Capítulo 854:

James invitó a Jessie a unirse a ellos, pero entonces le preocupó que a Marcus no le hiciera ninguna gracia.

Sin embargo, cuando Marcus abrió la puerta, James no se encontró con su habitual expresión severa. Esto alivió la aprensión de James.

Mientras disfrutaban, Jessie se colocó al lado de Marcus.

A pesar de su falta de respuesta, él no la rechazó. Dado que compartían círculo social, evitó avergonzar a la chica.

Además, no tenía pareja.

Sin embargo, cuando Jessie se aferró íntimamente al brazo de Marcus, su afecto no provocó ninguna reacción en él. Con el ceño sutilmente fruncido, se levantó y declaró: «Voy al baño».

En realidad, deseaba un cigarrillo.

Después de un rato, pensaba volver. La monotonía se había instalado tras media hora sentado.

Sin que él lo hubiera previsto, Melissa estaba allí cuando salió.

Situada junto a la puerta del baño, Melissa estaba a dos metros de Marcus. Mirándole fijamente, observó cómo fumaba. Luego se fijó en la mancha de carmín de su camisa.

El ambiente pareció bajar varios cientos de grados.

Los ojos de Marcus parecían contener algún tipo de emoción mientras miraba fijamente a Melissa, pero sólo por un momento.

Pronto, la mirada casi tierna desapareció.

Se irguió, alargando su esbelto cuerpo.

Luego giró lentamente la cabeza y apagó el cigarrillo entre los dedos. Con voz carente de emoción, preguntó: «¿Por qué estás aquí?

¿Cuántas veces tengo que decirte que no me busques? Melissa, hagas lo que hagas, es inútil. Tuvimos nuestros buenos momentos, pero esos días ya pasaron. Además, ya te he dicho que si tienes una petición, sólo tienes que decirla».

Las brasas moribundas de la colilla chisporrotearon débilmente antes de apagarse.

Marcus se dio la vuelta, y no había ninguna emoción en su apuesto rostro.

«Te he dicho que puedes tener lo que quieras, excepto a mí».

Hasta ese momento había sido él quien había hablado. Melissa no dijo nada, pero siguió mirándolo. Al cabo de un largo rato, por fin abrió la boca y preguntó con voz ronca: «Marcus, ¿tienes a alguien más?».

Marcus se quedó de piedra.

Luego siguió su mirada y vio la marca de carmín en el cuello de su camisa.

Jessie debía de haberlo dejado allí a propósito.

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