La segunda oportunidad en el amor
Capítulo 629

Capítulo 629:

Durante ese breve silencio, Leonel encendió otro cigarrillo y dio unas cuantas caladas. Todo el tiempo, sus ojos estuvieron fijos en ella. Después de un rato, dijo con voz ronca: «Yo… no haré escándalo por los últimos años».

Necesitaba todo su orgullo para pronunciar estas palabras.

Hacía tres años que estaba prometido a Alexis, pero en los últimos años, ella había estado con Calvin día y noche. Se sentía como si Alexis le hubiera traicionado. No se atrevía a imaginar si Alexis y Calvin habían mantenido relaciones sexuales y cuántas veces lo habían hecho. Sólo pensarlo le daban ganas de explotar.

Pero al final, Leonel optó por el compromiso. No le daría importancia a los últimos tres años, por el bien de ella.

Compartieron un solemne silencio durante largo rato.

Fue Alexis quien rompió este silencio cuando abrió la boca y dijo: «Leonel, ¿tienes idea de lo que estás hablando?».

Por supuesto que lo sabía.

Alexis hundió la cabeza y miró al suelo. «Pero ya no quiero estar contigo. Lo pasado, pasado está».

Tras decir eso, se dio la vuelta y se marchó. Pero antes de que pudiera dar otro paso, Leonel la agarró del brazo.

«Alexis, hablemos de la custodia de Evelyn».

Al oírlo, Alexis giró rápidamente la cabeza.

Leonel seguía fumando, con su delgado cigarrillo encajado entre sus finos dedos. Tenía los ojos ligeramente entrecerrados, lo que le daba un aspecto encantador.

Sin embargo, a los ojos de Alexis, estaba siendo extremadamente odioso.

«¿Quieres tener la custodia de Evelyn?», preguntó.

«Sí.»

Alexis esbozó una leve sonrisa antes de dar unos pasos hacia delante. Se inclinó tanto hacia él que pudo oler el aroma de su champú.

Era fresco y limpio.

Así fue como empezó a aparecer la lujuria.

Leonel no había tenido relaciones sexuales durante los años que ella había estado fuera.

Apenas se masturbaba.

Por supuesto, Alexis no sabía nada de esto. Sólo se acercó a él y le susurró: «Lo que aportaste fueron sólo unos segundos. ¿Fuiste tú quien dio a luz? ¿Fuiste tú quien le preparó la leche a Evelyn en mitad de la noche? ¿Eras tú quien la llevaba al hospital cada vez que tenía fiebre?

No fuiste tú, Leonel, ¿verdad?

¿Por qué quieres la custodia de Evelyn? ¿Cómo se te ocurre pensar en eso?».

Por un momento, Leonel quiso refutar sus acusaciones.

Quería decir que si Alexis no se hubiera ido, él siempre habría estado a su lado.

Sin embargo, sabía que aunque dijera eso, ella no lo escucharía. Su odio hacia él se impondría a su razonamiento.

En vez de eso, sonrió y dijo: «Porque soy su padre. Porque soy desvergonzado y despreciable. Porque soy uno de esos desvergonzados que sólo darían un poco para tenerlo todo. ¿Estás satisfecha con esta respuesta?».

Alexis lo miró fijamente, con los ojos afilados como un cuchillo.

Leonel dio un paso atrás y apagó el cigarrillo antes de decir: «Debes saber que ahora puedo ocuparme de la familia Fowler. No me importan las maldiciones que me lances. De todos modos, sólo vas a llamarme desalmado y desagradecido. Vamos al juzgado, Alexis. Quiero a Evelyn. Por supuesto, puedes saltarte todo eso si me la traes de vuelta».

Mientras decía esto, un pensamiento triste vino a su mente. Mientras ella volviera a él, dejaría de lado su pasado con Calvin.

Alexis bajó los ojos y sonrió. «De acuerdo. Vamos al juzgado».

Tras decir esto, Alexis se dio la vuelta y se marchó.

Después de caminar unos metros, la voz tensa de Leonel sonó desde atrás.

«¿Le quieres?».

Sus palabras no tuvieron ningún efecto en ella. Siguió caminando hasta perderse de vista.

Leonel se quedó quieto, el crepúsculo se cernía tras él.

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