La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 632
Capítulo 632:
Sus manos eran grandes y el cigarrillo parecía casi diminuto, acunado entre sus dedos como una cerilla.
Encendió el cigarrillo y le dio una prolongada calada.
Alexis bajó del escritorio y volvió a sentarse, con la mirada fija en Leonel.
El propósito de Leonel al venir podía ser crear problemas o simplemente poner los ojos en ella.
A pesar de ser consciente de que su encuentro no era una ocasión feliz, continuó mirándola. Fumó tranquilamente un cigarrillo, lo apagó y se marchó sin decir palabra.
La puerta se abrió y se cerró una vez más, y el débil ruido resonó con fuerza en los oídos de Alexis.
Transcurrió un mes y Leonel inició formalmente los trámites legales para recuperar la custodia de Evelyn.
En relación con este asunto, Waylen citó a Leonel de nuevo en la residencia de los Fowler.
Una hora más tarde, Leonel salió de la casa con moratones en la cara.
A pesar de las heridas, Leonel mantenía un aire de arrogancia.
Acercándose a él con inquietud, el criado pronunció: «Sr. Douglas».
Deteniéndose, Leonel miró hacia arriba, con tono indiferente. «Últimamente hace calor, y papá también tiene mal genio. Prepárale un té más tarde. Si no, mamá se preocupará cuando vuelva».
La sirvienta se quedó incrédula.
Mirando a Leonel, no pudo evitar encontrarlo guapo, incluso en la penumbra, a pesar de sus heridas.
La sirvienta se preguntó si Waylen estaba aprovechando la ausencia de Rena para ocuparse de Leonel.
El criado continuó reflexionando mientras Leonel se marchaba. Una vez en su coche, le envió un mensaje a Alexis: «¿Has recibido la notificación legal?».
Naturalmente, Alexis había recibido la notificación.
Leonel lo había orquestado intencionadamente. Aunque tenía posibilidades dentro de cuatro meses, decidió presentar la demanda ahora, plenamente consciente de que probablemente perdería.
Su intención era simplemente atormentar a Alexis.
Alegando su seducción, enmarcó sus acciones actuales como una oportunidad para ella.
Alexis dudaba en aprovechar esta supuesta oportunidad.
Leonel se había transformado y Alexis temía las repercusiones si sucumbía a sus provocaciones. Parecía estar esperando su respuesta.
Sin embargo, una pizca de ansiedad persistía en su interior.
La enfermedad de Evelyn planteaba a Alexis el reto de pasar años tratando con Leonel. ¿Y si realmente
se enamoraba de verdad de otra persona y deseaba casarse en un futuro próximo? ¿Qué le ocurriría a Alexis en ese escenario?
Leonel esperó pacientemente, pero Alexis permaneció en silencio.
Frustrado, tiró el teléfono a la consola y arrancó el coche sin rumbo fijo. Después de media hora de conducir sin rumbo, llegó a un barrio viejo y familiar.
Aquel lugar le resultaba familiar.
Al aparcar en la acera, su lujoso deportivo destacaba llamativamente en este modesto barrio.
Los peatones no podían resistirse a echar miradas curiosas al opulento vehículo.
Con la ventanilla bajada, Leonel fumaba lánguidamente. Unos 30 minutos más tarde, una pareja cruzó la calle.
Vestidos con un atuendo sencillo, carecían del refinamiento de su aspecto anterior.
Eran Darwin y Serenity.
Darwin probablemente había tenido un día libre en el trabajo y se había ido de compras con Serenity. Ella llevaba una pequeña bolsa verde con ropa, probablemente de una marca local.
En contraste, el anterior guardarropa de Serenity comprendía prendas que fácilmente valían miles, lo que le permitía la libertad de darse un capricho.
Ahora, probablemente necesitaban los ahorros de un mes para permitirse prendas de cientos de dólares.
Leonel percibió su situación como lamentable.
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