La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 717
Capítulo 717:
La calidez que una vez disfrutó en el apartamento se había desvanecido, dejando atrás sólo el miedo y una sensación de impotencia sobre el futuro.
Recién licenciada, Melissa carecía de medios para pagar los 800.000 dólares que costaba la operación.
Poco a poco se fue hundiendo en la cama y a Melissa le temblaron los labios. Se abrazó a sí misma con ternura.
Durante dos años, se preguntó si el amor que una vez conoció persistía.
Durante este tiempo, luchó contra el temor diario a la recaudación de fondos.
No habían disfrutado de una comida decente juntos y sus conversaciones giraban en torno a la terapia, incluso durante las llamadas telefónicas.
Su encuentro más reciente tuvo lugar hace un mes.
Irónicamente, la persona con la que más se comunicaba en su vida era Marcus.
En posición fetal, Melissa experimentó una repentina oleada de arrepentimiento.
Marcus había expresado sutilmente su afecto por ella.
Contemplando la idea de permitirle tenerla, se preguntó si eso lo resolvería todo.
Ella cumpliría sus deseos y Marcus los suyos.
Sin embargo, la sola contemplación la hizo sentirse despreciable.
Un suave golpe resonó en la puerta, acompañado de la voz de Marcus, que instaba: «Abre la puerta».
Melissa se sorprendió al oír la voz de Marcus.
La pregunta resonó en su mente: ¿por qué estaba él aquí?
Perdida en sus pensamientos, Melissa se sobresaltó cuando Marcus declaró desde fuera: «Si no abres la puerta, la abriré de una patada. De todas formas, esta puerta no va a aguantar».
Sin otra opción, Melissa se levantó de mala gana y le abrió la puerta.
Cuando la puerta se abrió, notó inmediatamente la expresión sombría en el rostro de Marcus. Aunque rápidamente volvió a su arrogancia habitual.
«No hay mucho espacio aquí», dijo Melissa en un murmullo bajo.
Marcus se asomó al desván, descubriendo su reducido espacio, que medía menos de 40 metros cuadrados.
Sin embargo, a pesar de su tamaño, la zona estaba impecablemente limpia y ordenada.
Sin inmutarse por el modesto entorno, llevó la bolsa al interior. Su atuendo lujoso y entallado contrastaba fuertemente con el humilde lugar en el que se encontraba, y sin embargo parecía estar completamente a gusto. Dentro del ático, Marcus sacó una caja de medicamentos de la bolsa y declaró: «Analgésicos. Sabes cómo tomarlos, ¿verdad?».
Melissa, aún desconcertada, lo miró sin comprender.
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