La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 681
Capítulo 681:
Alexis tenía intención de regresar en tres días.
Sin embargo, los retos en Heron resultaron formidables de resolver. Al final, Alexis no solo ofreció orientación al equipo jurídico, sino que también se acercó a algunos viejos conocidos para facilitar la resolución del caso.
Había transcurrido una semana.
Exactamente siete días después, Alexis regresó acompañado de sus colegas del bufete Sterling. Al aterrizar, Alexis pensó inicialmente en coger un taxi, pero para su sorpresa, Leonel estaba allí para recogerla.
«Alexis», la llamó.
Alexis se sorprendió momentáneamente.
En los últimos días, su comunicación había girado principalmente en torno a Evelyn, careciendo de las conversaciones íntimas típicas de las parejas.
A pesar de haber sido las personas más cercanas en el pasado, ahora se sentían como extraños.
Antes de que Alexis pudiera comprender la situación, sus compañeros se burlaron de ella juguetonamente.
«El señor Douglas ha venido a recogerte».
«Los recién casados están completamente enamorados el uno del otro. La ausencia sólo refuerza su amor».
Sólo entonces Alexis recordó que Leonel había superado el periodo de recuperación.
A paso tranquilo, Alexis se acercó a Leonel, arrastrando tras de sí su maleta.
Leonel le clavó una profunda mirada antes de hacerse cargo finalmente de su maleta, guiándola hacia el aparcamiento.
Paseando a su lado, Alexis preguntó en voz baja: «¿Cómo has averiguado los datos de mi vuelo?».
«Siempre que soy diligente, llevo la cuenta».
Con eso, Alexis cesó su interrogatorio.
En un instante, llegaron al coche, un Land Rover negro. Abrió el maletero y metió la maleta. Tras cerrar la puerta, preguntó: «¿Has traído algún regalo para Evelyn?».
Acomodándose en el coche y abrochándose el cinturón de seguridad, Alexis respondió: «Le he comprado un par de muñecos de oveja».
Mirando el anillo que llevaba en el dedo, Leonel preguntó en voz baja: «¿Y qué hay de mí? ¿Tienes algo para mí?»
Alexis se sorprendió.
Inesperadamente, Leonel quería que le hiciera un regalo, una petición que ella no había previsto, aunque no era precisamente descabellada puesto que ahora eran una pareja casada.
El tono de Leonel se suavizó. «Parece que no entro en tus planes de regalo».
Mirando por la ventana, Alexis murmuró: «Te lo compensaré mañana».
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