo. Con una pérdida de equilibrio, cayó hacia adelante. Sin intención de sujetarla, Michelle se movió en secreto hacia un lado.

Hayden se golpeó contra un pecho duro y le dolió la frente. Entonces oyó un ruido desde arriba, que le resultó inexplicablemente familiar.

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