Capítulo 556:

Alexis fue cogido desprevenido y reaccionó bruscamente. «¡No me toques, Leonel!».

Leonel la miró con preocupación y le preguntó: «¿Estás esperando a alguien?».

Estaba avergonzada y quería mantener las distancias debido a su hemorragia. Esperaba alejarlo, pero Leonel ya había detectado el leve olor de la sangre.

Quiso interesarse por su estado.

Entonces recordó sus conocimientos de fisiología y se dio cuenta de lo que pasaba sin tener que preguntar.

Su mirada se dirigió al abdomen.

El aire a su alrededor se volvió tenso. Tanto el chico como la chica de dieciséis años se sentían visiblemente incómodos en aquella situación.

«No me mires». Las mejillas de Alexis se sonrojaron de un tono rojo más intenso.

Leonel, que siempre había estado cerca de ella desde la infancia no estaba realmente avergonzado por la situación. Le puso tiernamente la mano en el abdomen y le preguntó con genuina preocupación: «¿Te duele aquí?».

Instintivamente, Alexis quiso retirar la mano, pero Leonel la mantuvo allí y le frotó suavemente el vientre. «¿Esto te ayuda a sentirte mejor?», preguntó suavemente.

El rostro de Alexis enrojeció de rabia. «Estoy sangrando más», dijo.

Leonel reaccionó con rapidez y se quitó la chaqueta.

Su chaqueta, que medía casi dos metros y medio a pesar de tener sólo 16 años, era lo suficientemente grande como para cubrir a Alexis como un vestido. La envolvió y, sin dudarlo, la levantó en brazos.

A ella le pilló desprevenida.

Instintivamente le rodeó el cuello con los brazos y murmuró: «¿Leonel?».

A medida que avanzaba la noche, el recinto escolar se iba vaciando poco a poco, pero aún quedaba gente por los alrededores.

Las pocas personas que quedaban en la escuela los miraban con curiosidad.

Alexis se sintió cohibido e intentó bajar. Le dio una patada con sus largas piernas, pero Leonel la sujetó con firmeza. «Quédate quieta.

Estás sangrando, ¿verdad?».

Alexis le miró.

Estaba lo bastante cerca como para percibir su aroma limpio y juvenil. Era claramente diferente del olor de un hombre adulto.

Aunque Alexis sentía algo por Leonel, ser llevada así la hacía sentir tímida.

En ese momento, sus jóvenes corazones se aceleraron en silencio.

Su historia era de profunda familiaridad, ya que habían crecido juntos.

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