La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 790
Capítulo 790:
Melissa pensó que ignorar a Marcus ahora sería insensible y desagradecido.
Después de dudarlo mucho, finalmente entró.
Allí encontró a Marcus profundamente dormido.
Parecía enfermo, con su rostro habitualmente atractivo enrojecido por la fiebre.
Melissa rara vez había tenido la oportunidad de observarlo tan de cerca.
Era innegablemente atractivo, pero normalmente evitaba mirarlo, porque su mirada tenía el poder de hacer que le flaquearan las rodillas.
Ahora, aprovechó la oportunidad.
Sintiéndose obligada, se medio arrodilló junto a él, cautivada por su rostro apoyado en la almohada. Tenía un rostro tan sorprendentemente cautivador, incluso con un simple albornoz.
Fue entonces cuando Melissa se dio cuenta de su propio aspecto.
Aún llevaba su sencilla camiseta blanca de la tienda de desayunos.
Se sentía como la Cenicienta de su príncipe, como si todo lo que habían pasado juntos fuera prestado y fuera a desvanecerse después de medianoche.
La habitación estaba envuelta en silencio.
Melissa no pudo resistirse. Pasó suavemente los dedos por los labios de Marcus, recordando su suavidad y los intensos besos que habían compartido.
A pesar de todo, seguía sintiendo algo por él.
Sus ojos se llenaron de emoción. Ansiaba besarle, aunque sólo fuera un ligero beso.
Inclinándose hacia delante, los labios de Melissa rozaron los suyos muy ligeramente.
Su intención era retirarse inmediatamente. Pero cuando empezó a apartarse, sintió su mano en la nuca y, de repente, estaba debajo de él.
El cuerpo febril de Marcus irradiaba calor.
Se le había abierto el albornoz, revelando su físico cincelado.
Melissa volvió la cara, demasiado abrumada para mirarle directamente.
Le temblaba la voz cuando murmuró: «Suéltame».
«¿Soltarte? ¿No habías venido sola?». La voz de Marcus era áspera, sus ojos ardían de intensidad mientras contemplaba a Melissa bajo él, casi devorándola con la mirada. Le recordó: «¿Qué te dije? Se suponía que no íbamos a volver a vernos, ¿recuerdas?».
El miedo se apoderó lentamente de Melissa.
Los recuerdos de la noche anterior la atormentaban, haciéndola temblar.
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