Capítulo 850:

Melissa sintió un sutil temblor.

Antes de que pudiera responder, Sylvia intervino, empujando suavemente a Melissa.

«Por supuesto, está disponible. Totalmente libre. Actualmente no tiene tareas ni responsabilidades. Permítame acompañarla a la sala de recepción, señora Fowler».

Rena mantuvo la sonrisa. «La acompañaré. Sylvia, ¿puedes traer un traje para Melissa? Supongo que conoces su talla. Marcus suele ser bastante exigente».

Sylvia recordó aquel tumultuoso día.

Mirando respetuosamente a la elegante dama que tenía delante, se abstuvo de cualquier desprecio.

Aunque Marcus era sin duda un hombre consumado, Rena ejercía un atractivo aún mayor.

Sylvia no tardó en ponerse manos a la obra.

Rena puso una mano suave en el brazo de Melissa, instándola: «¿Vamos?».

Una pequeña maravilla se desplegó ante los ojos de los ocupantes del primer piso del Grupo Fowler. Melissa, que en un principio había perdido el favor de Marcus, estaba ahora acompañada por la madre de éste, que parecía notablemente contenta con la situación.

Melissa, aparentemente anodina, dejó a los observadores preguntándose si había hechizado a la familia Fowler.

Pasó el tiempo, y Rena guió a Melissa a una sala de recepción exquisitamente decorada, claramente reservada al acceso del público. La atenta secretaria no tardó en presentar un té adaptado a las preferencias de Rena.

Rena ofreció una amable sonrisa. «Prepare una taza de leche caliente para Melissa, por favor», pidió.

La secretaria lanzó una segunda mirada a Melissa.

Se debatió entre una mezcla de inquietud y halago y el deseo de aclarar su situación.

Como mujer que buscaba insistentemente la atención de Marcus, ser convocada por su madre para una charla la dejó un tanto avergonzada.

No fue hasta que recibió su vaso de leche, sintiendo su calor en las manos, que se armó de valor.

Tenía algo que quería expresar.

Sin embargo, Rena levantó la mano, indicando a Melissa que hiciera una pausa.

Mirando por la ventana en silencio contemplativo, Rena empezó a compartir detalles de su propio pasado. Habló de su matrimonio, relató la época en que estaba embarazada de Marcus y narró anécdotas personales con tono desenfadado.

En todo momento, Melissa escuchó atentamente.

Varias veces quiso decir algo, pero se contuvo. Rena sonrió y dijo: «Hay varios niños en casa. Salvo Edwin, que es hijo de mi tío, Marcus es el que más se parece a Waylen. Pero Melissa, Marcus nunca ha tenido una ex novia. Su afecto por ti es tan genuino; es evidente para todos».

A Melissa le temblaron los labios.

Reflexionando sobre su historia, especialmente sobre su anterior relación con Ryan, lo consideró una mancha.

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