La vuelta del CEO -
Capítulo 1
Capítulo 1:
Tracy
«Lo siento tengo que tomar esto». Dijo mi marido saliendo del dormitorio y yo vi como el amor de mi vida salía de la habitación para coger su llamada.
No podría haber deseado a otra persona, Alex era uno de los mejores hombres del mundo y definitivamente le diría que sí una y otra vez, es increíble y me hace sentir increíble también.
El caballero perfecto no existe, pero Alex era la definición perfecta de uno, ojos azules que siempre parecen verlo todo, pelo negro que me hace querer pasar la mano por él todo el tiempo, y para colmo era cariñoso, me hacía sentir como una princesa, siempre mimándome como si no tuviera otra cosa que hacer, me corregía siempre que me equivocaba, pero siempre lo hacía con amor.
Conocí a Alex hace dos meses en la cafetería donde trabajaba. Antes de conocerle era una chica normal y corriente que intentaba demostrar a mi familia que podía vivir sin tener que depender de ellos o sin que me trataran como a una niña.
Siempre fui una chica tímida, en la escuela siempre me acosaban y mis hermanos siempre tenían que defenderme, se convirtió en una costumbre, decidieron que no debía conseguir un trabajo lejos de casa, el único trabajo que conseguí que estaba cerca de nuestra casa fue en un Café pero no les importó, insistieron en que lo aceptara, y ellos se harían cargo del resto de mi cuenta, pero yo quería demostrarles que estaban equivocados, aunque no ganaba mucho, quería demostrarles que podía trabajar y usar mi dinero sabiamente sin tener que depender de ellos.
Recuerdo claramente el día en que conocí a Alex, era un sábado, se suponía que no tenía que trabajar pero tuve que cambiar turnos con uno de mis compañeros. Recuerdo que vino a pedirme un café con leche y la sonrisa que me dedicó cuando le di eso que había pedido. Lo encontré al lado de mi coche cuando terminó mi turno.
«Hola guapa» me había dicho «Hola» le había contestado sonrojándome profusamente «Me llamo Alex». El dijo estirando su mano para un apretón de manos «Mi nombre es Tracy».
«Me preguntaba si te gustaría ir a tomar un helado cuando salgas».
«Um….. No sé, estoy bastante ocupada» dije con cautela.
«Vamos, sé que en realidad no estás ocupada, tengo que admitir que he estado como acechándote, por favor no me malinterpretes no tengo malas intenciones, solo que me gustas». Dijo sonrojándose como una dama, le tomé el gusto de inmediato, esa fue la primera vez que me fijaba en él a pesar de que me dijo que me ha estado acosando.
Fuimos a algo más que una cita de helados, fuimos a más citas de las que puedo recordar, lo sabía casi todo de él, hace negocios, el único problema entonces era su familia, siempre que le preguntaba se desentendía o me decía que era prácticamente huérfano. Al mes y pocos días de conocernos me pidió matrimonio, se lo llevé a mi familia pero se negaron diciendo que yo era muy joven y que no me iban a dejar casarme con alguien que no habla de su familia.
Yo ya tenía veinte años y eso no me sentó bien, me enfadé y le propuse que nos fugáramos, a Alex no le hizo mucha gracia la idea, y me dijo cómo nos podía afectar la idea, pero al final sucumbió a mi voluntad. No tardó mucho en conseguirnos una casa en Florida, lo planeamos cuidadosamente y nos fugamos, nos casamos esa misma tarde y viajamos a Florida.
«He terminado, nena». El hombre que he llegado a amar y elegir dijo paseando dentro, noté que su llamada telefónica era bastante larga pero me negué a pensar en ello, es nuestra noche de bodas y no iba a dejar que nada la arruinara.
«Ya veo, ¿tienes hambre?» Pregunté tratando de levantarme de la cama, pero él me jaló hacia atrás «Sí y no». Dijo mirándome como si yo fuera una especie de comida, fue entonces cuando me di cuenta de lo que quería decir y como esposa de buena gana le obedecí, en un momento parecía reacio pero me lo tomé como que estaba siendo cuidadoso ya que era mi primera vez.
Me levanté a la mañana siguiente y estiré la mano hacia el lado de la cama de mi marido, pero no estaba, me levanté de la cama intentando recuperarme del dolor que sentía en todo el cuerpo, miré en el baño pero no estaba, luego fui a la sala de estar donde encontré algunos billetes sobre la mesa y un papel cuidadosamente doblado encima.
El miedo se apoderó de mí y recé para que no fuera lo que estaba pensando, desdoblé el papel y lo leí una y otra vez, pero no cambió como recé para que cambiara.
Querida Tracy confía en mí, he tenido que marcharme por nuestro propio bien, volveré mi amor y rezo para que entiendas que esto es tan importante que tengo que marcharme, créeme, te quiero demasiado como para alterar tu corazón.
Hay una cantidad de cinco mil dolares y al lado hay una tarjeta de cajero automatico cuyo codigo es 1306, hay una cantidad de un millon de dolares en la cuenta, volveria pronto y una vez que este de vuelta no habra nadie que pueda separarnos.
Te quiero Alex.
Me derrumbé al suelo dejando caer las lágrimas, la realidad se me vino encima como un edificio sin cimientos sólidos, lo que mi familia me advirtió fue lo que realmente sucedió. Nuestro matrimonio no llevaba ni 24 horas y ya me había quedado sin nadie que me consolara mientras lloraba a moco tendido.
Esperé el regreso de mi marido durante horas, las horas se convirtieron en días y los días en semanas, Un mes después, me enteré de que estaba embarazada.
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