Capítulo 672:

Cuando se disponía a ir al bufete, le dijo a Leonel: «Hoy no tengo juicio. Me puedo llevar a Evelyn».

Leonel dejó a Evelyn y se limpió los Labios con una servilleta.

«Si hoy no tienes juicio, puedes trabajar desde casa. O, mejor aún, ¡puedes ir a mi empresa! Alexis, en realidad no estás ocupada, ¿verdad? Sólo intentas evitarme».

«¡No!» negó Alexis, haciendo todo lo posible por mantener el tono tranquilo. «El bufete ha acumulado mucho trabajo a lo largo de los años durante mi ausencia».

La miró fijamente durante un rato antes de decir: «Así que también eres consciente de que has dejado atrás tu trabajo, ¿eh?». Alexis, ¿tanto me odiabas entonces que renunciaste a toda tu carrera y a tu familia sólo para poder evitarme?».

Nunca le había contado cuánto sufrimiento y desesperación había tenido que soportar mientras la buscaba.

Ahora creía que ella lo sabía.

Y, a pesar de eso, ella permaneció indiferente a todos sus esfuerzos.

Esto era una prueba de lo mucho que quería cortar lazos con él.

Lentamente, se produjo un sutil cambio en el ambiente.

Con Evelyn en brazos, Alexis dijo: «Leonel, dejemos de hablar de esas cosas, ¿vale?».

Leonel miró a Evelyn, cuyos ojos estaban empañados por las lágrimas.

Parecía asustada y estaba a punto de llorar.

Al ver esa expresión en el rostro de su hija, el corazón de Leonel se ablandó.

Le rozó la mejilla con el pulgar y le dijo: «¿Por qué no vas luego a trabajar con papá?».

Al cabo de un rato, Evelyn saltó de los brazos de su madre y corrió al regazo de su padre.

Alexis respiró aliviado.

Mientras Leonel caminaba hacia el coche, Alexis lo vio partir. O para ser más precisos, despidió a Evelyn.

Saludó a Evelyn con la mano y cerró la puerta del coche.

«¡Conduce con cuidado!»

Leonel se agarró al volante mientras una mirada insondable se dibujaba en sus ojos. Pensó en cómo Alexis evitaba hablar de su pasado. A primera vista, parecía que estaba buscando pelea. Pero en realidad, era Alexis quien evitaba la discusión.

Estaba esquivando la posibilidad de volver a enamorarse de él.

En su mente, su matrimonio actual era puramente transaccional. Los momentos de intimidad en el dormitorio eran meros actos de resistencia. Si lograban tener otro hijo, aunque ella no sacaría el tema del divorcio, él estaba seguro de que no querría que él volviera a tocarla.

Después de unos segundos, Leonel apartó la mirada de ella y levantó la ventanilla del coche.

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