La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 660
Capítulo 660:
Después de casarse, la ruptura no fue una empresa tan casual como cuando ambos estaban solteros.
A pesar del impulso inicial de Waylen de llamarles, se contuvo y propuso: «Olvídalo. Hagamos una invitación para cenar este fin de semana».
En ese momento, Marcus bajó las escaleras, enterándose también de la noticia.
Luciendo una sutil sonrisa, comentó: «Leonel actúa con rapidez».
Marcus sólo le dio un simple consejo a Leonel, y en cuestión de días, Leonel se dio cuenta de las cosas y manejó la situación con habilidad, ejerciendo influencia sobre Alexis. Marcus reconoció las notables capacidades de Leonel.
Waylen sintió una considerable irritación ante la respuesta de Marcus.
A la edad de 27 años, Marcus aún no había encontrado novia; sus días parecían estar siempre consumidos por el trabajo.
Justo cuando Waylen estaba a punto de expresar sus pensamientos, Marcus, de forma despreocupada, comentó: «Papá, ¿no conociste a mamá cuando tenías 28 años? Todavía me queda un año».
Waylen se burló. «¡No es lo mismo! Eres demasiado reservado. Me temo que ni siquiera sabrás cortejar a una chica».
Marcus se ajustó juguetonamente el gemelo, riendo entre dientes.
Creía que los hombres sabían qué hacer cuando se encontraban con la chica adecuada para ellos.
Así de sencillo.
Marcus guardó silencio y se marchó. Sentado en el coche, llamó a su secretaria y le dijo: «Darcy, resérvame un vuelo para el próximo martes. Necesito volar a Tashkao. Hubo problemas con el anterior caso de fusión. Estaré allí cinco días. Haz los preparativos necesarios».
Tras la llamada, Marcus pensó en algo y sonrió.
Parecía que el caso problemático ya no lo era tanto.
En la villa, Waylen se asomó a la puerta, preguntando a su mujer: «Rena, ¿te has fijado en la expresión de Marcus hace un momento? Estaba sonriendo… No me lo estoy imaginando, ¿verdad? Es raro verle sonreír. ¿De quién crees que lo ha heredado? Yo no era tan distante en mi juventud, ¿verdad?».
Rena se apoyó en el sofá, mostrando indiferencia.
«Si no lo heredó de ti, ¿de quién? No te dejabas impresionar fácilmente por nadie».
Waylen se acercó a Rena por detrás, abrazándola tiernamente.
«A pesar de las numerosas opciones, te encontré cautivadora».
Rena esbozó una sutil sonrisa. Las finas líneas en las esquinas de sus ojos daban testimonio de las huellas de la edad, encarnando la gracia y la madurez otorgadas por el tiempo.
Waylen sintió un vínculo inquebrantable con Rena.
En su juventud, de vez en cuando se relajaba con amigos, como Roscoe, tomando unas copas.
Sin embargo, tras cumplir los 40, Waylen ya no deseaba tales salidas.
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