La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 911
Capítulo 911:
Ajena a sus intenciones, Melissa esbozó una breve sonrisa y respondió: «Sólo estoy haciendo unos recados para el señor Waston».
Sin embargo, Marcus continuó escrutándola.
Tras un largo silencio, Sylvia rompió el hielo. Tras varios años sin verse, Sylvia estaba entusiasmada ante la perspectiva de reencontrarse con Melissa.
Tras un breve intercambio de impresiones, Sylvia las invitó a tomar un café juntas.
Melissa no quería pasar vergüenza.
Sin embargo, preveía la posibilidad de acabar tomando un café con Marcus en lugar de con Sylvia.
Declinó cortésmente y sugirió: «¿Puedo dejarlo para otro día? Hoy tengo poco tiempo. El señor Waston espera mi informe».
Al oír esto, Sylvia lanzó una mirada de impotencia a Marcus.
Marcus comentó fríamente: «Parece que el señor Waston tiene una gran importancia para ti».
Melissa respondió con calma: «Por supuesto, es mi jefe. Buenos días, Sr. Fowler, y Sylvia. En otro momento para el café, tal vez «.
Melissa concluyó con cortesía.
Al darse la vuelta, deseó en silencio no volver a cruzarse con Marcus.
Tal vez, cuando Albert regresara a Heron al año siguiente, buscaría con él un traslado a la oficina central. Al fin y al cabo, Duefron ya no le interesaba. Planeaba trasladarse a Heron con Julie y Matthew.
Al salir del centro comercial, Melissa no se dirigió directamente a la empresa.
Visitó otra joyería y optó por vender la pulsera.
Aunque reconocía su belleza, prefería convertirla en dinero en efectivo.
A pesar de tener un sueldo decente, estaba sola y comprendía que sólo ella sería responsable de cualquier gasto o reto imprevisto.
No era su primera visita a la joyería.
El dueño, tan directo como siempre, le ofreció trescientos mil por la pulsera.
Al salir de la tienda y acercarse a su coche, a Melissa le llamó la atención un Bentley blanco aparcado al otro lado de la calle, con la ventanilla bajada.
Era evidente que la persona que iba dentro del coche era Marcus.
Tras una breve contemplación, decidió entrar directamente en el coche.
Mientras tanto, el conductor Kevin hablaba de algo divertido en el trabajo. Melissa escuchaba con una sonrisa, su amable comportamiento la hacía simpática a todos en el Grupo Waston.
Finalmente, secándose la cara, Kevin expresó: «Puede que mis ojos me estén jugando una mala pasada, pero creo que acabo de ver al jefe del Grupo Fowler. Su coche estaba aparcado al otro lado de la calle».
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