Capítulo 606:

Su aceptación de la situación era evidente.

Había considerado las implicaciones, comprendiendo el deseo de Alexis por el niño.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Alexis.

Había conocido y cuidado a Leonel durante más de dos décadas, comprometiéndose a menudo en su relación. Ahora, él apoyaba su decisión sin dudarlo.

En ese momento, su vínculo se sintió más profundo que nunca, trascendiendo el mero compañerismo.

Alexis, normalmente fuerte, se sintió reconfortada al apoyarse en él, anhelando su apoyo.

Leonel le acarició el pelo, murmurando tranquilizador: «Todo irá bien».

Él creía en afrontar los retos juntos. El fracaso de su anticoncepción los había llevado a esto, y lo habían superado como una unidad.

El bebé era una creación compartida, no sólo de Alexis.

La pareja regresó a su apartamento, donde Alexis, posiblemente debido a su embarazo, o simplemente a la montaña rusa de emociones, se durmió rápidamente.

Mientras tanto, Leonel pasó un largo rato al teléfono en el exterior.

Estaba haciendo arreglos para que un grupo de expertos extranjeros de alto nivel vinieran a consultar sobre el embarazo de Alexis. La llamada se prolongó durante media hora antes de que finalizaran los arreglos…

El apartamento estaba tranquilo después de que Leonel terminara su llamada telefónica, una sutil dulzura en el aire.

Tras detenerse ante la puerta del dormitorio, Leonel entró y se sentó junto a Alexis. Le besó suavemente la frente, recordando su sueño infantil.

La observó dormir antes de sumergirse en su teléfono para buscar consejos sobre el embarazo, centrándose en la nutrición y los cuidados prenatales.

Absorto, no se dio cuenta de que pasaba el tiempo hasta que los tonos del atardecer se filtraron por la ventana, proyectando un suave resplandor.

Alexis se despertó.

Mirándole con ternura, susurró: «¿Cuánto tiempo llevo dormida?».

Leonel se inclinó hacia él y sus frentes se tocaron. «Unas tres horas.

Deslizó la mano bajo el edredón y le acarició suavemente el abdomen.

«¿Te cansa el embarazo?

Ella se acurrucó más, disfrutando de su tacto.

«Llevo poco más de un mes. No estoy muy cansada».

«Entonces, ¿debería echar un vistazo a tu agenda para los próximos meses?».

Alexis estaba muy ocupada en los próximos meses.

Pensó un rato y dijo: «Intentaré minimizar mi trabajo».

Compartieron una carcajada. «De haberlo sabido, me habría saltado la vasectomía», bromeó Leonel.

Apoyándose contra él, Alexis sugirió: «Podrías hacerte una reversión».

Se imaginaba tener un solo hijo y utilizar métodos anticonceptivos a partir de entonces.

Leonel, en silencio, siguió acariciándole el vientre.

«¿Qué te gustaría comer? Cocinaré para ti».

«Sopa de pescado suena bien».

La besó. «Muy bien. Sopa de pescado será».

Mientras Leonel preparaba la sopa de pescado, se tomó un momento para llamar a Waylen, compartiendo la noticia del embarazo de Alexis.

Tras una pausa, Waylen preguntó: «¿Cuándo es la boda?».

Revolviendo la sopa, Leonel sonrió: «Nos ceñiremos a la fecha prevista.

Alexis ha estado perdiendo el apetito últimamente. El tiempo debería funcionar».

Waylen sintió satisfacción.

Se paseó por su casa, frotándose las manos con entusiasmo.

Rena entró, notando su estado de ánimo boyante. «Hmm… ¿Qué te tiene tan alegre?», preguntó con un deje de curiosidad en la voz.

Waylen le hizo señas para que se acercara.

Apoyándose en él, Rena escuchó lo que le contaba en voz baja: «¡Alexis está embarazada!».

Y añadió con orgullo: «Leonel lo está llevando muy bien».

Rena, tan contenta como divertida, le riñó: «No digas esas cosas delante de los niños. Actúa según tu edad». Waylen, sin inmutarse, atrajo a Rena en un abrazo, plantándole un beso.

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