La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 754
Capítulo 754:
Mirando el menú, Alexis preguntó qué había pedido Leonel, y luego asintió y dijo algo en francés.
El rostro de Ryan enrojeció una vez más.
Alexis quedó momentáneamente desconcertada y luego respondió con calma, aunque algo cortante, con un simple: «Gracias. Eso es todo».
Cuando Ryan se marchó, Leonel bebió un sorbo de su agua helada.
Apoyado en el respaldo de la silla, Leonel preguntó con una sonrisa: «¿Por qué se ha rebajado aquí el nivel de exigencia para la contratación de empleados temporales? Recuerdo que el requisito anterior incluso para los temporales era ser capaz de mantener una conversación básica en francés».
Alexis sonrió y respondió: «Quizá el negocio no va bien.
La economía no ha sido favorable en los últimos años, y el consumo de alta gama ha disminuido claramente», comentó Alexis. «Este restaurante lleva abierto 30 años y, sin embargo, sigue atrayendo a un flujo constante de clientes. No seamos demasiado duros con el gerente».
Leonel rió entre dientes. «¿Soy demasiado duro con el gerente?».
Alexis entendió lo que Leonel quería decir.
En voz baja, dijo: «Le reconozco. Está relacionado con Marcus de alguna manera».
Leonel en realidad había oído hablar de la saga que involucraba a Marcus y Melissa, pero sus conocimientos eran limitados en comparación con los de Alexis.
Su conocimiento provenía en gran parte de Ross, que no era conocido por guardarse las cosas para sí mismo.
Con la revelación de Alexis, los celos de Leonel se desvanecieron.
Poco después llegó un camarero con la comida.
Leonel, que a menudo adoraba a Evelyn, le estaba enseñando la forma correcta de utilizar los cubiertos en el restaurante de lujo. Le aconsejó con voz suave: «No hagas ruido mientras comes. Es de buena educación».
Evelyn asintió con un movimiento de cabeza.
Luego, con un toque de dulzura en la voz, comentó: «Papá, entonces deberías dejar de hacer ruidos fuertes por la noche. Necesito dormir. Tampoco es muy educado por tu parte».
Leonel se sorprendió.
Evelyn comentó enfurruñada: «Papá, siempre dices lo bien que te sientes».
Leonel se quedó sin palabras.
Alexis se sonrojó de vergüenza. Por suerte, la mayoría de los comensales eran extranjeros, excepto el personal y el gerente del restaurante.
Varios camareros escucharon su conversación.
Como importantes accionistas del restaurante, Alexis y Leonel se hicieron respetar. Nadie reaccionó porque probablemente temían por sus puestos de trabajo. Manteniendo la compostura, Leonel respondió: «Lo tendré más en cuenta».
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