La última luna
Capítulo 58

Capítulo 58:

POV Ellie.

Ellie echó un vistazo a la habitación, tratando de pensar qué hacer ya que no podía dormir. Vio su teléfono móvil en la mesita de noche.

‘¿Cómo ha llegado eso aquí?’, pensó.

La última vez que lo había visto, el teléfono había estado en su auto y luego había desaparecido. Se preguntó si alguien había ido a su coche y lo había encontrado mientras ella estaba inconsciente. Esa era la única explicación.

Al tomar su teléfono, vio que tenía varias llamadas perdidas de Ulises, de sus amigos de casa y de algunos de los otros Alfas que habían participado en el torneo. Era agradable saber qué tanta gente se preocupaba por ella.

No tenía ganas de hablar con nadie en ese momento, así que envió algunos mensajes de texto, primero a Shelby y a sus tres hermanitos y luego a Ulises y a los demás que le habían enviado mensajes.

Les hizo saber que estaba bien y que agradecía su preocupación. La mayoría de ellos se limitaron a contestarle y a decirle que rezaban por su rápida recuperación. Ulises llamó.

“Hola. Envié el mensaje porque no tenía ganas de hablar”, con un suspiro, Ellie contestó.

“Me lo imaginaba, pero necesitaba escuchar tu voz. ¿Cómo estás?”, dijo Ulises.

“Estoy bien. Solo cansada y dolorida”, respondió ella, casi sin reconocer su propia voz, sonaba tan agotada.

“¿Así que saltaste al río para evitar a Blade y sus secuaces? ¿Es eso lo que he oído?”, preguntó Ulises.

“Sí, así es. No sabía qué más hacer. Desde luego, no iba a dejar que me pusiera las manos encima otra vez, especialmente cuando me superaban en número”, explicó.

Incluso la idea de que Blade la tocara hizo que Ellie se estremeciera.

“No puedo culparte en eso. Quiero arrancarle la cabeza a ese rufián”, comentó Ulises.

“Lo sé. Yo también. Haremos que se arrepienta de esta decisión, tan pronto como pueda salir de esta cama y reunir a mis guerreros de la manada”, dijo Ellie.

“En eso estoy contigo. ¿He oído que estás en Luna Aullante? ¿Qué Luna Patricia te encontró? ¿Es eso cierto?”, preguntó Ulises.

“Sí, así es. Por casualidad se acercó al río y me vio ahí tirada. Tuve mucha suerte”, aseguró Ellie.

“Vaya, eso es increíble. Parece que la Diosa de la Luna estaba contigo”, afirmó su amigo.

“Estoy de acuerdo”, coincidió.

Había pensado que la Diosa de la Luna la había abandonado desde que lo había pasado tan mal con River, pero ahora empezaba a pensar lo contrario.

“¿Has hablado con River?”; preguntó Ulises.

La pregunta de Ulises quedó suspendida en el aire un momento.

“Sí. Un poco”, respondió Ellie.

“¿Y?”, preguntó sin darse por vencido.

“Y… dijo que lo sentía. Nos oyó hablar a los dos y pensó que hablábamos en serio. No puedo creer que no me haya preguntado al respecto”, relató Ellie sin poder evitar poner los ojos en blanco, aunque Ulises no podía verla.

“¿Por qué no lo hizo? Parece que era lo que había que hacer”, preguntó Ulises.

“Dijo que pensó que yo estaba actuando de forma distante antes de oírme decir que tendría que casarme con él en lugar de contigo, así que no se molestó en hablarme de ello”, respondió Ellie.

“¿Cómo es eso?”, preguntó Ulises.

“Supongo que no estaba tan feliz como él esperaba que estuviera cuando ganó. Pero para ser justos, estaba nerviosa. Probablemente también un poco asustada. Era esencialmente un extraño y aunque me gustaba, casarse con un extraño da… miedo”, explicó.

Ellie pensó en cómo se había sentido cuando River había ganado el torneo. Se había alegrado porque había pensado que habían tenido una conexión, pero también estaba nerviosa. Tal vez había actuado de forma un poco extraña.

Pero, ¿Era eso suficiente para suponer que eso significaba que no le gustaba? Se habían besado poco antes de la última prueba del torneo, el combate de lucha que había ganado River. ¿Por qué eso no era suficiente para que él supiera lo que ella sentía por él?

