Los pequeños del CEO
Capítulo 293

Capítulo 293:

Lo que Hayden dijo hizo que Benjamín se tragara todas sus palabras. Mirando la expresión de curiosa de Hayden, asintió.

«Sí, es mi madre».

«No es bueno que tengas un complejo de madre, porque ahora a las chicas les molesta mucho». Dijo Hayden con preocupación, luego tomo su bolso y le dijo: «Tengo asuntos que atender, así que tengo que irme ya».

«Yo te llevo». Benjamín se levantó.

«No». Hayden echó un vistazo al área de la cocina.

«Andrea iba a traer una pizza, así que te quedas aquí y esperas a que ella venga. Conozco la salida, no te preocupes».

Entonces Hayden se dirigió hacia la puerta de la tienda.

«¿Dónde está tu hermana?».

Andrea puso la pizza caliente sobre la mesa. El plato de hierro golpeó contra la mesa con un ruido sordo, que le dio un buen susto.

«¿Qué haces? Eres una chica, ¿Puedes ser más delicada? ¿Quieres darme un susto de muerte?».

Con sus palabras, la sonrisa de Andrea se congeló de repente y luego le lanzó una fea mirada: «No seas tan desagradecido. O la tomas o se la doy al perro».

«Así nadie se casará contigo».

«Puedes estar tranquilo. Sólo serias mi novio si no existieran más hombres en este mundo».

Benjamín de repente hizo una pausa y luego pensó en lo que Hayden acababa de decirle. Inclinó la cabeza y sonrió.

«¿De qué te ríes?». Andrea estaba aturdida.

Benjamín, sin embargo, se rió en silencio y se comió la pizza, sin ver cómo la cara de la chica se ponía roja por culpa de su sonrisa.

Andrea miró de arriba abajo, pensando que sí tenía buen aspecto.

De vuelta a la empresa, Hayden fue a ver a Dante.

«¿Qué tal el pedido?».

«Hemos encargado a un fabricante que trabaje en la cerradura. Pero seguimos bastante justos de tiempo, porque el Grupo Joann quiere la mercancía en el plazo de un mes. Me preocupa la calidad, así que hemos encargado a los supervisores que vigilen día y noche a los obreros».

«Los supervisores deben ser expertos de esta industria». Le aconsejó Hayden.

Dante asintió. «Así que los diseñadores tienen que ser los supervisores».

«Pero vas a estar ocupado con el concurso de diseño, ¿Puedes manejarlo?».

Hayden estaba un poco preocupada.

Con el fin de recuperar la reputación de Green Lemon Clothing, el equipo de diseñadores bajo la dirección de Dante se inscribió en el Concurso Nacional de Diseño de Vestuario. En estos días, los diseñadores estaban todos ocupados para la competencia.

«Estaré bien» Dante parecía tranquilo: «El concurso no es tan problemático, y los supervisores no tienen que trabajar todo el día. Algunos de ellos podrían ir a hacer comprobaciones puntuales todos los días».

Al ver la cara llena de confianza de Dante, Hayden no dijo nada más y asintió: «Está bien, te doy carta blanca en este asunto, tú solo hazlo».

Dante asintió y luego fue a organizar el horario para que los diseñadores se turnaran para ser los supervisores.

En toda Green Lemon Clothing, no había nadie más serio en el trabajo que Dante, incluida Hayden.

.

.

.