Capítulo 859:

Jessie no se dio cuenta y siguió intentando entablar conversación con él, preguntándole dónde quería pasar la noche.

«Llévame a mi empresa», dijo Marcus rotundamente.

Jessie se quedó de piedra.

Jessie, como nos hemos criado juntos, no me andaré con rodeos. Quería darnos una oportunidad, pero ahora no creo que salga nada. No quiero darte falsas esperanzas».

A Jessie se le heló la sangre.

Le miró y le preguntó incrédula: «¿Sigues pensando en ella? Marcus, ella está en un mundo diferente al nuestro. ¿Estás seguro de que quieres elegirla a ella?».

«No voy a elegir a nadie».

Marcus bajó la ventanilla y dijo: «Me voy a Livebop pronto.

No puedo tener una relación por el momento».

«Entonces iré contigo».

Acariciando su mejilla, Jessie le clavó los ojos, poco dispuesta a renunciar a semejante oportunidad. Con los labios rojos ligeramente entreabiertos, le dijo muy suavemente: «Marcus, al menos intentémoslo, ¿vale?».

Marcus entrecerró ligeramente los ojos.

Estaba a punto de apartar a Jessie cuando, por el rabillo del ojo, vio a Melissa de pie al otro lado de la calle.

Melissa llevaba ropa ligera. Después de la lluvia, estaba de pie y abrazada a sí misma, calada hasta los huesos.

La limusina negra pasó lentamente y ella vio lo que ocurría en el asiento trasero.

Marcus estaba allí, y la hermosa chica de antes se aferraba a él, inclinándose para darle un beso… Melissa los miró con dulzura. Consiguió convencerse de que lo que Marcus había hecho en el reservado era sólo un acto para provocarla.

Pero ahora, el espectáculo de Marcus intimando con Jessie le devolvió la sobriedad a Melissa en un santiamén.

Tal vez Marcus realmente quería poner fin a esta relación.

Tal vez se había dejado llevar por sus propios deseos durante todo este tiempo.

Su insistencia, a sus ojos, sólo le molestaba.

Se preguntó qué la había llevado a creer que ocupaba un lugar especial en el corazón de Marcus, que la perdonaría una y otra vez. Se preguntó por qué creía que la elegiría a ella y no a la hermosa y noble mujer que iba con él en el coche.

Melissa los miró en silencio, sintiéndose como si acabaran de apuñalarla en el corazón.

Sus ojos brillantes reflejaban el enredo de Marcus con otra mujer.

Pronto, la limusina pasó a su lado y desapareció en la noche…

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