“Creo que es comprensible que estés asustada, o al menos nerviosa, en esas circunstancias ¿Cómo pensabas que estaba actuando?”, declaró Ulises.

“Yo también pensé que estaba siendo un poco distante. Sin embargo, no le dije nada al respecto. Pensé que lo solucionaríamos en cuanto terminara la boda y tuviéramos la oportunidad de conocernos mejor. Pero entonces… eso nunca sucedió”, admitió Ellie.

“Bueno, definitivamente parece que hubo mucha falta de comunicación. Supongo que la verdadera pregunta es, ¿Qué vas a hacer ahora?”, afirmó Ulises.

“No lo sé. Le dije que puedo perdonarlo por lo que pasó entre nosotros, pero eso no significa que esté lista para casarme o incluso empezar a salir. Realmente me hizo daño”, admitió Ellie.

“Eso tiene sentido para mí. Necesitas un tiempo para curarte física y mentalmente de todo lo que has pasado. Han sido unas semanas traumáticas para ti”, concordó Ulises.

“Es cierto. Hablando de eso, creo que debería dormir un poco”, coincidió Ellie.

No había podido dormir hace un rato, pero ahora, toda esta conversación sobre lo que debía hacer estaba empezando a hacer que le doliera la cabeza.

“Sí, de acuerdo. No te culpo. Solo… ten cuidado, y mantente en contacto, ¿De acuerdo?”, le dijo.

“Lo haré”, prometió Ellie.

Se despidieron y ambos colgaron los teléfonos. Ellie respiró hondo y dejó el teléfono en la mesita de noche para intentar dormir un poco.

Cerró los ojos y trató de quedarse dormida, pero incluso con los párpados pesados, todo lo que podía ver en su mente era la cara de River, lo molesto que estaba y lo sincero que parecía ser cuando decía que lo sentía.

¿Debía perdonarlo y darle otra oportunidad? ¿Podría perdonarlo y darle otra oportunidad?

POV River.

Para River era de vital importancia demostrarle a Ellie lo importante que era para él, costara lo que costara. Si eso significaba sentarse junto a su cama todo el día, eso es lo que haría. Si eso significaba llevarle flores para alegrar el espacio, limpiaría todos los jardines de la manada.

Si eso significaba llevarle su comida favorita, lo haría. Solo necesitaba demostrarle lo mucho que se preocupaba por ella y lo mucho que lamentaba no haberse dado Cuenta de lo ridículo que había estado actuando.

No quería molestarla cuando estaba dormida, pero sintió el impulso de entrar en la habitación y comprobar cómo estaba, para asegurarse de que tenía todo lo que necesitaba y de que, si le dolía algo, hacía venir a la curandera para que la revisara lo antes posible,

Así que unas horas después de haberse disculpado con ella y haber dejado la habitación para que pudiera descansar, se encontró llamando a su puerta de nuevo.

“¿Sí?”, preguntó.

Sonaba despierta, así que River se sintió aliviado de que no la hubiera despertado. Se preguntó si ella sabía que era él. ¿Podría olerlo con tanta fuerza como él a ella?

Después de todo, eran compañeros predestinados, así que era lógico que ella lo oliera tan bien como él a ella. Se preguntaba distraídamente si todavía le olía tentador o si estaba empezando a apestar, ya que ella le tenía tanto desprecio en ese momento.

“Soy River ¿Puedo entrar?”, respondió en voz baja.

“Supongo que sí”, contestó ella, sonando poco entusiasmada con su petición. River abrió la puerta y entró. Ellie estaba sentada en la cama, con su teléfono en la mano.

Llevaba un camisón diferente al que su madre le había prestado la noche anterior. Tuvo que imaginar que su padre le había traído algo de ropa propia para que se sintiera mejor. Intentó no mirar demasiado tiempo, ya que solo era la parte superior de ella la que no estaba cubierta por las mantas y no quería que ella pensara que le estaba mirando el pecho. Al menos no por el momento.

“Hola ¿Cómo estás?”, saludó River, tratando de sonar despreocupado.

“Bien”, respondió Ellie, sin apartar la vista de su teléfono.

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