La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 996
Capítulo 996:
Melissa intentó esquivarlo, pero dudó momentáneamente antes de ceder.
Sentía una profunda admiración por Albert.
Él era quien la había rescatado de las profundidades de la desesperación, proporcionándole todo lo que necesitaba e insuflándole nueva vida una vez más.
Para Melissa, Albert representaba una figura de mentor. Al observar su melancolía, reconoció que no iba dirigida sólo a ella. A pesar de su deseo de hablar, se encontró momentáneamente paralizada.
Marcus permaneció en silencio frente al cuarto de baño.
Observó en silencio a Melissa y Albert, fijándose en su interacción.
Su relación no era especialmente íntima.
Parecía una conexión emocional entre un hombre y una mujer.
Hasta el momento, Melissa no había correspondido tal sentimiento hacia Marcus, sin embargo Albert parecía haberlo cosechado sin esfuerzo.
En ese momento, Marcus percibió que Melissa tenía a Albert en mayor estima que a él.
Como heredero de la familia Fowler, Marcus consideraba indigno entrar en conflicto con Albert. Con calma, Marcus informó a Melissa: «Estaré esperando en el coche».
Melissa miró a Marcus a los ojos.
Albert se llevó los dedos a la sien, dirigiéndose al joven: «Marcus, por favor, escúchame…».
El tono de Marcus permaneció frío mientras comentaba: «Debo agradecerte que hayas cuidado de Melissa todos estos años, tío Albert».
Y Marcus se marchó.
Albert miró a Melissa y exhaló suavemente.
«Te he puesto en una situación difícil, ¿verdad? Eres libre de dimitir si lo deseas», le ofreció.
Lo que ella necesitara, él se lo proporcionaría.
Melissa negó con la cabeza.
«No dimitiré», declaró.
Observando el malestar de Albert por el exceso de bebida, Melissa habló con suavidad: «Sr. Waston, ha entendido algo mal. Usted cree que se preocupará por mí una vez que regrese a Heron, pero permítame plantearle una pregunta. Si Jessie estuviera en mi lugar, ¿se preocuparía por ella? ¿Le permitirías beber tanto?».
Albert se quedó estupefacto.
Abriendo el grifo, Melissa se echó agua fría en la cara y comentó con serenidad: «No lo haría». Sr. Watson, ¿necesita que le indique quién ocupa un lugar más importante en su corazón? Usted, Jessie y muchos otros en la empresa podrían suponer que he llegado hasta aquí simplemente porque me tienen en alta estima. Sin embargo, la verdad es muy diferente. He permanecido a su lado por Jessie. Por supuesto, usted tampoco la ha tratado bien.
Sr. Watson, usted me trajo aquí porque, después de todo, sólo soy una secretaria.
Pero para alguien que le importa de verdad, lo mantendría encerrado en casa y lejos de miradas indiscretas.»
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